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APENDICE III

RESPUESTA DEL PRESIDENTE DE LA COMISION DEL CODEX ALIMENTARIUS AL DISCURSO INAUGURAL DEL JEFE DEL PROGRAMA CONJUNTO FAO/OMS SOBRE NORMAS ALIMENTARIAS ROMA, 4 DE JULIO DE 1983

Sr. Kermode, Excelentísimos Señores, Distinguidos Delegados, Señoras y Señores:

Deseo agradecerle, Sr. Kermode, por haber inaugurado en nombre de los Directores Generales de la FAO y la OMS el 15o período de sesiones de la Comisión del Codex Alimentarius. He escuchado con gran interés lo que usted ha dicho y estoy seguro de que también lo ha hecho la Comisión.

Lo mismo que el Sr. Kermode, también yo quiero dar una calurosa bienvenida a todos los asistentes a este período de sesiones, particularmente a quienes participan por primera vez en la Comisión. Tomo nota con agrado de que contamos por primera vez con una delegación de la República Popular de China. China no se ha mantenido totalmente ajena a los trabajos del Codex, ya que envió delegaciones a las últimas reuniones de los Comités del Codex sobre Aditivos Alimentarios y sobre Residuos de Plaguicidas. Por el momento, la República Popular de China participa como observador, pero espero que no tardará mucho en decidir convertirse en Miembro de la Comisión.

El primer período de sesiones de la Comisión del Codex Alimentarius se celebró en Roma hace 20 años, en julio de 1963, y participaron 30 países y 16 organismos internacionales, con un total de unas 120 personas. Al presente período de sesiones asisten el doble de países y organismos internacionales y más del triple de participantes. El número de miembros de la Comisión ha aumentado igualmente de forma espectacular, de 30 países en 1963 a 122 en 1983. Estos hechos indican claramente el interés continuo y creciente que hay en todo el mundo por la labor del Codex Alimentarius, en la que participan más de las tres cuartas partes de los miembros de las Naciones Unidas.

Volviendo la vista hacia estos 20 años transcurridos, puede decirse que los primeros años de la Comisión se dedicaron en gran medida a elaborar los reglamentos de la misma, establecer los principios generales del Codex Alimentarius, crear los distintos órganos auxiliares técnicos de la Comisión para realizar su programa de trabajo, y determinar los procedimientos operativos de la Comisión, incluidos los relativos a la elaboración de sus normas. En pocas palabras, la Comisión estableció lo que yo llamaría unos cimientos muy firmes para continuar su labor, con claros procedimientos de trabajo aceptables para todos.

Las primeras normas fueron adoptadas por la Comisión en 1968. Desde entonces, la Comisión del Codex Alimentarius y sus órganos auxiliares han elaborado cerca de 190 normas internacionales y unos 40 códigos de prácticas, directrices y otros textos referentes a una amplia variedad de productos alimenticios que circulan en el comercio internacional. Además, se ha elaborado también un gran número de límites máximos internacionales para residuos de plaguicidas que, lo mismo que las normas, se han enviado a los gobiernos para su aceptación. La Comisión ha aprobado muchas especificaciones de identidad y pureza de aditivos alimentarios. En el sector de las sustancias químicas alimentarias, la Comisión ha publicado una Guía para el uso inocuo de aditivos alimentarios, una Guía de límites máximos del Codex para residuos de plaguicidas y una Lista de niveles máximos recomendados para los contaminantes en los alimentos, publicaciones que ciertamente es preciso revisar y actualizar de tiempo en tiempo. La Comisión ha publicado - y enviado a los gobiernos para que lo estudien con vistas a su aplicación - un Código de ética para el comercio internacional de productos alimenticios, cuya finalidad es evitar que los países que no disponen de infraestructuras adecuadas de control alimentario reciban productos alimenticios peligrosos, con falsas etiquetas o de nivel inferior al normal por cualquier otra razón. Como ustedes saben, examinaremos este asunto en el correspondiente tema del programa durante el período de sesiones. El Código Internacional de comercialización de sucedáneos de la leche materna, que fue aprobado por la Asamblea Mundial de la Salud, contiene varias referencias a la labor técnica de la Comisión del Codex Alimentarius en el sector de las normas para alimentos destinados a niños de pecho y niños de corta edad. De igual forma, el Código del GATT sobre obstáculos técnicos al comercio menciona expresamente las recomendaciones de la Comisión del Codex Alimentarius.

El mandato de la Comisión no sólo incluye la elaboración de normas, códigos de prácticas, orientaciones y otras recomendaciones, sino también la tarea de promover la coordinación de todos los trabajos sobre normas alimentarias realizados por organismos internacionales, gubernamentales y no gubernamentales. En el documento que se presenta a la Comisión, se incluye el número considerable de 77 organismos internacionales a los que afecta directamente la tarea de la Comisión de coordinar los trabajos sobre normas alimentarias. A mi juicio, esto demuestra, además de otras cosas, que la Comisión del Codex Alimentarius es la institución directiva en el mundo en el sector de las normas alimentarias y trabajos conexos.

No cabe duda de que la Comisión ha producido una cantidad enorme de material y recomendaciones que son de interés para los gobiernos y la industria. Aunque la mayor parte de los conocimientos técnicos los han proporcionado y siguen proporcionando las mismas delegaciones que participan en las reuniones de los Comités del Codex, hay también un volumen notable de conocimientos proporcionados por un gran número de organismos y organizaciones internacionales, especializados en distintos campos técnicos, que colaboran con la Comisión. Desearía aprovechar esta oportunidad para reconocer su contribución al desarrollo de las recomendaciones de la Comisión y para agradecerles su cooperación.

Las normas, los códigos de prácticas y los demás textos de la Comisión del Codex Alimentarius constituyen una base sólida para la legislación alimentaria nacional y tienen especial valor para los países en desarrollo que están preparando sus códigos alimentarios nacionales. Pero hay también, a mi juicio, un notable aspecto “pionero” en la labor de la Comisión. Muchos países, y también muchas agrupaciones económicas, esperan lo que ocurre en los foros del Codex en relación con temas de gran interés actual, antes de aprobar o revisar sus códigos nacionales o comunitarios. Ejemplos de tales temas son los trabajos actuales de revisión de la Norma general para el etiquetado de los alimentos preenvasados, los trabajos relacionados con el marcado de la fecha, el etiquetado nutricional y el enriquecimiento de alimentos, así como la labor en materia de proteínas vegetales e irradiación de alimentos.

Aunque la Comisión del Codex Alimentarius y sus distintos tipos de órganos auxiliares - hay en total 27 órganos auxiliares - ayudados por conocimientos especializados y recomendaciones técnicas de varios Comités de expertos, es una estructura bastante complicada, ha demostrado ser muy adaptable a las nuevas necesidades y circunstancias. La amplia variedad de normas para productos elaboradas a lo largo de los años refleja los deseos de la Comisión en los distintos momentos.

En los últimos años, la Comisión decidió centrar más sus esfuerzos en las necesidades y preocupaciones de los países en desarrollo. Se establecieron dos nuevos Comités del Codex: sobre Cereales, Legumbres y Leguminosas, y sobre Proteínas Vegetales. Los trabajos de estos dos Comités tienen particular interés para los países en desarrollo desde el punto de vista del comercio y la nutrición.

También de los programas e informes de otros comités del Codex puede deducirse la mayor importancia que se da a las normas y los códigos de prácticas relacionados con productos de interés para los países en desarrollo, tales como aceites vegetales tropicales, frutas y zumos de frutas tropicales, alimentos para lactantes y niños, cacahuete, pescado ahumado y salado, ancas de rana, harina de trigo, maíz en grano, sorgo y mijo. Además, el Comité del Codex sobre Residuos de Plaguicidas ha establecido un grupo especial de trabajo para ocuparse de los problemas de los países en desarrollo.

Ha habido cambios en los centros de interés también en lo que respecta al procedimiénto para la elaboración y enmienda de normas, que se ha abreviado y simplificado para reducir el tiempo necesario para elaborar una norma. La Comisión hizo esto respondiendo inicialmente a las opiniones expresadas por el Comité Coordinador para Asia. Es importante señalar que se abrevió el procedimiento sin reducir las oportunidades de los gobiernos y la industria de examinar suficientemente las normas mientras se hallan todavía en forma de proyectos.

Otro cambio en el procedimiento para la elaboración de normas fue la inclusión de salvaguardias para proteger los intereses económicos de los Estados Miembros. Si hay en un proyecto de norma disposiciones que causan preocupación a algún país desde el punto de vista de sus repercusiones económicas, el país afectado tiene, en las diversas etapas del procedimiento de elaboración, la oportunidad de presentar sus observaciones sobre las repercusiones económicas al Comité del Codex que prepara la norma o a la Comisión, según sea el caso. Las directrices revisadas para los Comités del Codex exigen a los presidentes de éstos que presten atención particular a estas declaraciones de repercusiones económicas. Al establecer tales salvaguardias, no debemos pasar por alto el hecho de que la Comisión debe operar en el marco de sus estatutos, lo que significa que su tarea fundamental es la de proteger la salud de los consumidores y asegurar prácticas correctas en el comercio de alimentos.

Otra novedad de particular interés para los países en desarrollo fue el establecimiento en los años setenta de los Comités Coordinadores Regionales para Africa, Asia y América Latina, cuyo mandato original ha sido extendido ampliamente. Algunos de ellos están elaborando normas para productos importantes en el comercio intrarregional, así como para alimentos básicos de sus dietas tradicionales. Todos ellos ofrecen foros muy útiles para determinar las necesidades de control de calidad e inocuidad de los alimentos y para promover la cooperación técnica entre países en desarrollo dentro de las regiones. Es indudable que los Comités Coordinadores han ejercido y continúan ejerciendo un impacto muy importante en el Programa de Trabajo de la Comisión. A la vez que hay que hacer todo lo posible para fomentar la labor de los Comités Coordinadores Regionales del Codex, es muy importante, en primer lugar, que los mismos países de las distintas regiones expresen sus opiniones y deseos mediante su participación real en las reuniones de tales Comités Coordinadores. Esto significa que los países en desarrollo deben tener mayor conciencia de este instrumento para articular sus necesidades e intereses.

La labor de la Comisión del Codex Alimentarius redunda indudablemente en beneficio de todos los Estados Miembros de la FAO y la OMS. Sin embargo, algunos Estados Miembros están peor equipados que otros para aprovecharse plenamente de tales trabajos. Los países peor equipados necesitan asistencia y asesoramiento técnico para reforzar su capacidad de asegurar una mejor manipulación de los alimentos, una mejor calidad e inocuidad mediante el control alimentario y aplicar, en la medida practicable en sus propias circunstancias, las recomendaciones de la Comisión. La FAO, mediante sus proyectos de control alimentario y protección del consumidor, y la OMS mediante sus actividades en materia de inocuidad de los alimentos, desempeñan una función importantísima en la prestación de esta ayuda que complementa e intensifica los trabajos de la Comisión. No entraré en detalles en relación con las importantes actividades complementarias de la FAO y la OMS, ya que se tratará de ello durante el período de sesiones. Baste señalar que hay muchas actividades en el seno de la FAO y la OMS que han apoyado fuertemente la labor de esta Comisión y continúan haciéndolo. Se está haciendo mucho en ambas organizaciones, frecuentemente en forma conjunta, en los sectores de la inocuidad de los alimentos y del control alimentario, todo lo cual es indispensable para la labor de la Comisión. Es suficiente citar como ejemplos de ello los Grupos de Expertos en aditivos alimentarios y residuos de plaguicidas y las Consultas de Expertos sobre higiene de los alimentos. Una novedad interesante y muy reciente es la reunión celebrada el mes pasado en Ginebra de un Comité mixto FAO/OMS de expertos en inocuidad de los alimentos. Todos estamos a la espera de recibir noticias sobre esta reunión en el curso del período de sesiones. Se ha facilitado un documento de Sala de Conferencias en el que se resumen las conclusiones del Comité de Expertos.

Desearía ahora decir unas pocas palabras sobre las aceptaciones de nọrmas del Codex y límites máximos del Codex para residuos de plaguicidas. Habrán leido ustedes el informe de la reunión del Comité Ejecutivo de julio de 1982, en el que el Comité insta a todos los miembros de la Comisión a que hagan un esfuerzo especial para aceptar las normas del Codex, o cuando no es viable la aceptación, respondan de cualquier otra forma favorable, por ejemplo, notificando a la Secretaría que los productos que cumplan las normas del Codex y los límites máximos del Codex para residuos de plaguicidas, podrán distribuirse libremente dentro de su jurisdicción territorial. El Comité Ejecutivo subrayó también la importancia de las recomendaciones del Codex como base para la legislación interna en los países en desarrollo. Expresó asimismo la esperanza de que la publicación de varios volúmenes del Codex Alimentarius estimularía a más países a aceptar las recomendaciones del Codex o, por lo menos, a permitir la entrada de los productos que las cumplen.

Se han publicado los Volúmenes II a VIII del Codex Alimentarius en los tres idiomas de la Comisión. Los Volúmenes IX a XII han aparecido recientemente en inglés y creo que se publicarán en breve en español y francés. Creo también que el Volumen I del Codex Alimentarius, que no contiene normas, sino que ofrecerá un panorama general de los trabajos del Codex, los fundamentos de su labor y los beneficios que de ellos derivan, aparecerá hacia finales de año. Se me ha comunicado asimismo que el Volumen XIII del Codex Alimentarius, que contiene todos los límites máximos para residuos de plaguicidas aprobados hasta el 14 período de sesiones, inclusive, de la Comisión, está actualmente en preparación y se publicará dentro de pocos meses.

Siguen llegando aceptaciones, según les informará a continuación la Secretaría. Pero no llegan en la medida en que cabría razonablemente esperar. Es verdad que todos somos conscientes de la importancia de las recomendaciones del Codex como material autorizado de referencia y sabemos que tienen valor y se utilizan como tales. Sin embargo, hay que recordar que una de las principales razones de la existencia del Programa de Normas Alimentarias es la necesidad de eliminar los obstáculos no arancelarios al comercio que constituyen los distintos reglamentos alimentarios de los países o comunidades. Ahora que se está publicando el Codex Alimentarius y con los esfuerzos que sigue desplegando la Secretaría para conseguir más aceptaciones, espero que la situación habrá mejorado sensiblemente para el próximo período de sesiones de la Comisión, tanto en lo que respecta a las aceptaciones como a las declaraciones de que se permitirá la libre entrada de los productos que cumplan las normas y los límites máximos del Codex para residuos de plaguicidas. Como señaló el Jefe del Programa en la carta que envió recientemente a todos los Estados Miembros, muchos países, incluyendo sobre todo los países en desarrollo, desearían utilizar a efectos comerciales las normas del Codex y los límites máximos del Codex para residuos de plaguicidas. No es extraño que estos países dirijan su mirada a los países que han participado activamente desde el comienzo en la elaboración de las normas y que han negociado pacientemente a lo largo de los años normas internacionales de calidad e inocuidad, para recibir de ellos un ejemplo en la aceptación de las normas que ellos mismos han elaborado. Se tratará más de este importante tema durante el período de sesiones.

Por último, espero y deseo que este 15 período de sesiones de la Comisión del Codex Alimentarius contribuya a incrementar aún más la comprensión mutua entre sus participantes, tanto en sus relaciones oficiales como en las personales y, de esta forma, sirva para estrechar los vínculos entre la comunidad de naciones.

Me sumo al Sr. Kermode para desearles una grata estancia en esta hermosa ciudad de Roma y muchos éxitos en este período de sesiones.


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