FAO en Ecuador

Nuevo proyecto de la FAO apoyará al Ecuador a realizar mapas nacionales de carbono de suelos

30/06/2017

El país construirá un sistema nacional de información sobre  suelos, un factor clave para la creación de políticas públicas y  el manejo sostenible de este recurso para la seguridad alimentaria.

Los recursos naturales son fundamentales para el desarrollo productivo y social del ser humano, sin embargo están amenazados globalmente por diversos factores adversos como la degradación y otros eventos de tipo climatológico; provocando consecuencias en la producción agrícola, la seguridad alimentaria, la disponibilidad de agua; y otros efectos secundarios como el incremento de  conflictos, riesgo de desastres y el aumento de los fenómenos migratorios de zonas rurales a centros urbanos.

Es importante considerar que de la agricultura dependen directamente 2600 millones de personas, pero el 52% de la tierra empleada para esta actividad se ha visto gravemente afectada por la degradación del suelo. De acuerdo al informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se estima que la pérdida de tierra cultivable ha ascendido a entre 30 y 35 veces la tasa histórica.

En este escenario los países se han comprometido bajo la Agenda 2030, a cumplir algunas metas para reducir el deterioro de los recursos naturales, entre ellos el recurso suelo. Se ha planteado luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo.

Con la suscripción del proyecto celebrada en las instalaciones de la estación Santa Catalina del INIAP,  la Ministra de Agricultura y Ganadería, Vanessa Cordero y el Representante de la FAO en Ecuador, John Preissing, formalizaron esta cooperación al país. El proyecto permitirá producir diversos mapas y productos que apoyarán a las decisiones de política y estrategias de desarrollo y a reactivar el Sistema de Información de Suelos de Latinoamérica (SISLAC).

John Preissing señaló que el proyecto apunta principalmente al fortalecimiento de capacidades nacionales  para la recuperación, recopilación, almacenamiento y armonización de datos sobre suelos; información que será fundamental para que el país pueda proteger este recurso a través de políticas públicas y los agricultores y agricultoras tomen decisiones informadas sobre su producción.

Según Vanessa Cordero en el país existe un uso competitivo del suelo, a lo que se suma la demanda creciente de alimentos, energía y extracción de materias para satisfacer el incremento de la población. En este contexto el convenio de cooperación impulsará la protección del suelo y a su vez aportará al desarrollo integral agropecuario del país.

El proyecto será implementado por la FAO en estrecha coordinación con el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias del Ecuador

Se espera que los datos generados puedan ser utilizados como insumos para asesorar a los diversos usuarios de los recursos de la tierra en la adopción de buenas prácticas de gestión. Por otra parte, impulsar la inversión sostenible, alternativas de planificación del uso de la tierra, la toma de decisiones oportunas y los planes de desarrollo del gobierno orientados a la seguridad alimentaria y la disminución de la pobreza.

Con este proyecto, Ecuador se suma a los esfuerzos de la región por combatir la degradación de la tierra junto a los gobiernos de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, , Perú y Uruguay, países que también son beneficiarios de este proyecto regional.

Conocer los suelos para luchar contra el cambio climático

Según la FAO, el 14 por ciento de las tierras con algún grado de vulnerabilidad a la degradación de mundo están en América Latina y el Caribe. Cerca de un 20 por ciento de los suelos de la región son áridos, y un 10 por ciento presenta limitaciones de drenaje.

Los suelos de la región son claves para la producción agropecuaria y seguridad alimentaria de cientos de millones de personas, y son la base del rol que juega en la provisión global de alimentos.

Sin embargo, actualmente están bajo serias presiones, como el cambio en el uso de la tierra incluido la ampliación de la frontera agrícola y la intensificación (en la Amazonía, por ejemplo), la contaminación en zonas dedicadas a la actividad petrolera y minera y a través el uso exceso de productos químicos en la agricultura y sellado del suelo a través de la expansión urbana.

Los crecientes niveles de degradación del suelo y sus impactos negativos asociados son exacerbados por el cambio climático, razón por la cual el proyecto de la FAO busca generar una radiografía precisa de su estado para formular planes de mitigación y adaptación.