La reunión permitió un rico debate con muchas ideas constructivas. Hubo consenso en cuanto a que, para incrementar la responsabilidad social y ambiental de la cadena de suministro de productos frescos, todos los actores en ella deben realizar su propia contribución.

En las alianzas el trato justo, la conducta ética y la transparencia son una obligación moral de todas las partes. Se instó a los productores a organizarse y a tomar iniciativas para su participación en el establecimiento de normas. Se le pidió a los organismos de certificación que facilitaran más entrenamiento y la comunicación entre los productores y los compradores/consumidores. Se les solicitó más transparencia a los comerciantes y minoristas en sus mecanismos de fijación de precios, entender que los nuevos requisitos suben los costos de producción y entrar en diálogo con otros actores en la cadena.

Los participantes estuvieron de acuerdo en que los programas de certificación social y ambiental brindan oportunidades de aprendizaje y deben tener como objetivo su continuo desarrollo. Adicionalmente, los costos, así como el valor añadido de las mejoras sociales y ambientales, deben ser distribuidos de una manera leal entre las partes.

Se le solicitó a la FAO continuar trabajando en las normas sociales y ambientales y en el comercio social y ambientalmente responsable, y que continuara facilitando información a los interesados. Este informe es parte de nuestros esfuerzos es esta materia y estamos planeando otros “productos de información”. Nos alegramos de antemano de continuar la cooperación con los participantes de esta reunión, que ya solicitaron a la FAO organizar la reunión de seguimiento, luego de que se hayan realizado las tareas impuestas por las presentes recomendaciones.