Para lograr los ODS es sumamente importante abordar la agricultura y los bosques de manera conjunta a la hora de formular políticas nacionales de desarrollo.
La agricultura sostenible necesita bosques sanos y productivos. Los bosques y los árboles respaldan la agricultura sostenible debido a que,
entre otras cosas, estabilizan los suelos y el clima, regulan los flujos de agua y proporcionan sombra, refugio y un hábitat a los polinizadores y
los depredadores naturales de plagas agrícolas. Cuando se integran en los territorios agrícolas, los bosques y los árboles permiten aumentar la
productividad de la agricultura. También contribuyen a la seguridad alimentaria de cientos de millones de personas, para quienes constituyen importantes
fuentes de alimentos, energía e ingresos durante épocas de dificultad.
El fortalecimiento de los marcos jurídicos que reconocen y garantizan los derechos de acceso a los bosques y árboles de las comunidades
locales y los pequeños productores contribuirá en gran medida a los objetivos mundiales de poner fin a la pobreza y lograr la sostenibilidad.
A escala mundial, 1 500 millones de personas pertenecientes a grupos de población local e indígena tienen derechos garantizados sobre los
recursos forestales gracias a la tenencia comunitaria. Ofrecer a la población local con conocimientos tradicionales la posibilidad de influir
en la toma de decisiones de forma que contribuya al logro de las metas relativas a los ODS puede reportar importantes beneficios. Con derechos
claros y garantizados, es más probable que las personas adopten un enfoque a más largo plazo de la gestión forestal, ya que son conscientes de
que ellos o sus sucesores se beneficiarán de esta práctica. En el Capítulo 3 de la publicación se pone de relieve la larga historia de gestión
forestal comunitaria de Nepal, un enfoque que han adoptado muchos otros países, en especial en Asia y América Latina. En los casos en que la
inseguridad de la tenencia constituye un problema crítico, instrumentos como las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la
tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional pueden ayudar a proporcionar seguridad.
De cara al futuro, es necesario aprender de las experiencias positivas de gestión forestal comunitaria, reconociendo la importancia del apoyo
científico y técnico, la formación, la creación de capacidad y el acceso a los mercados; la información sobre estos, la suficiencia de recursos
financieros y la necesidad de que se establezcan con claridad los derechos y las responsabilidades de las diferentes partes. Será necesario adoptar
todas estas medidas para poder fortalecer las vías forestales hacia el desarrollo sostenible.
El acceso a la tierra, los recursos y las inversiones en los bosques y las zonas que los circundan pueden impulsar a las mujeres,
los jóvenes y otros emprendedores del medio rural a convertirse en agentes del cambio para la transformación hacia un mundo sostenible.
El fortalecimiento de los derechos de tenencia de la tierra brinda la oportunidad de mejorar el acceso equitativo de hombres y mujeres a los
bosques y los árboles, además de fomentar un enfoque sostenible de la gestión forestal a largo plazo. Los estudios destacan la participación
empresarial de las mujeres, sobre todo en el sector no estructurado, y su función de liderazgo en la gestión forestal comunitaria y participativa.
La iniciativa y energía de los jóvenes es igualmente fundamental para el futuro del sector. Invertir en la formación, la creación de capacidad y el
establecimiento de organizaciones de productores puede ayudar a convencer a los jóvenes de que aprecien el valor de dedicarse a la actividad forestal
y resistirse a una migración incierta. Por otro lado, invertir en el sector no estructurado mediante el aumento de la actividad económica, la mejora de
las condiciones de trabajo y la gestión forestal sostenible puede tener repercusiones positivas que se extiendan del bosque a la explotación agrícola,
el pueblo y la ciudad. Es probable que proporcionar incentivos económicos a los pequeños productores y las comunidades para que gestionen los árboles de
las tierras forestales acabe resultando beneficioso.
Un entorno favorable es fundamental para atraer al sector privado hacia actividades en pro de la sostenibilidad.
En el sector forestal, ya sea formal o informal, existe un gran número de pequeñas empresas o microempresas, mientras que al otro extremo
de la escala se encuentran algunas empresas de muy grandes dimensiones. A pequeña escala, suele darse prioridad, entre otras cosas, a la
capacitación encaminada a mejorar las prácticas de ordenación de tierras, la promoción de la agroforestería, el fomento de organizaciones de
productores, la mejora del acceso a los mercados y la disponibilidad de arreglos financieros adecuados. A una escala más amplia, puede ser necesario
abordar los posibles obstáculos a la inversión, que suelen ser financieros o estar relacionados con la infraestructura. Probablemente las intervenciones
en el ámbito de las políticas consistan, entre otras cosas, en una mezcla de enfoques reglamentarios e incentivos para la participación en actividades que
no necesariamente estarán incluidas en el mercado, como los servicios ecosistémicos y la gestión forestal sostenible. Al mismo tiempo, será importante
abordar los posibles obstáculos a la inversión y eliminar los incentivos a la tala de bosques. Crear asociaciones con el sector privado será imprescindible
para elaborar iniciativas de gobernanza privadas, como los sistemas de certificación voluntarios y los compromisos para lograr cadenas de suministro que no provoquen deforestación.
Actuar con los bosques en mente para alcanzar los ODS
Para alcanzar la ambición histórica de poner fin al hambre y la pobreza y lograr la transformación hacia un mundo sostenible,
la Agenda 2030 prevé que los ministerios sectoriales cambien su modo de trabajar y garanticen la coherencia de las políticas entre todas las instancias gubernamentales.
Las medidas en materia de bosques, agricultura, alimentación, uso de la tierra, desarrollo rural y desarrollo nacional deberán sincronizarse en el futuro para
poder lograr un desarrollo sostenible. Si bien los factores varían considerablemente de un país a otro y entre las distintas regiones, los responsables
de las políticas deben reconocer la necesidad de gestionar las compensaciones recíprocas y de establecer medidas concretas para armonizar mejor los múltiples
objetivos y estructuras de incentivos. Este enfoque integrado es fundamental para avanzar hacia la consecución de las metas relativas a los ODS. Crear plataformas
de ejecución de los ODS compuestas por los sectores clave para el uso y la ordenación de los recursos naturales es una de las maneras de gestionar la coordinación
entre distintos sectores y superar las dificultades a las que se enfrentan los gobiernos que tienen ministerios y organismos sectoriales, cada uno con sus propias
asignaciones de recursos y mecanismos de rendición de cuentas. Las plataformas de ejecución de los ODS reunirían a distintos ministerios y organismos gubernamentales
con otras partes interesadas clave que entablarían un diálogo y coordinarían su actuación, haciendo especial hincapié en cumplir los ODS y sacar provecho de las interrelaciones,
determinar los obstáculos al cambio y llevar un seguimiento de los progresos realizados.