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Cómo ayudar a los niños a salvar los océanos y defender el medio ambiente


Los jóvenes son el futuro de nuestro planeta: ayudémoslos a protegerlo

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Nunca se es demasiado joven para adquirir buenos hábitos. Cuando se trata del futuro de nuestro planeta, la juventud se juega mucho... Es importante que aprendan a protegerlo desde el principio. ©EpicStockMedia /shutterstock.com

18/02/2020

Los niños están demostrando que la edad no tiene importancia cuando se trata de luchar contra el cambio climático. Aunque no todos puedan cruzar el Atlántico en un barco de vela como Greta Thunberg, no significa que no puedan ayudar a combatir el calentamiento global.

La protección de los océanos es una parte fundamental de esta lucha. Los océanos nos aportan numerosos beneficios: nos proporcionan alimentos, influyen en el clima y en la meteorología y son un espacio para la recreación. Sin embargo, los tratamos con indiferencia. La sobrepesca está reduciendo las poblaciones de peces, amenazando la disponibilidad de alimentos nutritivos y transformando los ecosistemas marinos, y arrojamos al mar millones de toneladas de desechos plásticos, que matan o dañan la vida marina. Necesitamos unos océanos limpios y sanos para proteger nuestra propia salud y supervivencia, y para sostener a las generaciones futuras.

Cada pequeña acción cuenta. Presentamos aquí algunas maneras sencillas de alentar a los niños a proteger los océanos y a convertirse en defensores del medio ambiente:

1-     Realizar una limpieza a nivel local

Las campañas de limpieza de playas, lagos o ríos son una excelente manera de hacer que los niños participen en la tarea de mantener nuestro entorno libre de basura. Incluso un parque local mejorará si se limpia. Menos basura en el entorno supone en general menos desechos que pueden ser arrastrados a nuestros cursos de agua. Reúne a tu familia para pasar una mañana en la naturaleza y dedicar tiempo a recoger basura juntos: los niños verán la diferencia real que supone para el área en la que juegan.

2-     Reutilizar los objetos desechados

Una buena manera de hacer que los niños se involucren en el reciclaje es animarles a encontrar otros usos para objetos viejos. En lugar de tirar algo, ¡ayúdalos a convertirlo en arte!

Uno grupo de escolares de Roma, Italia, participaron recientemente en un taller de creación de arte a partir de desechos que tuvo lugar en la sede de la FAO como parte del Simposio Internacional sobre la Sostenibilidad de la Pesca. Los niños se desplazaron a una playa local y se les animó a recolectar diferentes tipos de desechos que pudieran convertirse en obras de arte. “La basura no es sólo basura, porque se pueden crear montones de cosas con ella. Termina no siendo ya un desecho, sino... una hermosa obra de arte”, dijo uno de los niños.

Junto con la artista romana Publia Cruciani, los alumnos transformaron el material recuperado en impresionantes obras de arte, ayudando a la basura a encontrar una nueva vida. “Por desgracia el plástico nos rodea”, explica Publia. “Mientras los niños recogían los residuos –añade–, ya estaban usando su imaginación para visualizar lo que podían crear.”

Los niños del St George's International School de Roma buscan en la playa objetos desechados para convertirlos en obras de arte. ©FAO/Pier Paolo Cito

3-     Reducir el uso de plástico

Más del 70% del plástico que usamos no se recicla, y muchos de estos desechos acaban en nuestros océanos. Reducir el plástico es esencial si queremos realmente proteger nuestros mares y ríos.

A menudo, las frutas y hortalizas preenvasadas en los supermercados son una fuente importante de plástico de un solo uso. Hacer que los niños se interesen en producir sus propios alimentos es una forma divertida y educativa de disminuir el uso de plástico y acortar las cadenas de suministro alimentario, reduciendo el CO2 emitido en el transporte. No sólo eso, sino que involucrar a los niños en obtener sus propios alimentos es una buena manera de ayudarles a desarrollar nuevas habilidades, salir a la naturaleza y apreciar nuestro planeta.

En la escuela General Lázaro Cárdenas en Ajalpan, México, 96 estudiantes plantaron y cuidaron de sus cultivos y obtuvieron alimentos para sus almuerzos escolares (¡con la ayuda ocasional de sus padres y maestros!). Esto ha ayudado a los niños a mantener una dieta saludable, a desarrollar habilidades para ganarse la vida y a lograr una conciencia ambiental. Esta escuela mexicana es sólo uno de los proyectos de la FAO que promueve huertos escolares, ayudando a mejorar la nutrición infantil, así como a reforzar la seguridad alimentaria y proteger el medio ambiente circundante.

4-     Consumir pescado obtenido de fuentes sostenibles

El pescado es parte esencial de una dieta equilibrada para mucha gente en el mundo. Es una fuente indispensable de proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos omega-3 poliinsaturados. Para algunas comunidades costeras, el pescado es su principal fuente de alimento. Las prácticas pesqueras insostenibles amenazan la seguridad alimentaria de estas comunidades, tanto al quitarles estos recursos marinos como al perjudicar sus medios de vida. Se calcula que cerca de uno de cada cinco peces capturados cada año a nivel mundial proviene de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca INDNR), lo que conduce a la sobrepesca y a otras amenazas que dañan gravemente nuestros océanos.

En tu hogar, puedes ayudar comiendo especies de peces que sean más abundantes, en lugar de las que están en riesgo de sobrepesca, como el atún rojo del Atlántico, la caballa del Atlántico y el capelán. También puedes comprar pescado que haya sido capturado o cultivado de forma sostenible, como el que tiene etiqueta ecológica o el pescado certificado. Asegurarnos de que el pescado que comemos proviene de una fuente certificada puede tener un gran impacto.

El pescado es una fuente vital de nutrición e ingresos para muchas personas en el mundo. ©FAO/Emre Tazegul

No existe un único método para mantener nuestros océanos limpios y nuestro planeta sano: todo está interconectado, y cada pequeño detalle ayuda. Los niños pueden empezar desde pequeños a tomar decisiones sostenibles y a adquirir hábitos que sean beneficiosos para nuestro futuro. Es vital involucrar tanto a los jóvenes como a los mayores en la toma de decisiones sostenibles que ayuden a transformar nuestros sistemas alimentarios. Todos tenemos un papel que jugar para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el futuro mejor que nos permiten vislumbrar.

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