Los polinizadores son esenciales para la producción de frutas, verduras, semillas oleaginosas y forraje, así como para la producción de semillas de muchos cultivos de raíces y fibras. Además de ser esenciales para la seguridad y la calidad de los alimentos, los polinizadores contribuyen a la producción de medicamentos, biocombustibles (por ejemplo, aceite de canola y de palma), fibras (por ejemplo, algodón y lino) y materiales de construcción como la madera. Los medios de vida basados en la apicultura y la caza de miel están integrados en muchas economías rurales. La gran importancia de los polinizadores, tanto para las plantas silvestres como para las cultivadas, significa que son fundamentales para mantener los servicios de los ecosistemas y la biodiversidad mundial.