En la Provincia del Neuquén en Argentina, la carne de cabra Criolla es apreciada tanto por los turistas como por los nativos por su gran palatabilidad (gusto y sabor), siendo preferida a la carne de otras razas caprinas de la zona. La razón principal de esta diferencia estriba en el lugar donde pastan los animales durante los meses de verano, es decir en las Tierras Altas de los Andes en el caso del ganado caprino Criollo. Las cabras Criollas representan el único ganado adaptado a estas condiciones y son los únicos animales que no consumen una planta conocida como neneo, la cual no crece en altitudes elevadas. Esto es significativo puesto que, cuando un animal consume esta planta, su carne adquiere un gusto desagradable y, en consecuencia, la carne de cabra Criolla es preferida a la de razas que pastan en altitudes inferiores. El ganado caprino Criollo presenta también muchos otros atributos beneficiosos, tales como su capacidad para reproducirse rápidamente y su resistencia al duro ambiente de los Andes. En base a estas adaptaciones, la cabra Criolla está considerada como la raza de ganado más productiva en esta región. El ganado caprino Criollo es parte integral de la identidad cultural de los Crianceros o “pastores de cabras” de la zona. El medio de subsistencia de los Crianceros depende casi por completo de esta cabra.

Si bien el pastoreo de cabras ha existido durante cientos de años, el estilo de vida de los Crianceros es duro, siendo escasos los ingresos e inadecuadas las condiciones de vida. Como resultado, muchas personas de la generación más joven están migrando a las ciudades para encontrar mejores oportunidades. Con el aumento de problemas como la escasez de mano de obra, la desertificación y la pérdida de tierras a favor de las principales industrias, no son pocas las amenazas que se les presentan a los Crianceros para su modo de vida. Esto hace que una mayor rentabilidad de sus cabras resulte esencial para salvar su orgullosa herencia, cultura y sociedad.

En 2004, se llevó a cabo un esfuerzo colaborativo entre investigadores, el gobierno local y los Crianceros. Esto desembocó en la creación de un sello de “denominación de origen” para diferenciar la carne de cabra Criolla de la carne de otras razas con el fin de poder cobrar un precio mayor. El fundamento de la iniciativa fue que, si los restaurantes y los carniceros eran capaces de cobrar más por la carne con esta designación especial, los Crianceros verían también incrementarse sus ingresos. El sello se implementó en 2005 y, durante el primer año, los ingresos de los Crianceros de la Provincia del Neuquén se incrementaron en un 10%. Pese a este logro, la conservación de esta raza y del estilo de vida de los Crianceros continúa suponiendo un desafío.

Los principales obstáculos a los que se enfrenta el sello de “denominación de origen” están relacionados con el hecho de que no siempre los Crianceros se benefician directamente del aumento del precio de la carne, con la existencia de problemas de trazabilidad e infraestructura y con el hecho de que el sello no abarca un territorio lo suficientemente amplio. A pesar de estos problemas, la creación de una identidad especial para la carne de cabra Criolla ha constituido un paso clave en la conservación de esta raza caprina y del estilo de vida de los Crianceros. Los esfuerzos futuros de conservación de esta raza bien adaptada seguirán siendo esenciales para el medio de subsistencia, la identidad cultural y el modo de vida de los Crianceros y para este importante animal, la cabra Criolla.

-Nicholaus Jackosky

Fuente: LPP, LIFE Network, UICN–WISP y FAO. 2010. Añadiendo valor a la diversidad ganadera – Mercadotecnia para promover las razas autóctonas y mejorar los medios de subsistencia. FAO Producción y Sanidad Animal Estudio. Nº. 168. Roma.

Documento relacionado: https://www.fao.org/3/i1283s/i1283s.pdf