Director General QU Dongyu

REUNIÓN CONJUNTA 128.º período de sesiones del Comité del Programa y 180.º período de sesiones del Comité de Finanzas

del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

08/06/2020

REUNIÓN CONJUNTA

128.º período de sesiones del Comité del Programa y

180.º período de sesiones del Comité de Finanzas

Roma, 8 de junio de 2020

Declaración del Sr. QU Dongyu

Director General de la FAO

 

Excelencias, distinguidos delegados,

Señoras y señores:

Me complace ver que todos los aquí presentes en esta reunión conjunta del Comité del Programa y el Comité de Finanzas se encuentran sanos y salvos.

Pero nos reunimos en circunstancias muy diferentes de las que imperaban el pasado mes de noviembre.

El mundo que nos rodea ha cambiado de una forma sin precedentes y, con su colaboración, debemos adaptarnos a los cambios.

Mi intervención de hoy se centrará en tres aspectos:

los progresos realizados en la aplicación de los ajustes al Programa de trabajo y presupuesto (PTP) para 2020‑21 desde la celebración del período de sesiones del Consejo el pasado mes de diciembre;

la propuesta de nuevos ajustes al PTP para 2020‑21;

nuestra evaluación preliminar de las repercusiones de la pandemia en la seguridad alimentaria, la nutrición y los sistemas alimentarios, así como la respuesta de la FAO a esta amenaza mundial.

Progresos realizados en la aplicación de los ajustes desde la celebración del período de sesiones del Consejo el pasado mes de diciembre

En la última reunión conjunta, propuse una serie de ajustes estructurales, programáticos y operacionales iniciales.

En estos ajustes, se incorporaba la visión que les presenté durante mi campaña, de construir una Organización dinámica en aras de un mundo mejor que, al mismo tiempo, mantuviera su compromiso con sus aspiraciones, mandato y misión originales.

Tras la aprobación por el Consejo en su período de sesiones de diciembre de 2019, pusimos en práctica estos ajustes:

Contratamos al Oficial de Ética.

Se ha establecido la Oficina de Ética como una oficina separada y distinta (ya no forma parte de la Oficina Jurídica), con una línea de rendición de cuentas directa al Director General.

Designamos al Director de la nueva Oficina para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID), los Países Menos Adelantados (PMA) y los Países en Desarrollo sin Litoral (PDL). Se ha cedido a dos funcionarios del cuadro orgánico (P-2 y P-3) y se ha designado a un funcionario del cuadro de Servicios Generales.

Se está procediendo a la contratación del Ombudsman, que estará ubicado por motivos administrativos en la Oficina de Estrategia, Planificación y Gestión de Recursos (OSP).

Y, en los nuevos ajustes que presentamos hoy, se propone, de acuerdo con lo solicitado, una oficina autónoma para el Ombudsman.

Los recursos destinados a la labor de la FAO en relación con la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria y el Programa conjunto FAO/OMS de asesoramiento científico al Codex Alimentarius sobre inocuidad de los alimentos se incrementaron en 1 millón de USD para cada uno.

Se estableció un nuevo Grupo Transversal sobre la Biodiversidad en el Departamento de Clima, Biodiversidad, Tierras y Aguas (CB), con una asignación de 0,8 millones de USD para recursos distintos de los de personal y un nuevo Oficial superior de biodiversidad de categoría P-5.

Se establecieron dos comités, uno sobre jóvenes y otro sobre mujeres, que servirán de conductos para impulsar el enriquecimiento profesional de las mujeres y los jóvenes, así como su participación en el seno de la FAO y otros ámbitos.

Sus actividades en los últimos meses, especialmente durante la pandemia, han sido notables y contribuyeron en gran medida a que surgiera un espíritu de solidaridad, promoción de modelos operativos innovadores e intercambio entre los empleados de la FAO.

Se estableció una nueva Oficina para la Innovación con el objeto de consolidar y fortalecer el espíritu innovador de la FAO en ámbitos tales como la innovación en ciencia y tecnología, la innovación en el enfoque y los modelos de cooperación y la creación de capacidad.

Se encuentra en curso el proceso de selección de un Científico Jefe.

Se han tomado varias medidas relacionadas con ajustes a los efectos de garantizar que se cuente con unas funciones de supervisión eficientes y eficaces, así como un control financiero y una gestión de los recursos humanos sólidos:

En la estructura, la Oficina de Recursos Humanos (OHR) se trasladó más cerca de las restantes funciones de gestión y servicios en materia de recursos humanos a fin de garantizar servicios mejor integrados con una sola línea de rendición de cuentas y control de calidad, en el nivel de gestión adecuado.

Estos servicios incluyen la comunicación con los órganos de representación del personal y la participación de la FAO en el Comité de Alto Nivel sobre Gestión de la Junta de los Jefes Ejecutivos de las Naciones Unidas.

Se cubrió de nuevo el cargo de Director de Recursos Humanos mediante un concurso.

La Oficina del Inspector General (OIG) recibió 400 000 USD adicionales para reforzar la función de investigaciones. Fue la primera vez en muchos años en que recibió un incremento. He asumido el compromiso de garantizar que se proporcionen a la OIG los recursos necesarios para ejecutar su programa de trabajo, y pondré a su disposición recursos adicionales disponibles de la consignación neta en 2020‑21, si es necesario.

Estamos finalizando el proceso de contratación de un nuevo Inspector General.

El Comité de Auditoría ha respaldado la designación y esta se ha presentado al Comité de Finanzas para consulta.

Además, los cuatro puestos de auditor situados anteriormente en las oficinas regionales se han reubicado en la Sede, lo cual permite la creación de sinergias y una mejor distribución de los trabajos, al contar con un grupo de auditores en una única ubicación donde las tareas se pueden asignar en función del perfil (competencias lingüísticas, experiencia, etc.) en lugar de la ubicación del auditor.

Se ha añadido un nuevo puesto (D-1) en la División de Finanzas con miras a fortalecer la supervisión de la gestión, garantizando que la División mantenga la integridad de su función.

Como pueden ver, hemos puesto en práctica casi todas las propuestas que aprobaron en el último período de sesiones del Consejo, celebrado en diciembre de 2019.

Los invito a que nos unamos en un gran aplauso como gratificación a los empleados de la FAO y a mi equipo de gestión. Muchas gracias a todos los Miembros.

Propuesta de nuevos ajustes al Programa de trabajo y presupuesto para 2020‑21

Los nuevos ajustes que presento hoy son una continuación lógica de los cambios aprobados en diciembre de 2019 y se guían por la misma visión: crear una Organización inclusiva y ágil que preste servicios a sus Miembros a fin de lograr mejorar cuatro aspectos: una producción, una nutrición, un medio ambiente y una vida mejorados por medio de una reforma más transparente, abierta, innovadora, responsable y eficaz.

En primer lugar, deseo agradecerles, distinguidos delegados, el diálogo abierto y el sincero intercambio que mantuvimos durante el seminario informal de la semana pasada acerca de los nuevos ajustes.

Como prometí al final de ese intercambio, hemos preparado un documento que contiene las respuestas a las preguntas planteadas y aclaraciones de la Administración.

Este documento, junto con la transcripción de mi intervención durante la reunión, se dieron a conocer electrónicamente a través del Portal para los Miembros de la FAO.

Permítanme compartir con ustedes los principales aspectos destacados de los nuevos ajustes al PTP para 2020‑21 propuestos (más tarde, Beth Crawford, junto con mi equipo ejecutivo, les brindará explicaciones más detalladas).

En lo que respecta a las disposiciones de gestión interna:

Los ajustes estructurales y programáticos propuestos tienen por objeto mejorar la eficiencia y eficacia de la Organización, evitandoal mismo tiempo la compartimentación y estableciendo niveles óptimos de transparencia y rendición de cuentas.

La estructura propuesta consiste en una gestión modular con cierta flexibilidad.

Permite establecer una colaboración intersectorial óptima y realizar ajustes a las tareas de gestión a fin de responder a las necesidades y prioridades que surjan en los meses venideros.

Se adoptará el mismo enfoque respecto a las líneas de responsabilidad.

Sé que el asunto de las líneas de responsabilidad se planteó durante el seminario informal.

Determinaré las líneas de responsabilidad específicas teniendo en cuenta la formación, las aptitudes y los conocimientos de las personas del equipo directivo y tras consultas internas.

Habrá una línea de responsabilidad primaria (“A”) y una secundaria (“B”), en las que la línea de responsabilidad “B” desempeñará una función complementaria y de apoyo mutuo regular.

Estas líneas de responsabilidad se darán a conocer a los Miembros y los funcionarios una vez que se hayan establecido.

El equipo directivo superior está integrado por los tres directores generales adjuntos, el Economista Jefe, el Científico Jefe y el Director de Gabinete, y me presta apoyo en todas las esferas del mandato de la Organización.

Los subdirectores generales (ADG) se centrarán en tareas específicas asignadas por mí, en grupos de tareas relacionados con diversas esferas del mandato de la Organización.

Los ADG de la Sede participarán en la coordinación previa de los grandes proyectos y actividades externas visibles de importancia clave y no tanto en cuestiones internas de gestión cotidiana.

Se ha fortalecido la rendición de cuentas de los jefes de oficinas, centros y divisiones en consonancia con las mejores prácticas dada la función que desempeñan como expertos en sus respectivas esferas. Rendirán cuentas a un Director General Adjunto (DDG) o a uno de los dos jefes, o bien me rendirán cuentas directamente a mí.

Se establecerá esta estructura plana y cohesionada con miras a lograr una Organización más eficiente y responsable por medio de la reducción al mínimo de los costos de los intercambios y una menor burocracia.

En lo que respecta a la estructura organizativa:

Propongo que se establezca una nueva Oficina para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La oficina coordinaría la participación institucional en el seguimiento y examen de la Agenda 2030, en estrecha colaboración con las unidades correspondientes de toda la Organización, desde el Director General hasta los funcionarios responsables de la coordinación y custodia de los ODS tanto dentro como fuera de la Organización.

Hacemos especial hincapié en la estrecha colaboración de la FAO con otros organismos de las Naciones Unidas e instituciones financieras internacionales, los sectores privados y otros asociados, en consonancia con la Iniciativa Mano de la mano.

Trabajar en asociación es cada vez más importante para abordar cuestiones complejas y sus múltiples aspectos, así como es un requisito esencial para lograr los ODS.

Se proponen o fortalecen tres centros (diseñados con un mayor tamaño a fin de que sean más inclusivos y estén más cohesionados con otras dependencias internacionales) a fin de hacer un uso más catalizador de los limitados recursos de la consignación neta de la FAO:

El Centro de Inversiones, establecido en 1965 a través de una asociación modelo con el Banco Mundial, presta apoyo a las inversiones públicas y privadas en los Estados Miembros con la finalidad de ayudarlos a cumplir los ODS. Se propone un aumento de 8 millones de USD para aprovechar su función catalizadora a la hora de prestar apoyo a los países y permitir la financiación a gran escala con grandes aportaciones del Banco Mundial, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), la Corporación Financiera Internacional (CFI), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y otras instituciones financieras internacionales con las que estamos trabajando arduamente para establecer acuerdos de asociación similares.

El Centro Conjunto FAO/OMS se encargaría de dos importantes iniciativas conjuntas: La Comisión del Codex Alimentarius, así como toda la labor de la FAO en materia de enfermedades zoonóticas y otros aspectos (Una salud, resistencia a los antimicrobianos, inocuidad de los alimentos...). Se reúnen los conocimientos técnicos en materia de enfermedades zoonóticas para garantizar que esa labor prosiga de manera centrada y coordinada dentro de la FAO y en estrecha colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y otros asociados mundiales.

Se propone incrementar 1 millón de USD el apoyo para el Centro Conjunto FAO/OIEA, lo que refleja la asociación estratégica de larga data entre la FAO y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en materia de desarrollo agrícola sostenible y seguridad alimentaria utilizando la ciencia y la tecnología nucleares. El pasado viernes, 5 de junio se inauguró en Austria un nuevo edificio de laboratorio de vanguardia con el doble de espacio. Alojará tres de los cinco laboratorios que la FAO y el OIEA apoyan y dirigen en forma conjunta.

Otra de las propuestas consiste en establecer una nueva División de Sistemas Alimentarios e Inocuidad de los Alimentos. La División brindaría un liderazgo cohesionado y estratégico en todo el ámbito de la FAO para el desarrollo de sistemas agroalimentarios más sostenibles.

Integraría el análisis científico y económico de la FAO, para proporcionar mejores orientaciones en materia de políticas e inversiones específicas en los sistemas agroalimentarios, brindando mayor impulso a nuestras actividades relacionadas con la inocuidad de los alimentos.

Me complace observar que todas las propuestas se han formulado dentro de la consignación neta para el bienio aprobada por la Conferencia, de 1 005,6 millones de USD.

La enfermedad por coronavirus (COVID-19) y sus repercusiones en la seguridad alimentaria, la nutrición y los sistemas agroalimentarios: respuestas de la FAO

Pasaré ahora al tema sobre la COVID-19 y sus repercusiones en la seguridad alimentaria y los sistemas agroalimentarios.

Hemos hecho un seguimiento de la situación mundial en relación con las repercusiones de la pandemia en la seguridad alimentaria y los sistemas alimentarios desde los primeros días del brote.

Desde el inicio, se puso de manifiesto que la combinación de las repercusiones de la COVID-19, las medidas de contención y la consiguiente recesión mundial agravarán la situación del hambre y la malnutrición, al hacer aumentar el número de personas pobres que padecen hambre, especialmente en países de ingresos bajos que dependen de las importaciones de alimentos.

Realmente consideramos ahora que es probable que se borre un decenio de progresos en la reducción de la pobreza.

La FAO viene trabajando con miras a evaluar la amenaza de la COVID-19 para la seguridad alimentaria y la nutrición y proporcionar a los Estados Miembros políticas basadas en datos comprobados.

Hasta el momento la FAO ha publicado 41 notas de orientación y ocho publicaciones en las que presenta evaluaciones tanto cuantitativas como cualitativas de las repercusiones de la pandemia en las cadenas de suministro de alimentos, el comercio y los mercados de alimentos, los pequeños productores, la inseguridad alimentaria, la protección de las personas más vulnerables, los sistemas estadísticos y los sistemas alimentarios inocuos, resilientes y sostenibles.

También estamos usando macrodatos para hacer un seguimiento del comercio y recopilar información sobre cuestiones logísticas, tales como movimientos de los buques en tiempo real e información diaria de precios para 14 productos alimentarios principales en todos los países. Estamos usando las redes sociales y Twitter como herramientas de alerta temprana y para evaluar cómo se han resuelto los problemas, reduciendo de ese modo la incertidumbre del mercado.

A través del Sistema de información sobre el mercado agrícola (SIMA), una iniciativa del G-20 de la que nos ocupamos, brindamos a los países e inversores más transparencia e información sobre las condiciones del mercado (desde la producción y el consumo hasta las acciones y los precios).

También nos servimos de la herramienta de análisis de decisiones de políticas alimentarias y agrícolas para ayudar a garantizar que los mercados mundiales funcionen sin contratiempos.

A diferencia de la crisis alimentaria de 2007 y 2008, hoy en día el desafío no radica en la disponibilidad de alimentos sino en el acceso a ellos.

Si bien las cadenas de suministro de alimentos se mantienen unidas, los países están entrando en una fase de recesión que supone una amenaza grave, ya que la ralentización de la economía exacerba el hambre, especialmente en los países más vulnerables, los PEID, los PDL y los PMA.

Según las estimaciones de la FAO, hasta 80,3 millones de personas podrían comenzar a padecer hambre en los países importadores netos de alimentos debido a la reducción del crecimiento económico.

El alcance de los efectos de la pandemia en la demanda de alimentos depende de la profundidad y la duración de la conmoción económica y del acceso al crédito y los programas de la red de protección social.

Es por ello que en todos los países las medidas de estímulo económico deberían orientarse a satisfacer las necesidades de las personas más vulnerables.

En los últimos meses, hemos dedicado considerables esfuerzos a evaluar las repercusiones de la COVID-19 en la alimentación y la agricultura en todo el mundo y a prestar apoyo a los análisis en materia de políticas.

Incrementamos la concienciación mundial mediante la publicación de declaraciones conjuntas, como la declaración con la OMS y la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre la mitigación de los efectos de la COVID-19 en el comercio y los mercados de alimentos del 31 de marzo y la declaración conjunta emitida poco antes de la reunión de los ministros de agricultura del G-20, junto con el Banco Mundial, el FIDA y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

He participado en la reunión de los líderes del G-20 y la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la seguridad alimentaria, en ambas oportunidades por primera vez, y la reunión de los ministros de agricultura del G-20, en la que los insté a producir más y mejor basándose en los calendarios agrícolas.

Hemos convocado varias reuniones y actos de alto nivel, así como participamos en otros (en el Foro Económico Mundial, con el Secretario General, en el Consejo Económico y Social [ECOSOC], etc.) con la finalidad de aumentar la concienciación y alentar a los Miembros a trabajar juntos para superar los desafíos de la pandemia.

Hemos convocado a una serie de reuniones con ministros para asegurarnos de que los países declaren la alimentación y la agricultura como servicios esenciales durante los confinamientos.

El 16 de abril, mantuvimos una reunión virtual con los ministros de agricultura de los miembros de la Unión Africana a los efectos de discutir las repercusiones de la COVID-19 en la seguridad alimentaria y la nutrición. La declaración ministerial emitida y el equipo de tareas establecido, que incluye representantes de la Unión Europea (UE), instituciones financieras internacionales y asociados, conducen a la elaboración de medidas concretas para proteger a la población más vulnerable de África.

Y, también en abril, la FAO prestó asistencia a los ministros de agricultura de 25 países de América Latina y el Caribe en la firma de un acuerdo destinado a aunar fuerzas con miras a proteger el suministro de alimentos para los 620 millones de personas que habitan en la región.

Los dedicados esfuerzos de los últimos meses también han reforzado la cooperación de la FAO dentro del sistema de las Naciones Unidas, desde la Sede de las Naciones Unidas hasta la primera línea.

Formamos parte del Plan Mundial de Respuesta Humanitaria y colaboramos estrechamente con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) para finalizar el llamamiento revisado.

Participamos en varias iniciativas de comunicación humanitaria y promoción colectiva de las Naciones Unidas.

Trabajamos con los equipos de las Naciones Unidas en los países y otros organismos en temas relacionados con la recopilación y el análisis de datos, la reprogramación y el aumento de la asistencia.

Participamos activamente en el grupo de trabajo técnico sobre la COVID-19 del módulo mundial de acción agrupada de seguridad alimentaria, prestando asesoramiento técnico para mantener la asistencia a los medios de vida durante las restricciones relacionadas con la COVID-19 y satisfacer las necesidades emergentes.

Estamos colaborando con el PMA en la recopilación y el análisis de datos, que proporcionarán información actualizada en tiempo real acerca de la situación sobre el terreno en lo que respecta a la inseguridad alimentaria aguda como consecuencia de las restricciones relacionadas con la COVID-19, y estamos trabajando para implementar nuestra escala de experiencia de inseguridad alimentaria mediante encuestas telefónicas en todos los países vulnerables. Este análisis puede orientar intervenciones rápidas para evitar crisis alimentarias y orientar más adecuadamente las políticas.

Y, mientras la atención internacional se centraba en la COVID-19, continuamos apoyando la lucha contra otro enemigo, la langosta del desierto, con alertas tempranas y medidas tempranas.

Junto con la OCHA, celebramos reuniones informativas técnicas con los Miembros en Nueva York, Roma, Ginebra y Nairobi sobre las iniciativas de las Naciones Unidas para atenuar el brote de langosta del desierto.

Mediante la respuesta a la langosta del desierto, ayudamos a los gobiernos a salvar 720 000 toneladas de cereales, que podrían alimentar a casi 5 millones de personas por un año.

Se evitó el daño a pastizales y unidades tropicales de ganado, lo que contribuyó a que otros 350 000 hogares de pastores no perdieran sus medios de vida.

Estamos revisando nuestro llamamiento unificado para la lucha contra la langosta, dado que se prevé una nueva generación de langostas en África oriental, Cercano Oriente y Asia sudoccidental, mientras se hace un seguimiento del riesgo para África occidental.

También hemos desempeñado una función decisiva en la nueva iniciativa de 500 millones de USD del Banco Mundial destinada a combatir la langosta en África, en la que la mayor parte de los fondos se utilizarán para mejorar los medios de vida.

Los invito a que expresemos nuestro profundo agradecimiento a los asociados, donantes y administradores de campo por su sólida y oportuna acción en los últimos meses.

La nueva FAO

Todo lo anterior fue posible gracias a la impresionante adaptación de la FAO a la nueva realidad.

La respuesta de la FAO ante la COVID-19 se basa en dos prioridades: la salud y el bienestar de nuestros funcionarios y empleados y la ejecución de nuestro mandato.

Gracias al establecimiento temprano de estructuras internas para supervisar, planificar y gestionar la respuesta de la FAO ante la crisis, nos anticipamos a la curva.

Y, en un plazo muy breve, la Organización adaptó su forma de trabajar.

La FAO es ahora mucho más digital que nunca antes.

En los últimos meses, la Organización dio un enorme salto hacia la era digital.

Por primera vez en el sistema de las Naciones Unidas, organizamos la reunión virtual de ministros de África en todos los idiomas oficiales.

El Comité de Asuntos Constitucionales y Jurídicos (CCLM) de la FAO mantuvo su primer período de sesiones virtual hace dos semanas. Ese fue un momento histórico en la gobernanza de la FAO.

Nuestro uso diario de herramientas digitales se quintuplicó desde que comenzamos a teletrabajar.

Diariamente, se realizan alrededor de 1 500 reuniones en línea en toda la FAO.

Como responsable de los días internacionales establecidos por resoluciones de las Naciones Unidas, la FAO ha celebrado muchos días internacionales en forma virtual, con una gran participación.

Todos los días, se envían alrededor de 500 000 mensajes de correo electrónico desde nuestras oficinas de todo el mundo.

La nueva FAO es transparente e inclusiva.

En la ceremonia de transferencia, el pasado mes de agosto, prometí que seríamos transparentes y compartiríamos con ustedes tanta información como fuera posible.

Con ese espíritu, hemos renovado completamente el sitio web de la FAO a partir del 1 de diciembre de 2019. Pronto se realizarán otras mejoras.

En los últimos meses, organizamos varios seminarios informales virtuales.

Los mantuvimos actualizados acerca de la labor de la FAO en respuesta a la pandemia, nuestro apoyo a la lucha contra la langosta del desierto, nuestra Estrategia de nutrición y, esta última semana, los nuevos ajustes al PTP para 2020‑21.

También organizamos numerosos diálogos virtuales informales para los órganos rectores.

Y fuimos igualmente transparentes con los empleados de la FAO.

Una iniciativa de comunicaciones ejemplar garantizó que se mantuviera a todos los empleados bien informados acerca de la situación y de las decisiones y medidas adoptadas.

Y extendimos esa iniciativa a los Representantes Permanentes, a fin de mantenerlos actualizados.

Organizamos una asamblea general para el personal de la Sede (más de 2 000 personas) y una con empleados de la FAO de todo el mundo, con una participación récord de 4 300 colegas.

Las dos asambleas generales virtuales fueron muy inclusivas y abiertas. Marcaron un hito en la historia de las Naciones Unidas.

La FAO aumentó su visibilidad y productividad.

A comienzos de este año, declaré el 2020 como un año de eficiencia para la FAO.

Y no permitimos que la COVID-19 nos detuviera.

Aprovechamos plenamente las ventajas de todas las herramientas digitales modernas para asegurarnos de que el teletrabajo y la distancia física no afectaran nuestra colaboración y ejecución.

Me enorgullece que la nueva FAO digital haya aumentado, incluso, su presencia, sus actividades y sus resultados.

Y nuestra iniciativa dedicada a aumentar la concienciación acerca de la importancia de proteger las cadenas de suministro de alimentos se difundió en diferentes medios de comunicación en todo el mundo.

En la FAO, seguimos creciendo juntos a pesar de los difíciles momentos que atravesamos.

Los empleados de la FAO se reúnen todos los días en espacios de trabajo virtuales, sesiones de capacitación, seminarios web y muchas otras actividades en línea.

El Comité de las mujeres y el Comité de la juventud, recientemente establecidos, han generado un impresionante impulso positivo y han atraído a muchos colegas por medio de las diversas actividades virtuales que han organizado.

Este es el nuevo espíritu de la FAO. La nueva FAO debería estar impulsada por la demanda y los desafíos, basarse en el profesionalismo y la innovación y orientarse hacia los resultados y las repercusiones.

Las palabras huecas arruinan el negocio y el trabajo arduo conduce al éxito.

Excelencias, señoras y señores:

Hoy he destacado el vínculo lógico entre los dos conjuntos de ajustes y el papel que cumplen en la visión más amplia de una FAO moderna, ágil y eficiente después de 10 meses en mi cargo.

Continuaremos manteniéndolos a ustedes, distinguidos Miembros, bien informados acerca de nuestra labor al tiempo que cuento con ustedes y respeto su contribución.

¡Mi puerta siempre está abierta para ustedes!

Porque las dificultades que enfrentamos son grandes.

En estas épocas difíciles, la FAO es aún más necesaria; debemos trabajar arduamente para evitar que esta crisis de salud se convierta en una crisis alimentaria mediante sólidos esfuerzos de los Miembros.

Y para garantizar la transformación del sistema alimentario en aras del desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria. Y, en última instancia, para cumplir la Agenda 2030. Para subir a la cima de la montaña, solo podremos llegar a la meta juntos.

Hoy, los invito a que se unan a nosotros para pensar juntos, trabajar juntos, aprender juntos y contribuir juntos. Estamos en el mismo barco.

¡Gracias por su atención!