Innovación en el mejoramiento y la conservación de la batata en Papua Nueva Guinea para una mejor producción


Bir Mandal, Jefe de la Representación de la FAO en Papua Nueva Guinea

Funcionarios de la FAO y del Instituto Nacional de Agronomía muestran la técnica de plantación de una sola enredadera de batata, observados por un grupo de agricultoras. © FAO Papua Nueva Guinea

06/09/2023

En las tierras altas de Papua Nueva Guinea, la batata no es solo un alimento básico; es un salvavidas para miles de pequeños agricultores. Este tubérculo, conocido en la zona como kaukau, ha sido allí un elemento fundamental para el sustento y los ingresos. Sin embargo, los desafíos planteados por el cambio climático, las plagas y las enfermedades han puesto en peligro este cultivo de vital importancia.

En respuesta a estos desafíos, mis colegas de la Representación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Papua Nueva Guinea han tomado cartas en el asunto y, basándose en el principio de una mejor producción, han aplicado un enfoque innovador al mejoramiento y la conservación de la batata.

Presentaré en este punto a una persona clave con la que ha trabajado mi equipo. Moureen Mokai vive en la aldea de Hoiebia, en Tari, provincia de Hela. Moureen, madre soltera y consejera del distrito, colabora desde hace mucho tiempo con la FAO para mejorar las prácticas agrícolas en su comunidad. “El cambio climático nos afecta enormemente”, nos dijo, y remarcó la vulnerabilidad de las variedades tradicionales de la batata ante distintas condiciones ambientales.

Izquierda/arriba: La consejera Moureen Mokai está al frente de la transformación del cultivo de la batata en Hela, cuyo objetivo es mejorar tanto la seguridad alimentaria como la obtención de ingresos mediante una fructífera colaboración con la FAO. © FAO Papua Nueva Guinea Derecha/abajo: Delma Dabuma cosecha batatas en un emplazamiento de multiplicación de Wabia, en la entidad territorial administrativa de Tebi, provincia de Hela. © FAO Papua New Guinea

Gracias a la intervención de la FAO, la situación está mejorando. Solo en 2021, se establecieron 32 bancos de semillas comunitarios, que distribuyeron por toda la provincia de Hela más de 38 000 esquejes de enredaderas de batata previamente sometidos a pruebas de detección de patógenos. Esta iniciativa ha beneficiado directamente a más de 7 500 hogares y, según estimaciones, a unas 53 000 personas, protegiendo a las comunidades locales contra los caprichos del clima y las enfermedades.

En colaboración con el Gobierno de Papua Nueva Guinea, el Instituto Nacional de Agronomía y otras partes interesadas, la FAO ha introducido variedades de batata de maduración temprana y resistentes a la sequía y las heladas, sometidas a pruebas de detección de patógenos. No se trata de variedades normales y corrientes, sino que, resultado de un meticuloso proceso de investigación y ensayos, son capaces de prosperar en las singulares condiciones climáticas de las tierras altas de Papua Nueva Guinea.

Además, los recursos del programa básico de la FAO en el país se han complementado con proyectos de apoyo de emergencia, como la iniciativa relativa a la enfermedad por coronavirus (COVID-19) financiada por el Gobierno del Japón y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para las Tierras Altas. Estas capas adicionales de apoyo han sido de vital importancia para abordar las dificultades inmediatas planteadas por la pandemia y otras emergencias, con lo que han contribuido a la resiliencia y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios.

Una agricultora de batata vende sus productos en el mercado de Tari, provincia de Hela. © FAO Papua Nueva Guinea

Pero la labor de la FAO en Papua Nueva Guinea no se reduce a un simple proyecto; es un proceso de transformación hacia una mejor producción. El compromiso de la FAO con la innovación y el empoderamiento de las comunidades no consiste únicamente en mejorar las condiciones de los agricultores individuales como Moureen, sino que también tiene por objeto sentar un precedente con vistas a lograr una agricultura sostenible a escala mundial.

Por medio de sesiones prácticas sobre el terreno, los agricultores cuentan ahora con nuevas técnicas de plantación, métodos de cultivo integrados e incluso aptitudes básicas para la predicción meteorológica. “Con el apoyo de la FAO, dispongo de materiales de plantación de batata de alto rendimiento que permiten cultivar todo el año”, dice la consejera Moureen, describiendo en pocas palabras el efecto transformador de las iniciativas de la FAO.


La innovación en el mejoramiento y la conservación de la batata promovida por la FAO en Papua Nueva Guinea es una muestra representativa de los esfuerzos para lograr una mejor producción. No solo aborda las dificultades inmediatas, sino que además sienta las bases de un sistema alimentario más resiliente y sostenible en el país. De hecho, estoy muy orgulloso del proyecto, que considero una demostración de cómo las intervenciones específicas, respaldadas por la investigación científica y la participación de la comunidad, pueden transformar la agricultura, no solo en Papua Nueva Guinea, sino a escala mundial.

Juntos, la Representación de la FAO en Papua Nueva Guinea, el Gobierno, las comunidades locales y nuestros asociados que aportan recursos trabajan codo con codo para mejorar esta producción. Pero nos proponemos ir más lejos. Nuestra intención es crear una situación holística mejor para todo el mundo. Para eso, aplicamos el enfoque de las cuatro mejoras de la FAO: una producción, una nutrición, un medio ambiente y una vida mejores para todos. En definitiva, nuestro objetivo es que nadie se quede atrás.

12. Responsible consumption and production, 15. Life on land