Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe

Manejo sostenible del agua en América Latina y el Caribe

Para alimentar a 9000 millones de personas en 2050 será necesario que la producción agrícola aumente en un 50% y el consumo de agua en un 35%. Se estima que en 2025, alrededor de 1800 millones de personas habitarán en regiones o países con escasez absoluta de agua. Por ello, el manejo sostenible del agua de forma integral, es fundamental.

 

Esto implica avanzar en el manejo del agua tomando en cuenta la biodiversidad, las tierras, los suelos, los bosques, y todo el entorno incluyendo aspectos legales, culturales y sociales, con un enfoque ecosistémico.

La FAO trabaja con los países para garantizar que el uso del agua en la agricultura sea más eficiente, productivo, equitativo y respetuoso con el medio ambiente.

Escasez de agua y cambio climático en América

América Latina y el Caribe posee el 34 por ciento del total de agua dulce disponible a nivel mundial. Considerando la población de la región, esto representa un promedio por habitante de 28.000 m3 al año, cuatro veces más que la dotación media mundial.

A pesar de que esta región goza de los niveles más elevados de precipitación, con un promedio de 1,600 mm/año, esta distribución no es uniforme. La variabilidad espacial de la precipitación, junto con una marcada estacionalidad y el aumento de la demanda en zonas de alta actividad económica, resulta en regiones que sufren de estrés hídrico.

A este escenario se suman los impactos del cambio climático, que afectan la demanda de agua para la agricultura, y pueden alterar la distribución global de la producción.

Reportes recientes del IPCC dan cuenta de que el cambio climático impacta significativamente a la seguridad hídrica y prevé, entre otros efectos, la disminución de la productividad del agua en los cultivos, la disminución de los flujos de agua superficial para riego que provienen de glaciares (los cuales se están derritiendo a tasas sin precedente), la pérdida de la humedad en el suelo y la disminución de su capacidad de absorción de CO2, mayor evaporación en sistemas de riego por aspersión, superficies de cultivos más secas y calientes y, en general, mayor variabilidad en la disponibilidad de agua para la agricultura.

Además, se ha incrementado la frecuencia y la severidad de las sequías y otros eventos de desastres relacionados con el agua, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y los medios de vida de agricultores de toda la región de América Latina y el Caribe.

 

Soluciones

La FAO brinda asistencia técnica para que los países de la región puedan avanzar hacia una gestión integrada del recurso hídrico, incluyendo una gobernanza inclusiva del agua y enfoques multidisciplinarios para avanzar en la ordenación integrada del territorio, tomando en cuenta los suelos y aguas.

Adicionalmente, la Oficina de la FAO para América Latina y el Caribe está trabajando para que los países puedan acceder a fuentes de financiamiento y mecanismos de inversión que consideren las infraestructuras hídricas y el acceso al agua en el medio rural. Lo anterior incluye inversiones en sistemas de riego eficientes (riego por goteo, micro-aspersión, riego de precisión), la reutilización de aguas en clave de economía circular, la aplicación de tecnologías digitales para la planificación del ciclo del cultivo y el riego, el almacenamiento de agua de lluvia y el uso de prácticas ancestrales para la siembra y cosecha de agua.

Algunos ejemplos del trabajo de la FAO con los países, para lograr un mejor manejo integral del agua:

  1. En Chile se fortalece la política y planes de acción de cambio climático en el sector hídrico.
  2. En Uruguay y Brasil se apoya a los países para mejorar las capacidades y la coordinación binacional para la gestión integrada del agua en la Cuenca de la Laguna Merín a partir de la elaboración, acuerdo, e implementación de una Programa de Acción Estratégica.
  3. En la Amazonía, en el Chaco, y en los Andes, se apoya a comunidades a enfrentar la sequía y a implementar prácticas de recolección, almacenamiento y uso eficiente de este recurso en la agricultura.
  4. En el Corredor Seco Centroamericano se apoyó la implementación de acciones anticipatorias basadas en los pronósticos de sequía, permitiendo a 7.500 personas en El Salvador, Guatemala y Honduras, mejorar sus capacidades de recolección y almacenaje de agua, reforzar sus capacidades productivas y transformar sus medios de vida agrícolas y ganaderos a sistemas más resilientes.
  5. En Bolivia se apoya a las comunidades para incrementar su resiliencia climática a partir del manejo integrado del agua bajo el enfoque de cuenca hidrográfica, y la implementación de sistemas de riego eficientes.

Los compromisos asumidos por la FAO, en la Conferencia Mundial del Agua en 2023, incluye apoyar a los Estados en la elaboración de hojas de ruta nacionales del agua, impulsar un diálogo global sobre la tenencia del agua, y el fortalecimiento de las capacidades de los países para el monitoreo, reporte y análisis de los ODS 6.4.1 y 6.4.2 que refieren a un uso más eficiente de los recursos y la disminución del estrés hídrico. Para más información, acceder a este enlace: Hojas de ruta nacionales sobre el agua hacia la Agenda 2030.

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Hivy Ortiz

Oficial de la Iniciativa Regional de Agricultura Sostenible y Resiliente

Especialista en manejo sostenible del agua 

Martina Salvo

Consultora de Comunicaciones de la Iniciativa Regional de Agricultura Sostenible y Resiliente

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