Fabiola García Panameño Colombia

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"Estoy muy orgullosa de ser platonera; he criado a mis hijos vendiendo nuestro marisco local."

A lo largo de la costa del Pacífico colombiano, las tradiciones culturales y los conocimientos ancestrales desempeñan un papel fundamental en la transformación de los alimentos locales, como el pescado procedente de la pesca de captura en pequeña escala.

En Buenaventura, las mujeres afrodescendientes recorren las calles portando en la cabeza una bandeja, conocida localmente como “platón”, para vender pescado, mariscos y otros productos procedentes del océano Pacífico. Fabiola García Panameño es una de las 11 mujeres que forman un grupo de empresarias, llamadas “platoneras”. Las platoneras contribuyen a la seguridad alimentaria y al desarrollo socioeconómico de la comunidad local mediante el abastecimiento y la venta de productos del mar tradicionales, como cazón fresco (toyo), gambas y mariscos.

Hace 50 años, cuando Fabiola se instaló en Buenaventura, vivía principalmente de la venta de alimentos y ropa de segunda mano. En un hogar monoparental con siete hijos a los que criar, estos ingresos no eran suficientes para satisfacer las necesidades de su familia.

Tratando de mejorar sus ingresos y su calidad de vida, decidió empezar a vender pescado y mariscos. Como platonera, su jornada comienza de madrugada, a las 4.00 de la mañana, momento en el que se abastece y compra el pescado en Pueblo Nuevo. Más tarde, se dirige a Bolívar para vender el producto, y a las 13.00 regresa a casa.

La iniciativa Platonera ha prosperado gracias al apoyo del proyecto Gestión sostenible de la captura incidental en la pesca de arrastre de América Latina y el Caribe (REBYC-II LAC), financiado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y desarrollado por el Instituto Colombiano de Investigaciones Marinas y Costeras (INVEMAR). Esta iniciativa proporciona servicios de capacitación para la transformación y comercialización de productos pesqueros, un lugar de trabajo digno en la sociedad de Buenaventura y un sentimiento de reconocimiento y apoyo. Además, las platoneras han podido constituir una federación que les permite acceder a un mayor número de oportunidades de empleo y a programas de protección social.

Fabiola lleva 25 años trabajando en este sector y, para ella, ser platonera significa poder ganarse la vida de forma próspera y proporcionar a su familia suficientes alimentos nutritivos.