FAO en Cuba

FAO y UE fortalecen la producción de bioplaguicidas en Cuba

Foto: María del Carmen Ramón/FAO
29/02/2024

El Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal en Cuba recibió equipamientos e insumos para potenciar sus capacidades en el manejo agroecológico de plagas a partir de la producción de bioplaguicidas, como parte de dos proyectos de colaboración internacional financiados por la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Entre los insumos proporcionados se destacan una liofilizadora, zaranda orbital refrigerada, mezcladoras, balanzas, analizador de humedad y filtros para fermentador, todos ellos fundamentales para la producción de bioplaguicidas.

Esta contribución permitirá establecer entornos más favorables para el manejo integrado de plagas en más de 5 mil hectáreas de tierras en las zonas beneficiarias, generando impactos directos en los productores y sus familias.

Además, se espera obtener cosechas con niveles reducidos de residuos, lo que promoverá la inocuidad de los alimentos y tendrá un impacto positivo en la salud de la población.

Según la directora del INISAV, Marlen Veitía, estos recursos tendrán un impacto directo en la calidad y disponibilidad estable de las cepas utilizadas en la producción de bioproductos en Cuba, como las formulaciones de la bacteria entomopatógena Bacillus thuringiensis: Thurisave 24, 26 y 13.

“Esta tecnología innovadora mejorará la conservación de las cepas, lo que resultará en ahorros de recursos en su transporte hacia los laboratorios, así como en la preservación de otras cepas fundamentales para la generación de nuevos bioproductos”, dijo Veitía.

La iniciativa se alinea con la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Ley SSAN) y su objetivo de reducir la dependencia de recursos externos y fortalecer la producción local de insumos productivos, incluyendo los bioplaguicidas.

 El uso de bioplaguicidas se considera estratégico para Cuba, ya que fomenta la soberanía tecnológica, disminuye la importación y el uso de plaguicidas químicos que pueden contaminar el agua subterránea y desequilibrar el sistema agrícola.

La adquisición de insumos para la producción de bioplaguicidas fue posible gracias al proyecto "Apoyo estratégico a la seguridad alimentaria sostenible" en su componente 3 CONSAS, y el proyecto "Apoyo para mantener en funcionamiento los sistemas alimentarios tras el impacto de la COVID-19", con fondos de la FAO.

 CONSAS, implementado en 6 municipios de la región central de Cuba, es ejecutado por la FAO, el Ministerio de la Agricultura y la Unión Europea, y tiene como objetivo fortalecer las capacidades locales y nacionales para impulsar la seguridad alimentaria a través de la gestión del conocimiento, la ciencia y la innovación.