En el año 2014, la declaración del "Año Internacional de la Agricultura Familiar" puso de relieve el papel crucial de la agricultura familiar en temas urgentes como la erradicación del hambre, la gestión de recursos naturales y la lucha contra la pobreza. Diversos actores, como la academia, los Estados, la sociedad civil y los organismos internacionales, contribuyeron a generar evidencia reveladora sobre el impacto de este sector en las sociedades de todo el mundo.

Sin embargo, en Perú, no se contaba con evidencia sobre los aportes de la agricultura familiar, lo que dificultaba comprender sus desafíos y oportunidades en un país marcado por grandes desigualdades. Ante esta situación, el Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) asumió el desafío de visibilizar este sector olvidado. En 2015, publicaron el primer estudio que cuantificó los aportes y la importancia de la agricultura familiar en el país. Los hallazgos revelaron que el 97% de las unidades agropecuarias en todo el país eran de agricultura familiar, convirtiendo a Perú en el país de América Latina con la mayor presencia de agricultores familiares. Además, se evidenció su contribución significativa al empleo del sector y a la generación de valor monetario en la economía. Estos estudios posteriores han consolidado la evidencia y sentado las bases para una mayor visibilidad y atención a la agricultura familiar en Perú, promoviendo una mejor orientación de las políticas públicas hacia este sector relegado en la sociedad.