FAO en Honduras

Un esfuerzo coordinado para redoblar el impacto en la lucha contra la malnutrición

21/11/2018

Honduras presenta sus avances en la definición de la estrategia para conseguir la seguridad alimentaria y nutricional y el caso especial del Corredor Seco

Buenos Aires, 21 de noviembre de 2018

Honduras tiene ahora un gran laboratorio: la Alianza del Corredor Seco. Un territorio con una problemática climática muy concreta y altos índices de pobreza y desnutrición. En un momento en el que el apoyo financiero internacional de socios como la Unión Europea y otros y  los esfuerzos del Gobierno se dirigen a abordar esos problemas, una buena coordinación institucional y una definición de prioridades son esenciales, a decir de  Jorge Quiñonez, subdirector de la Unidad Técnica de Seguridad Alimentaria hondureña.

La experiencia de Honduras en el fortalecimiento de sus instituciones para luchar contra el hambre y la malnutrición se ha presentado en un evento paralelo durante La Semana de la Agricultura y la Alimentación que se celebra estos días en Buenos Aires (Argentina). La conferencia reúne a los Gobiernos, agencias especializadas, sector privado y sociedad civil de toda América Latina y el Caribe. “En países con pocos recursos económicos, la falta de coordinación afecta muchísimo. Si no coordinamos bien puede haber duplicación y ese es un costo que el país no merece”, agregó Quiñonez.

 “La realidad es que para retomar el progreso en la reducción del hambre y la malnutrición por la que América Latina se ha distinguido en las últimas décadas serán necesarias más inversiones”, dijo este miércoles Carmelo Gallardo, representante de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) en República Dominicana. “Pero las inversiones no serán efectivas si antes no creamos las condiciones para que realmente tengan impacto”, advirtió Gallardo.

El Programa FIRST, una alianza de la Unión Europea y la propia FAO, trabaja mano a mano con los Gobiernos de más de 30 países para generar ese ambiente propicio en el que las inversiones puedan realmente contribuir a mejorar la seguridad alimentaria y nutricional de la población. “El apoyo de FIRST ha sido muy importante para acelerar todo el proceso”, afirmó Quiñonez. Junto al caso de Honduras, se destacaron los avances conseguidos en Colombia, Cuba,  y Guatemala para establecer esas condiciones adecuadas.

En Cuba, la implementación del Plan de Autoabastecimiento de Alimentos permite aumentar la cantidad, calidad, estabilidad y variedad del suministro alimentario, y lo hace fortaleciendo la producción agrícola local sostenible como motor del desarrollo rural, como explicó Gloria Almandoz, del Ministerio cubano de la Industria Alimentaria.

Guatemala, por su parte, ha abordado la necesidad de que las mujeres rurales no queden fuera de programas clave como el de apoyo a la agricultura familiar (PAFFEC). Ahora, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación guatemalteco cuenta con una Unidad de Género que está presente en la toma de cualquier decisión, como destacó Felipe Orellana, viceministro de desarrollo rural del país centroamericano.

En Colombia, FIRST ha venido acompañando el proceso de  reincorporación social y económica de excombatientes; así como la planeación agropecuaria para los próximos 20 años. Así mismo, el diálogo de políticas públicas en materia de seguridad alimentaria ha representado un apoyo importante en el nuevo ciclo de gobierno como parte de la construcción del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022.

El mismo día en que se presentaba en La Semana el informe de FAO sobre la pobreza rural en América Latina y el Caribe, los ponentes han reafirmado el compromiso de los países en asegurar la efectividad de las políticas e inversiones para erradicar el hambre y la pobreza sin dejar a nadie atrás.