Director General QU Dongyu

Conferencia Internacional sobre Seguridad Alimentaria Ceremonia inaugural Declaración de apertura

del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

07/09/2023

Conferencia Internacional sobre Seguridad Alimentaria

Ceremonia inaugural

Declaración de apertura

del

Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

Samarcanda, 7 de septiembre de 2023

 

Excmo. Sr. Primer Ministro de Uzbekistán,

Excelencias,

Señoras y señores:

 

Me siento muy feliz de estar aquí en la histórica ciudad de Samarcanda, en la Ruta de la Seda, en la Conferencia Internacional sobre Seguridad Alimentaria, organizada por el Gobierno de Uzbekistán con el apoyo técnico de la FAO. Se trata de una gran oportunidad de examinar la situación de la seguridad alimentaria mundial en el contexto de la transformación de los sistemas agroalimentarios, en el camino que conduce al logro de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

 

En la actualidad, la seguridad alimentaria se ve amenazada por escaladas repentinas y una excesiva volatilidad de los precios de los alimentos, especialmente de algunos alimentos básicos principales, así como por importantes niveles de inflación de los precios alimentarios. La FAO estima que, a nivel mundial, 45 países, entre ellos, 33 en África, necesitan asistencia alimentaria exterior.

 

A nivel mundial, El Niño plantea un riesgo para la producción agrícola y la seguridad alimentaria en varias regiones, particularmente en África austral y América central. La crisis climática, los conflictos y las desaceleraciones y recesiones de la economía figuran entre los principales factores que impulsan estos desafíos, lo que supone una seria amenaza para las poblaciones más vulnerables.

 

Los países de Asia central son sumamente vulnerables en varios sentidos, pues esta región figura entre las que sufren más estrés hídrico del mundo. Los recursos renovables de agua dulce han disminuido en la región a un nivel que se encuentra entre los más bajos del mundo, en tanto que las extracciones de agua para uso agrícola, industrial y municipal son de las más altas a nivel mundial.

 

Asia central también es extraordinariamente vulnerable a los efectos de la crisis climática. Además, los países de esta región no tienen litoral; de hecho, nuestro país anfitrión, Uzbekistán, no tiene litoral ni se encuentra cercano a él. Por este motivo, esta Conferencia reviste suma importancia, ya que nos brinda una oportunidad de intercambiar conocimientos y determinar soluciones para fortalecer la seguridad alimentaria y proteger a los más vulnerables, logrando prosperidad económica equitativa a través de la transformación de los sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.

 

Los sistemas agroalimentarios brindan grandes oportunidades de generar ingresos y facilitar el crecimiento económico, y los sistemas agroalimentarios modernos han hecho posible que millones de personas escapen del hambre y una muerte prematura, en particular en Asia central. Hoy en día, la población de esta región tiene, en promedio, acceso a alimentos suficientes y solo el 3 % carece de acceso y en torno al 13 % padece inseguridad alimentaria moderada o grave. Sin embargo, deben mejorarse las dietas en esta región, que ha registrado un aumento de la obesidad en adultos y de las enfermedades no transmisibles debido a dietas poco saludables, una situación que no solo es poco saludable, sino también costosa.

 

Los sistemas agroalimentarios modernos plantean algunos problemas graves para el medio ambiente. En torno al 25 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la agricultura y es probable que esta cifra aumente, aproximadamente, al 50 % para 2050.

 

La crisis de la enfermedad por coronavirus (COVID‑19) también mostró lo vulnerables que son las cadenas de valor a las perturbaciones y que los desequilibrios de género en los sistemas agroalimentarios siguen siendo un reto fundamental.

 

Por este motivo, la transformación es urgente para:

En primer lugar, satisfacer el aumento de la demanda de alimentos, piensos, fibras y combustibles, reduciendo al mismo tiempo la presión sobre los recursos naturales.

En segundo lugar, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger la biodiversidad.

En tercer lugar, aumentar la resiliencia a la crisis climática, los conflictos y otras perturbaciones de las cadenas de suministro.

En cuarto lugar, garantizar el empleo decente.

En quinto lugar, garantizar el acceso de todos a alimentos inocuos y nutritivos y a dietas saludables.

 

Estimados colegas:

 

El potencial de la agricultura no puede materializarse sin compromiso y medidas concretas por parte de los gobiernos, el sector privado y todos los asociados. Necesitamos inversiones y políticas propicias. Debemos invertir en ciencia y tecnologías innovadoras, así como en infraestructura agrícola para hacer que la agricultura sea más productiva, esto es, debemos producir más con menos.

 

También debemos aprovechar el potencial de la agricultura digital. Gracias a sus conocimientos especializados, técnicos y profesionales, y junto con sus asociados como parte de un sistema interrelacionado, la FAO trabaja para ayudar a sus Miembros a hacer que sus sistemas agroalimentarios sean idóneos para ofrecer soluciones innovadoras.

 

Aunque siguen existiendo numerosos desafíos, hemos avanzado en la determinación de soluciones que los sistemas agroalimentarios pueden ofrecer para lograr las cuatro mejoras: una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, a fin de asegurar que nadie se quede atrás.

 

Para acelerar los progresos tenemos que impulsar los aceleradores transversales, y la FAO se está centrando en cuatro esferas fundamentales:

 

Primero: la ciencia y la innovación. Es necesario mejorar los vínculos entre los sistemas agroalimentarios a fin de lograr repercusiones a gran escala, por ejemplo mediante innovaciones en el ámbito de los conocimientos tradicionales e indígenas. Debemos incrementar la resiliencia frente al cambio climático, entre otras cosas introduciendo la tolerancia a la sequía y el calor en las variedades de alimentos básicos de alto rendimiento. Debemos aumentar la eficiencia, por ejemplo mediante la tecnología y la innovación para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, con lo que se podría alimentar a 1 260 millones de personas más cada año, y lograr efectos positivos en el medio ambiente y la economía verde.

 

Segundo: la mejora de la capacidad en materia de datos. En la actualidad, la FAO está trabajando con 63 países que participan en su Iniciativa Mano de la mano utilizando la Plataforma geoespacial, una iniciativa basada en datos objetivos y dirigida y controlada por los países para consolidar las fortalezas de distintas fuentes y ayudar a los países y poblaciones más vulnerables. La Iniciativa de las 1 000 aldeas digitales de la FAO es una iniciativa dirigida por los países y centrada en los usuarios que apoya la difusión y la mejora del uso de las herramientas digitales en los sistemas agroalimentarios y las zonas rurales, permitiendo a los agricultores utilizar tecnologías digitales y una plataforma de soluciones digitales para contribuir al desarrollo de las cadenas de valor en los pequeños Estados insulares en desarrollo. Asimismo, la ciberagricultura dirigida a mejorar la productividad mediante la aplicación de tecnologías de la información y la comunicación y soluciones digitales pertinentes promueve los servicios digitales para los agricultores con el fin de mejorar el acceso de los productores a servicios sociales, económicos y financieros digitales y con el objetivo de apoyar la transformación rural por medio de la prestación de servicios públicos.

 

Tercero: la financiación. Necesitamos aumentar la financiación pública y privada específicas y coordinadas. Al mismo tiempo, existe la necesidad de reorientar el apoyo público para hacer que las dietas saludables sean más asequibles. La transformación de los sistemas agroalimentarios costará 4 billones de USD de aquí a 2030 en los países de ingresos medios y bajos, lo que asciende a 680 000 millones de USD al año. En este contexto, se debería prestar atención a la necesidad de reorientar el apoyo público a la agricultura fuera de las políticas sobre comercio y mercados, así como las subvenciones fiscales asociadas a la producción.

 

El empoderamiento de las mujeres y los grupos desfavorecidos es fundamental para garantizar la igualdad de género, el acceso a los alimentos y la protección social para todos. Según nuestras estimaciones, el cierre de la brecha de género en la productividad agrícola y la supresión de la diferencia salarial solo en los sistemas agroalimentarios aumentaría el producto interno bruto (PIB) mundial en un billón de USD, reduciendo con ello la inseguridad alimentaria en al menos dos puntos porcentuales y el número de personas aquejadas de inseguridad alimentaria en 45 millones.

 

Y cuarto: la gobernanza. El establecimiento de mecanismos de gobernanza de los sistemas agroalimentarios inclusivos al más alto nivel permite la formulación de políticas y estrategias alimentarias nacionales integrales. Las asociaciones entre múltiples interesados y las plataformas en todos los niveles son fundamentales para eliminar la compartimentación. Debido a la rápida urbanización —dado que se prevé que el 70 % de la población mundial vivirá en ciudades para el año 2050—, debemos mejorar la coordinación reuniendo a los responsables de la toma de decisiones de todo el continuo rural-urbano, y la coordinación entre los planos nacional y de las ciudades.

 

Solo se podrá aprovechar todo el potencial de los sistemas agroalimentarios si nos centramos en estos aceleradores, con miras a reducir al mínimo las compensaciones de factores e incrementar al máximo las sinergias.

 

Los sistemas agroalimentarios forman parte de un gran sistema mundial interrelacionado.

 

Tenemos que trabajar juntos en los ámbitos de la ciencia y la innovación, los datos, las finanzas y la gobernanza, así como en sectores conexos.

 

Debemos entender mejor los desafíos a los que nos enfrentamos desde la perspectiva de los sistemas agroalimentarios Por este motivo, establecí el Foro Mundial de la Alimentación, que consta de tres segmentos, a saber, el Foro de la inversión de la Iniciativa Mano de la mano, el Foro de la ciencia y la innovación y el Foro de acción de la juventud. Conjuntamente, el Foro Mundial de la Alimentación representa una plataforma para intercambiar conocimientos científicos e innovaciones, atraer inversiones y movilizar a la juventud y los Pueblos Indígenas como agentes del cambio en aras de la transformación.

 

Cada año, el 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, que conmemora la creación de la FAO. El Foro Mundial de la Alimentación, un acto de una semana de duración, coincide con el Día Mundial de la Alimentación y, desde su establecimiento en 2021, vela por que la seguridad alimentaria y la transformación de los sistemas agroalimentarios sigan siendo una prioridad en el programa internacional de desarrollo y acelera los progresos hacia la consecución de los ODS.

 

Para concluir, quisiera señalar una vez más mi agradecimiento al Excmo. Sr. Primer Ministro de Uzbekistán por organizar esta importante Conferencia Internacional sobre un tema de interés tan crucial para la humanidad.

 

Sigamos trabajando juntos en armonía como asociados cercanos en favor de las personas, el planeta y la prosperidad a fin de lograr un mundo mejor sin dejar a nadie atrás.

 

Gracias.