FAO en Colombia

Huertas escolares: espacios para el aprendizaje, la convivencia y el amor por la naturaleza

24/01/2022

Día mundial de la educación: Cambiar el rumbo, transformar la educación. 

Convicción y vocación han sido los motores que impulsan a Graciela, Zoraida y Lucy en la búsqueda de alternativas para hacer que sus estudiantes más pequeños se relacionen con la naturaleza y la alimentación saludable. 

Ellas son docentes del colegio Rodrigo de Triana, ubicado en el barrio Patio Bonito al suroccidente de Bogotá, un sector en el que el paisaje lo integran casas, bodegas y construcciones, haciendo que el verde natural sea escaso. Allí, estas tres mujeres, junto con el equipo docente, en cabeza de Isabel, su coordinadora, tienen a su cargo la educación de niños y niñas de cinco a nueve años de edad, de grado cero a tercero de primaria. 

Juntos emprendieron un experimento que sería el mayor logro en sus vidas, y un ejemplo para los demás estudiantes, madres y padres de familias: transformar la siembra de plantas en una huerta escolar.

Todo inició con la idea de dar un mejor uso a las botellas plásticas que estudiantes llevaban al colegio con el propósito de apoyar el reciclaje. “Decidimos cortar las botellas, transformarlas en materas, sembrar una planta y devolvérselas a los estudiantes para que las cuidaran como si fueran sus mascotas”, cuentan las maestras. 

Ubicaron las materas en las ventanas de los salones y ante la respuesta entusiasta de la comunidad educativa decidieron ampliar la experiencia, pero habría que superar otras dificultades, como la del espacio para ampliar la siembra. 

Las instalaciones del colegio cuentan con 12 salones, un patio con una cancha de fútbol y un área de juego, pero sin ninguna zona verde. Solicitaron entonces el apoyo a la Secretaría de Educación (SED) y consiguieron las primeras herramientas: baldes, canecas y recipientes de diferentes tamaños que ocuparon los corredores del colegio y una terraza. 

A partir de aquel momento, el proyecto se transformó en un estilo de vida y ya las familias sabían que la siembra de alimentos sería una constante en cada año escolar. Sembraron todo tipo de hortalizas, partiendo de los conocimientos de padres y abuelos, y algunas recomendaciones que encontraban en las redes sociales. 

Pero en 2018 y 2019, con el apoyo de la SED y la FAO desarrollaron la Estrategia de Ambientes Alimentarios Saludables, con la que llegó el acompañamiento técnico sobre alimentación saludable, el manejo de la huerta y un invernadero adecuado técnicamente para convertir la huerta escolar en un aula viva para el aprendizaje de las diferentes asignaturas del currículo escolar.
 

Lo más exitoso 

Al preguntar por los procesos más exitosos Graciela González no duda en recordar la siembra de zanahorias. “La cosecha fue grandísima, por los corredores del colegio había canecas con zanahorias, incluso los padres de familia también sembraron en sus hogares”, y agrega “ahí descubrimos que teníamos niños-conejos, dice sonriendo, porque aprovechaban cualquier descuido para gatear y comerse las zanahorias, decían que les sabía muy dulces”. 

Para Zoraida la mejor experiencia fue la de la preparación de alimentos, como en la huerta se producía todo tipo de alimentos decidieron hacer un sancocho boyacense (una sopa de verduras y tubérculos). “Lo que más me gustó es que se involucraron las familias –llevaron al colegio los implementos para la preparación-, y los estudiantes –ayudaron a pelar, trozar y desgranar-. 

Lucy resalta que la huerta ha sido la excusa para que los estudiantes desarrollen su creatividad y cercanía con la naturaleza. Promovido por los docentes, los estudiantes y sus familias elaboran cuentos, adivinanzas, leyendas e incluso disfraces cuyo eje principal son las frutas y verduras.
 

De la alimentación al aprendizaje

Las tres coinciden en afirmar que la huerta es un escenario para aprender convivencia, autocuidado y protección. “Los niños que son bruscos”, dice Graciela, “los enviamos a la huerta, les explicamos que las plantas necesitan mucho cuidado y protección y les pedimos que recojan las hojas caídas o cambien de lugar las materas”. Según la docente, la actividad los relaja, los calma y logra que su energía se transforme positivamente. 

Para Zoraida, en la huerta aprenden a trabajar en equipo y ser solidarios. “Al participar en la siembra y cosecha aprenden a valorar la labor de los campesinos, entienden de dónde viene la comida y a tener una relación mucho más cercana y cálida con la tierra”. 

Mientras que, para Lucy, la huerta es útil para desarrollar actividades en todas las asignaturas como resolver problemas de matemáticas, comprender distancias y medidas además de propiciar la creatividad literaria y enriquecer el idioma. 

Están convencidas que el secreto de su éxito está en el compromiso, la constancia y el amor con que abordan el tema de la siembra. También están seguras que cualquier institución puede tener una huerta, solo se requiere macetas, ollas, cualquier recipiente y dedicación. 

El colegio se transformó en un ejemplo positivo de cómo se asumen los desafíos para mejorar la seguridad alimentaria y nutricional en las instituciones educativas.
 

Y con la pandemia, ¿qué ha pasado?

En Rodrigo de Triana, la COVID 19 no truncó la dedicación, el amor por la naturaleza y el interés por una sana alimentación; Zoraida, Graciela, Lucy y las demás docentes junto a Isabel, su coordinadora, en 2020 continuaron fomentando a la distancia y mediante clases virtuales la huerta que dejo de ser escolar y se convirtió en familiar, lo que permitió a las familias disponer de algunos alimentos saludables producidos por ellos mismos pero también a fomentar el acercamiento y la buena convivencia entre los niños, las niñas y sus familias. 

Durante el 2021, y aún a la fecha, la huerta escolar sigue siendo uno de los espacios que fortalecen los conocimientos sobre la producción y consumo de la alimentación saludable. Entendiendo así, que no hay impedimentos para que todos podamos construir entornos saludables y ser héroes de la alimentación.
 

Educación: lecciones para el buen vivir 

Comprender que la escuela es el escenario en el que se aprende a vivir y a convivir, debe ser el punto de partida, en el que nos encontremos como seres humanos, bajo el entendido de que allí además de adquirir nuevos conocimientos sobre ciencias, español y otras materias, es también el lugar en el que nos desarrollamos como seres sociales y políticos desde los primeros años de nuestras vidas. 

Así, tal como ha pasado en el colegio Rodrigo de Triana, enseñanzas como el cuidado de la naturaleza y los recursos naturales en cada una de nuestras acciones, es un aprendizaje que reposa en la comunidad educativa y que impacto en nuestros entornos ampliando la capacidad de masificar el mensaje de cuidado de nuestro planeta. 

Tal como se detalla en el reciente informe global de la UNESCO sobre ‘Los futuros de la educación’, transformar el futuro requiere reequilibrar de manera urgente la forma en la que nos relacionamos entre nosotros, con la naturaleza y con la tecnología que impregna nuestras vidas, que nos trae oportunidades innovadoras y, al mismo tiempo, plantea graves problemas de equidad, inclusión y participación democrática. 

El Día Internacional de la Educación de este año será una plataforma para mostrar las transformaciones más importantes que hay que llevar a cabo para hacer realidad el derecho fundamental de todos a la educación y construir un futuro más sostenible, inclusivo y pacífico. Generará un debate sobre cómo fortalecer la educación como bien público y común, cómo dirigir la transformación digital, apoyar a los docentes, salvaguardar el planeta y liberar el potencial de cada persona para contribuir al bienestar colectivo y a nuestro hogar compartido.

FAO, una aliada de la educación

La educación ofrece un medio para que las personas desarrollen su propio potencial y ayuden a construir un futuro mejor para todos. La FAO está comprometida con el intercambio de conocimientos y la creación de capacidad en las áreas de la alimentación y la agricultura para apoyar el desarrollo sostenible e inspirar un cambio de comportamiento.

Le invitamos a descubrir y compartir una selección de publicaciones de la FAO diseñadas para involucrar e informar a los jóvenes sobre importantes cuestiones mundiales que subyacen al trabajo de la Organización. Consulte aquí.

 

Contacto de prensa:
Ana Milena Reyes Arias
Oficina de Comunicaciones
Representación FAO Colombia