FAO en Uruguay

Opinión - Mejorar la forma de producir carne

Vicente Plata, Oficial a Cargo de la Representación de la FAO en Uruguay. Foto: FAO/Maximiliano Valencia
22/06/2018

Con el proyecto de Ganadería Climáticamente Inteligente la producción de Uruguay se adaptará mejor al cambio climático.

Uno de los desafíos que plantea la lucha contra el cambio climático es el de adaptar la forma en que producimos carne. Según un nuevo estudio publicado en la revista Science [1], la ganadería tiene una huella ambiental muy importante en el mundo: utiliza el 83 % de las tierras agrícolas y responde por el 60 % de los gases de efecto invernaderos producidos por la actividad agropecuaria.

La producción agropecuaria uruguaya es muy sensible al cambio climático y es el caso en particular de la ganadería. Esto se debe a que es una actividad que en nuestro país se realiza a cielo abierto, por lo que depende en gran medida de la intensidad, la frecuencia de las lluvias y también de la temperatura.

En Uruguay, el Cambio Climático supone un aumento de la intensidad de las precipitaciones, aunque la cantidad total sea similar a la habitual. También se pudo comprobar que disminuyeron las horas de frío y las heladas, mientras que los periodos de sequía son más frecuentes.

Esta nueva realidad, implica adaptar nuestra ganadería -que se realiza en praderas naturales-  cambiando la cantidad de animales y el régimen de pastoreo con el que se trabaja.

Es necesario permitir que los pastizales crezcan más altos antes de que los animales pasen a consumirlos. Así, se desarrollan raíces más grandes y fuertes, se aprovechan mejor los nutrientes del suelo, y la vegetación se hace más resistente a los periodos sin lluvia.

A estos beneficios, se agrega que, con praderas más altas, aumenta la cantidad de especies vegetales que las componen y por lo tanto su biodiversidad.

Los pastos crecidos suponen un mejor alimento para los animales, y menores emisiones de gas metano por kilo de carne producido. Esto último permitirá producir más, sin aumentar las emisiones.

Con el objetivo de apoyar esta adaptación de la producción es que se acaba de aprobar para Uruguay el proyecto de Ganadería Climáticamente Inteligente, financiado por el Fondo Global para el Medio Ambiente, conocido como GEF, y apoyado, desde el punto de vista técnico, por la FAO.

Esta iniciativa, que supone una inversión de más de 2 millones de dólares, se va a llevar adelante en conjunto entre el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, el Ministerio de Vivienda Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y las gremiales de productores.

Es un proyecto que se va a implementar en dos zonas del país: en la Cuchilla de Haedo y en las Sierras del Este, en áreas ganaderas productoras de carne y lana, para promover una intensificación sostenible de la ganadería.

Desde siempre nos hemos tenido que adaptar. La adaptabilidad es una habilidad necesaria para la supervivencia del ser humano. Por lo tanto, es natural, y los productores siempre lo han hecho.

Este proyecto va a derivar barreras y acelerar esa capacidad de adaptación de los productores. Sus propuestas ya son conocidas por las gremiales y se vienen aplicando en casos pilotos e innovadores.

Es importante que la ciudadanía en general, tanto como los funcionarios, profesionales y académicos vinculados al sector apoyen y potencien estos cambios de hábitos productivos.

Serán beneficiosos para la calidad de la producción, para el medio ambiente en el que vivimos todos y para la economía del país, a pequeña y a gran escala, además de poner a Uruguay aún más en la vanguardia de la adaptación al cambio climático: un justo motivo de satisfacción.

 

Autor: Vicente Plata, oficial a Cargo de la Representación de la FAO en Uruguay

Esta columna de opinión se ha publicado en el Semanario Búsqueda de Uruguay

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