Género

El acto de Nueva York pone de relieve el papel crucial de la mujer rural en la Agenda de Desarrollo Post-2015

La Agenda de Desarrollo Post-2015 debería dar alta prioridad a las mujeres rurales y a su papel en la erradicación de la pobreza – he aquí el mensaje clave de los panelistas que participaron, el 15 de octubre, en el acto especial que celebraba el Día Inte

© FAO / Sudeshna Chowdhury

20/10/2014

Sobre el tema, “¿Qué podemos hacer para empoderar a la mujer rural en la Agenda de Desarrollo Post-2015?”, el acto organizado por la FAO, el PAM, el FIDA y ONU Mujeres, destacó la importancia de poner mayor énfasis en la mujer rural y en sus luchas.

Presidido y moderado por los Embajadores Guillermo E. Rischynski del Canadá y Ochir Enkhtsetseg de Mongolia, destacaban entre los panelistas S.E. el Sr. Talayibek Kydyrov (Kirguistán) - Representante Permanente ante las Naciones Unidas; el Sr. Thomas Yanga, Director de la Oficina del PAM de Nueva York; la Sra. Lakshmi Puri, Directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres y Sarah Campbell de la Organización Mundial de Agricultores (OMA).

A pesar de cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, los panelistas coincidieron en que queda todavía mucho por hacer para abordar los desafíos específicos de la mujer rural, que sigue siendo víctima de discriminación por razones de género, y que vive en condiciones de extrema pobreza.

Yanga, quien habló en nombre de los organismos de la ONU con sede en Roma, la FAO, el FIDA y el PAM, destacó cómo los tres organismos están trabajando para fortalecer el papel de las mujeres rurales para ayudar a lograr la seguridad alimentaria.

La FAO, declaró, forma a las mujeres en escuelas de campo para agricultores y otros programas, y se centra en cuestiones de propiedad de la tierra a través de las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra del Comité de Seguridad alimentaria Mundial (CSA).

“A través de su cartera de préstamos y donaciones, el FIDA ayuda a los pequeños agricultores, incluidas las mujeres, en países clave, trabajando más allá de la producción agrícola”, dijo Yanga. “En múltiples ocasiones, el PAM ha ayudado a fomentar una nutrición adecuada para las mujeres y las niñas para que puedan llevar una vida sana y productiva.” A pesar de todos estos esfuerzos, señaló, las mujeres rurales - que constituyen más del 40 por ciento de la fuerza laboral agrícola - siguen siendo uno de los “grupos más desfavorecidos del mundo.”

Puri hizo hincapié en la importancia de pensar las mujeres rurales en el contexto más amplio de eliminar el hambre. “Teniendo en cuenta que el 76 por ciento de los pobres viviendo en condiciones de pobreza extrema viven en las zonas rurales, esto no sólo ayudará a empoderar económicamente a las mujeres rurales, sino también contribuirá a la disminución del hambre y de la pobreza rural en general”, afirmó, añadiendo que con el fin de hacer frente a estos desafíos, se debe permitir a las mujeres tener acceso y controlar los recursos agrícolas y naturales productivos”.

Campbell instó a la implementación de políticas específicas para abordar los desafíos que enfrentan las mujeres agricultoras en el mundo. “Es importante reconocer que los agricultores son un grupo diverso de personas. Son jóvenes; son personas de color y son mujeres”, señaló. “ Dar más visibilidad a las mujeres agricultoras ayudará a cambiar la manera en que son percibidas generalmente.”