FAO en Uruguay

Respaldo unánime de gremiales del agro uruguayo a la producción sostenible de alimentarios

17/12/2020

Uruguay debe destacarse en los mercados del mundo por la calidad y sostenibilidad de su producción creen gremiales del agro

Referentes de Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), y Federación Rural coincidieron, durante un diálogo por los 75 años de Naciones Unidas realizado el lunes 7 de diciembre, en la necesidad de informar y empoderar al consumidor sobre la producción agroalimentaria y en la conveniencia de diferenciarse a nivel internacional a través de la sustentabilidad de la actividad agropecuaria de Uruguay.

La Organización de las Naciones Unidas y su agencia especializada, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Uruguay convocaron a personas interesadas y vinculadas al sector agropecuario y agroalimentario a participar de un diálogo con representantes de las gremiales mencionadas.

Esta actividad se realizó en el marco del 75 aniversario de la creación de las Naciones Unidas (ONU) y de la FAO, cuando la actual situación sanitaria y económica vuelve a poner en el centro de la atención la necesidad de contar con sistemas agroalimentarios sostenibles para la salud y los medios de vida de la población de Uruguay y en el mundo.

Los expositores fueron el Presidente de CAF, Pablo Perdomo; Marcello Rachetti, integrante del Departamento de Promoción y Desarrollo de CNFR y Soledad Arrarte de la Federación Rural, así como el Representante ad ínterim de la FAO en Uruguay, Rubén Flores quién lideró el diálogo junto a José Peralta, Asesor en Comunicación de la Coordinadora Residente de Naciones Unidas en Uruguay.

Peralta dijo al iniciar el encuentro virtual que ese fue “el broche de oro” de más de 20 encuentros realizados durante el año por la Coordinación Residente de la ONU en Uruguay, de los cuales asistieron más de 3500 personas de Uruguay y recordó que el primer taller de esta serie de eventos en el país fue con mujeres rurales, también coorganizado con la FAO.

La encuesta y el contexto

El asesor de la ONU destacó que más de 3200 las personas ya completaron desde Uruguay la encuesta impulsada con motivo del aniversario de su organización y que, en relación con su población, Uruguay tiene la mayor participación de América Latina y el Caribe.

De acuerdo a los datos compartidos por Peralta, casi el 70% de las personas participantes desde Uruguay tiene menos de 45 años y/o se identifica con el género femenino. El 76% completó secundaria y más.  

En cuanto a los principales resultados en Uruguay, ante la crisis por COVID-19, la priorización del acceso universal a la salud fue la respuesta más elegida (por 1600 personas), pero en mucho menor medida que lo que se ve en las respuestas de otros países. La segunda opción fue el acceso al agua potable y al saneamiento, en mayor medida que en el resto del mundo. Uruguay también le dio más importancia que el resto de los países a la necesidad de atender las desigualdades profundizadas por COVID19.

De las respuestas uruguayas también aparece como importante, para 893 personas, el “repensar la economía”.

Respecto a los tres cambios que se esperan desde Uruguay para dentro de 25 años, en primer lugar, aparece la protección ambiental, el consumo y la producción sustentables en segundo puesto y el respeto a los derechos humanos casi empatado con el acceso a la educación en tercero. La postura uruguaya en cuanto al consumo y la producción “no se da en todas las partes del mundo”, señaló Peralta.

En cuanto a los principales desafíos que señala la encuesta, la gran mayoría (2400 personas) apunta al cambio climático y los temas ambientales. El asesor de Naciones unidas dijo que en charles organizadas este año, se vio la gran preocupación en particular de los jóvenes que dicen sentirse “rehenes de las decisiones tomadas” en cuanto al ambiente y el consumo.

Igual de abrumadora fue la mayoría de las personas (2161) que consideran “esencial” la cooperación entre países para enfrentar los desafíos. Además, 1732 personas cambiaron su postura ante COVID respecto a la cooperación entre países y pasaron a considerarla necesaria, mientras que otras 1315 no la cambiaron, porque ya pensaban que lo era. 

Por último, los uruguayos expresaron más pesimismo que la mayoría de los encuestados en el mundo: casi la mitad de los encuestados cree que dentro de 25 años vamos a estar peor que ahora.

Por parte de la FAO en Uruguay, Flores destacó “la relevancia del sector agropecuario por la generación de divisas, de empleo, por la opción de producir alimentos autosuficientemente con la capacidad de tener excedentes para exportar. Es una gran fortaleza de Uruguay y si sumamos la fortaleza que tiene el país en términos de instituciones sólidas, maduras, esto permite ver con expectativa lo que está haciendo Uruguay y lo que podrá hacer a futuro”.

El representante de FAO, que también es Oficial Principal de Políticas para América Latina y el Caribe, destacó que 35 millones de latinoamericanos están a punto de caer por debajo de la línea de pobreza, de acuerdo a proyecciones de la CEPAL, sumados a los 68 millones que ya estaban en situación de pobreza antes de la pandemia y que esto implica que cerca de 100 millones de latinoamericanos están en situación de inseguridad alimentaria en este momento.

En ese contexto, alertó que “estamos en un momento delicado en que hay que contar con los actores de todo el sector agroalimentario. Es fundamental ahora y también para lograr que en los próximos 25 años no sigamos profundizando el doble desafío del hambre y la mala alimentación que genera sobrepeso y obesidad”.  

Además, recordó que en el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2020, las cifras de Uruguay muestran que 800.000 personas estaban en inseguridad alimentaria moderada o severa antes de la pandemia y dijo que “estos datos nos hacen ver que, a pesar de que Uruguay está en el camino correcto, tiene todavía algunas tareas que desarrollar”, y en ese marco estimó esencial esta instancia de diálogo.

Cuando la ONU cumpla 100 años

Pensando Uruguay y el mundo dentro de 25 años, comenzó tomando la palabra Pablo Perdomo. Dijo que el primer objetivo que se pondría es el de lograr “mitigar el hambre” y que apunta a un “mundo donde todas las necesidades básicas estén satisfechas -para empezar, la alimentación y el agua- para todos los habitantes de este planeta”.

Para lograrlo el presidente de CAF pidió “más cooperación entre las organizaciones y entre los países, más y mejor multilateralismo”. “Lo quiero destacar, porque muchas veces la falta de negociaciones multilaterales nos impide avanzar en estos objetivos y que el multilateralismo es fundamental porque todos debemos tener las mismas oportunidades de desarrollo y satisfechas las necesidades básicas”, aclaró Perdomo.

Además, consideró que “tendríamos que ser más empáticos” y que “quizá debamos hacer intervenciones sociales de una vez por todas para mejorar la calidad de vida de todos los que la necesitan”.

“Los jóvenes, bien jóvenes, hasta algunos hijos de algunos dirigentes cooperativistas nos decían hasta hoy que la contaminación, el calentamiento global son cosas que los preocupan. Además, se precisa más tolerancia y menos discriminación y menos odio”, relató.

Soledad Arrarte dijo coincidir con la postura de CAF y que la Federación Rural trabaja habitualmente con esa gremial y con CNFR y otras instituciones (la Asociación Rural del Uruguay, la Asociación Cultivadores de Arroz y la Asociación Nacional de Productores de Leche) en el marco de “Campo Unido”, organización en la que se tratan los temas planteados.

“Estamos con el criterio de producir cada vez más, es lo que se viene gestando, producción sustentable, con aprovechamiento más racional de los recursos naturales, de los recursos renovables, proteger el agua que tenemos”, dijo la referente de Federación Rural.

Arrarte explicó: “El 70% de nuestro campo es natural y nosotros alimentamos nuestro ganado así. Siempre que viene alguien del exterior le llama la atención la manera de producir que tenemos“No nos damos cuenta de que nosotros, en nuestros campos, estamos con producción ecológica permanente. De repente nos falta saltar el escollo de las drogas que a veces les proporcionamos a los animales, a nivel sanitario tenemos que trabajar en eso, pero creo que nuestra producción es muy buena”, agregó 

 “Si estamos produciendo somos parte de la cadena alimenticia y no podemos dejar de querer producir algo que sea lo mejor que los consumidores puedan tener en su mesa”, advirtió.

Arrarte dijo que, lo que desea de acá al 2045 es más conciencia del trabajo de todos los actores de la cadena, incluyendo el transporte que permite que los alimentos lleguen a la mesa y destacó además que “Uruguay está muy bien”, trabajando con buenas prácticas agrícolas, respetando el medio ambiente y evitando la erosión del suelo.

Sería más conciencia agropecuaria, que el consumidor se dé cuenta de todo el amor, de toda producción, de todo el involucramiento que tiene un ser humano a la hora de la elaboración de la materia prima”, dijo la referente de Federación Rural.

 “Yo no me quiero unir a esa encuesta, yo soy positiva, creo que en 25 años en Uruguay vamos a estar mejor”, agregó Arrarte.

Por Comisión Nacional de Fomento Rural, Marcello Rachetti, de la Comisión de Promoción y Desarrollo de esa organización, dijo que de acá a 25 años espera que Uruguay mantenga “su perfil de país que le ha logrado dar una relativamente buena calidad de vida a sus ciudadanos, que tiene una base institucional y democrática bastante sólida y creemos que es un capital fuerte que tiene que conservar porque es la base de una convivencia sana en la sociedad”.

Además, expresó la voluntad de preservar el perfil de “país productor de alimentos sanos y de buena calidad, que garantice la seguridad alimentaria a su población” pero sumándole “la necesidad de cuidar y revalorizar a la población rural”, dado que “aunque más del 90% de su población vive en ciudades, sigue teniendo una base esencialmente agraria: es un país urbano, pero agrario”.

“Nos imaginamos sistemas de producción de alimentos que sean cuidadosos de los recursos naturales que son base para la producción. Hoy estamos en un planeta en crisis ambiental, el cambio climático es una realidad: los sistemas de producción tienen que adaptarse a lo que ya está generado, pero también tienen que apoyar en la mitigación de problemas que van a surgir de aquí en adelante, si no tomamos algunas medidas”, agregó.

Rachetti recordó y saludó la tradición de diálogo que tiene Uruguay y que existe entre las organizaciones del agro en el país, preservando las “identidades históricas” de cada una. “No nos imaginamos un Uruguay construido sin la participación de las gremiales agropecuarias en todo los que es la planificación productiva y agraria”.

Rachetti también espera que la producción familiar siga siendo “pilar” de la producción de alimentos y recordó que “la mayoría de los alimentos que consumen los uruguayos es producida por pequeños y medianos productores que viven y trabajan en el campo y que necesitan ser sujetos de políticas diferenciadas ya que son más vulnerables en todo sentido: a crisis climáticas, económicas, y a crisis de mercado”.

Por último, el representante de CNFR espera que: “cada persona, cada gobierno, cada institución tenga la conciencia y la responsabilidad suficiente para actuar en sintonía con la construcción de un mundo ambientalmente sano, socialmente justo y económicamente equitativo” y que, para lograrlo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible son la “hoja de ruta adecuada”.

Arrarte también consideró que para concretar todo lo expuesto, hace falta que las gremiales sirvan de “nexo” con el Gobierno, para solicitar la apertura de mercados, por ejemplo. También destacó el trabajo de las instituciones de investigación y que visualiza a las gremiales como “puentes” entre los productores y otras instituciones u organismos “que pueden capacitarlos o trasladarles tecnologías. Para ser más responsables, más eficientes, que produzcan alimentos cada vez más naturales”.

Rachetti agregó que “quienes producen alimentos lo hacen para que alguien los consuma y la primera etapa para que todos puedan consumir alimentos sanos es que haya producción de alimentos sanos. Por supuesto que también está la importancia de que esos alimentos lleguen en tiempo y forma a quienes los tienen que consumir y terminar con esa brecha de problemas alimenticios para quienes se alimentan mal como para quienes no tienen posibilidad de alimentarse adecuadamente”.

Perdomo hizo hincapié en la necesidad de ver “cómo llegamos al consumidor con la suficiente información de todo lo que hay detrás de un kg de alimento” y consideró que esa también es una responsabilidad de las gremiales.

El agro uruguayo en 25 años

Respecto a cómo creen que será el Uruguay agropecuario en 25 años de mantenerse la tendencia actual, la representante de Federación Rural, haciendo un paralelismo con la trazabilidad del ganado uruguayo y el etiquetado frontal de alimentos que se está implementando, dijo que “tendríamos que lograr la trazabilidad de los alimentos desde que salen de la granja o del predio hasta que llegan al consumidor”.

Estimó que debería haber etiquetas para señalar la producción natural o la que no usa fitosanitarios, por ejemplo.

Arrarte también cree que el “camino va” por el lado de trabajar en la calidad de las semillas, fitosanitarios que cumplan con las normas de bioseguridad utilizados por personas capacitadas, monitoreo satelital de las pasturas, siembra directa que no erosione innecesariamente el suelo y la preservación de la pastura natural.

Rachetti, señaló como desafío la reducción de la población rural y de la cantidad de unidades productivas, la concentración de la tenencia y el uso de la tierra por actores empresariales que tienen un predominio muy grande en la utilización de la tierra.

En ese sentido apuntó a la tendencia que hace que las “personas se desplacen y pasen a ser desplazadas por unidades más grandes que utilizan más tecnología” y que genera un círculo vicioso que conlleva a la reducción de servicios.

Coincidió en la “señalización del alimento sano” y, en el mismo sentido que Arrarte, dijo que “los productores sobre campo natural están muy cerca de la producción ecológica” y pidió apoyo para quienes busquen producir así, para que puedan coexistir distintos sistemas y transitar hacia una producción más sostenible.

Además, pidió, sin dejar de respaldar una ganadería sostenible y baja en emisiones, “no dejar de reconocer que los grandes problemas de cambio climático no son producidos por la ganadería y la agricultura y menos por países como los nuestros. La principal responsabilidad sigue estando en los países desarrollados ye n los combustibles fósiles”.

“Unas pocas empresas que son muy eficientes y muy inteligentes en como presentan sus productos, logran que la gran mayoría de la humanidad consuma eso y no consuman estos otros productos para los que tanto cuesta hacer ver el valor agregado que tienen”, concluyó el referente de CNFR.

Perdomo cree probable que, si nada cambia, en 25 años, probablemente “el poder de las cadenas de valor esté cada vez más concentrado”, “las grandes multinacionales tengan bastante controlado el mercado de consumo con todos los desajustes naturales o no que puedan tener con las posibles interrogantes en cuanto a la salud de quienes nos alimentemos con esos productos”.

“Las reglas del juego para el comercio de esos alimentos y para el consumidor entendemos que estarán como está ahora, en manos de esas empresas multinacionales, a menos que las cooperativas los puedan representar, lamentablemente los pequeños productores van a quedar cada vez más debajo de la mesa, por fuera”, proyectó el presidente de CAF.

Destacó que, con motivo de la pandemia “cada vez más productores salen a vender su producción junto a su familia en las rutas para lograr una mejor ecuación económica”, generando lo que en algunos países se llaman “mercados de cercanía”.

Perdomo destacó por otro lado que “los productores somos el 3% de la población mundial que alimenta al 97% restante que bien en las ciudades” y señaló que esto debe discutirse, integrando a los productores al diálogo.

“En los ámbitos más altos de la discusión mundial sobre la alimentación, deben de estar lo productores y eso queremos decirlo muy claramente”, enfatizó el representante de CAF.

Perdomo también señaló la necesidad de que la producción pueda recibir un precio justo.

Señaló que de la “pera o la manzana” que se compra, el productor granjero de las cercanías de Montevideo se lleva poco más del 20% del precio y el resto se los lleva la comercialización y la distribución.

El referente de CAF dijo que las cooperativas “son una alternativa” para poder certificar aspectos como la calidad nutritiva y la trazabilidad de los alimentos. “Con eso vamos a dar seguridad y confianza en lo que está comprando al consumidor”, estimó.

También señaló como “tema complicado” para atender el de los plásticos y la contaminación. “debemos empezar a pensar en que, con nuestros productos no le estemos agregando contaminación al medio ambiente”.

Uruguay y la transformación global de los sistemas alimentarios

Flores planteó como pregunta complementaria y de cara a la Cumbre de Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios prevista en setiembre 2021 y donde la FAO quiere que los productores estén presentes, el saber si las gremiales apoyarían un liderazgo uruguayo de cara a las transformaciones de los sistemas necesarias para que estos sean sostenibles. 

La respuesta de Perdomo fue clara: “Sí. Lo estamos haciendo. Aquí habemos tres gremiales importantísimas para el país con mucha historia, las más joven es la nuestra, con 36 años, pero las otras dos que están acá, pueden hablar con mucha mayor participación en la historia del país. Nosotros, con otras gremiales, junto a las que están presentes ya hemos trabajado este tema”.

Rachetti, coincidió con Perdomo en la afirmativa y explicó que la CNFR discute en su consejo directivo regularmente sobre “cómo contribuir a la mejor producción de alimentos, pero además también en clave de un mejor desarrollo integral del país y de la humanidad toda. Parece muy amplio, pero soñamos con esas cosas y tratamos de bajarlas a tierra”.

“Las cooperativas, sociedades de fomento, gremiales y otras organizaciones de productores a nivel local y nacional tienen que estar en estas instancias de diálogo y de construcción de políticas siendo protagonistas del diseño, la implementación, para que realmente sean efectivas. Sin participación de las organizaciones de productores, puede quedar en algo declarativo o puede generar un divorcio entre lo que realmente pasa en el campo y lo que se puede estar pensando desde la política”, advirtió el referente de la CNFR.

Arrarte coincidió con sus compañeros: “La respuesta es sí, Uruguay puede ser un referente a nivel mundial o sudamericano, pero las políticas gubernamentales tienen que acompañar, tienen que darle esa certeza al productor de que va a hacer todo ese proceso y le va a quedar dinero en el bolsillo”, concluyó la productora referente de Federación Rural.

A la hora de pensar medidas que se puedan implementar para lograr “un mundo mejor para las generaciones futuras”, desde CNFR, Rachetti apeló a la necesitad de políticas de Estado, pensadas, ejecutadas y evaluadas junto a gremiales agropecuarias y que permitan a productoras y productores “permanecer en el campo, incorporar algunas tecnologías que hagan más saludable la producción de alimentos y también mejorar su calidad de vida”.

“Muchas de estas transformaciones implican cambios culturales” y en ese marco, destacó el rol que cumplen las gremiales en el acercar a productores y productoras, con estímulos, formaciones y capacitaciones, “acercando y amigando a los agricultores en el uso de las buenas prácticas y de la tecnología” y fomentando la idea de que “organizados es la mejor manera de resolver nuestros problemas”.

“Una economía que realmente se preocupe por el bienestar del conjunto de la población y el acceso a alimentos saludables y producidos en base al cuidado de los recursos naturales requiere de repensar algunos aspectos de la Economía global orientados hacia la solidaridad y hacia la resolución de problemas reales. No podemos perder de vista ese escenario, porque si no provocamos algún cambio a nivel global, nos vamos a quedar con los productos y va a ser muy difícil poder colocarlos en el contexto mundial”, señaló Rachetti.

“Educar en valores cooperativos y concientizar, educar en el cuidado de los recursos naturales, es básico y esa es una de las acciones que debemos continuar” dijo por su parte Perdomo. “La producción en forma amigable con el ambiente es otra acción imprescindible para poder seguir”, agregó.

También dijo que “la producción a campo natural, puede ser un plus importante para el país” y que es necesario financiar su investigación. “Hy que trabajar mucho en el aporte de las tecnologías de la información y la comunicación a las necesidades productivas”, como por ejemplo “el acceso al agua en la parcela”. Además sumó la necesidad de aplicar los 7 principios del cooperativismo.

Por su parte, Arrarte enfatizó en la necesidad de capacitar y concientizar. En ese sentido instó a “capacitar a los productores para producir de las formas antedichas”, que las empresas realicen “controles adecuados que lleven al conocimiento en la trazabilidad de los productos”, que los gobiernos fomenten “los canales de control en la producción”, que los organismos internacionales interactúen “con los agentes en estas cadenas productivas, así como con los gobiernos para conocer el sistema productivo realmente”.

Por otro lado, apeló a la “concientización de los productores en la necesidad de estar agrupados o respaldados por instituciones”, a los consumidores “para que a la hora de comprar alimentos presten atención”, a los gobiernos a “procurar el acceso a tecnologías adecuadas, facilitando elementos económicos o vías crediticias para llegar a ese tipo de producción logrando que ese productor de alimentos sea eficiente y rentable en su trabajo como para vivir dignamente de él”.

Por último, la referente de Federación Rural pidió “apostar al diálogo entre el productor, las instituciones y el gobierno”, a “la baja de las barreras pararancelarias” y “a la calidad de la producción, más que a la cantidad”.

Al cierre, tanto Peralta como Flores señalaron que esta instancia marcará un “punto de partida” para las transformaciones que suelen generar este tipo de intercambio. Flores agregó que estos aportes servirán también alimentarán el proceso de acuerdo de las grandes líneas de cooperación de la FAO con Uruguay para los próximos cinco años.

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