Director General QU Dongyu

El trabajo de la FAO ayuda a orientar las prioridades y los resultados de los líderes del G-7 y el G-20

©FAO/Alessandra Benedetti

21/10/2024

Roma - La participación decisiva de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en importantes foros gubernamentales internacionales está produciendo cada vez más acuerdos y alineaciones entre las prioridades de la Organización y las de los principales países del mundo para acelerar el progreso hacia la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS 2).

Entre los ejemplos cabe citar la reunión de ministros de Agricultura del Grupo de los Veinte (G-20) celebrada en Cuiaba (Brasil), en la que se elevó el papel de los pequeños agricultores, que trabajan en el 90 % de las explotaciones agrícolas del mundo, al acordarse la celebración de una sesión futura dedicada a la Agricultura Familiar. El Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO, elogió esta iniciativa como un “paso adelante importante” para garantizar que la transformación de los sistemas agroalimentarios se lleve a cabo de forma inclusiva y equitativa y con eficacia sobre el terreno.

En la reunión de ministros de Agricultura del Grupo de los Siete (G-7) celebrada en septiembre, el Sr. QU presentó algunas de las crudas conclusiones del último informe principal de la FAO, El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024 (SOFI), y los ministros del G-7 reiteraron su amplio compromiso de hacer que los sistemas agroalimentarios sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición a nivel mundial, e indicaron de forma explícita que los sistemas agroalimentarios sostenibles pueden ayudar a afrontar la crisis climática y las pérdidas de biodiversidad. El G-7 se centró también en África, donde, según el SOFI, el riesgo de padecer hambre en 2030 es mayor si no se transforman los sistemas agroalimentarios.

En la reunión de ministros de Desarrollo del G-7 que se celebrará en Pescara (Italia) a partir del 23 de octubre, los participantes debatirán y probablemente se comprometerán a lanzar la Iniciativa de Apulia sobre sistemas alimentarios con el objetivo de desmantelar las barreras estructurales a la seguridad alimentaria y la nutrición y ayudar a construir sistemas agroalimentarios resilientes, sostenibles y productivos. Se trata de una de las primeras iniciativas del G-7 que se centra en los vínculos entre el clima y los retos de la seguridad alimentaria, y su objetivo general es garantizar que todas las personas puedan ejercer progresivamente su derecho a una alimentación adecuada.

Esta cumbre también será decisiva para impulsar la iniciativa liderada por la FAO de desarrollar y poner en marcha un Mecanismo de financiación para crisis alimentarias impulsadas por perturbaciones, coordinado con la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que puede involucrar capital privado de los mercados mundiales de seguros y proporcionar financiación de respuesta rápida en previsión de crisis alimentarias graves. Este mecanismo aportará una de las dimensiones preventivas necesarias para mejorar la resiliencia de los más vulnerables.

Dado que el G-7 y el G-20 abarcan poderosos segmentos de la economía mundial, estos anuncios son muy prometedores. También encajan bien con el Marco estratégico de la FAO para 2022-2031, construido a su vez como un esquema general para las cuatro mejoras integradas —mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás—, que representan un principio organizativo para la forma en que la FAO pretende contribuir a los ODS, en particular el ODS 1 (fin de la pobreza), el ODS 2 (Hambre cero) y el ODS 10 (reducción de las desigualdades).

Las cuatro mejoras “son vías de acción a nivel mundial, regional, nacional y local para alcanzar los ODS y crear un mundo sostenible y con seguridad alimentaria para todos, hoy y mañana”, señaló el Sr. QU a los ministros del G-20.

Puntos clave

La alineación de la FAO con los resultados del G-20 este año se centra en la Alianza mundial contra el hambre y la pobreza puesta en marcha por el Brasil, que ostenta la presidencia del G-20, pone el foco en el papel prospectivo de los pequeños agricultores y la acuicultura, y se rige por tres pilares: conocimiento, financiación y acciones a nivel nacional. La Alianza mundial —establecida en torno a los pilares de la acción nacional, el apoyo financiero y el conocimiento— ofrece una oportunidad única para apoyar la acción propia de los países en la promoción de la seguridad alimentaria y las dietas saludables y para erradicar el hambre y la pobreza.

La FAO ha participado activamente en la creación de la Alianza y en la formulación de su canasta de políticas, y ha dejado claro que está preparada para apoyar técnicamente a los países que decidan implementar instrumentos normativos dentro de su mandato.

Más concretamente, los miembros del G-20 aprobaron la oferta de la FAO de albergar el mecanismo de apoyo de la Alianza, con una oficina en Roma en la Sede de la FAO, una oficina en el Sur del mundo en Brasilia, centros regionales de enlace en Addis Abeba y Bangkok, y una oficina en Washington establecida en colaboración con las instituciones financieras internacionales (IFI). La FAO también albergará el mecanismo de apoyo de la Alianza mundial.

Mientras tanto, la FAO trabaja en estrecha colaboración con el G-7 en iniciativas para promover suelos saludables, mejorar la nutrición en las dietas y abordar el nexo clima-agroalimentación, que encaja en la línea de trabajo en torno a las cumbres climáticas de la Conferencia de las Partes. Un ejemplo destacado es el trabajo de la FAO en la Visión para cosechas y tierras adaptadas junto con los Estados Unidos de América y otros asociados, que está orientado a proporcionar a los agricultores africanos nuevas oportunidades de cultivo, información optimizada sobre los suelos y oportunidades adecuadas en los mercados.

“La FAO impulsa cambios tangibles sobre el terreno, implementando proyectos y ayudando a los países a identificar nuevas oportunidades de inversión”, dijo el Sr. QU a los ministros del G-7 en Siracusa.

El Mecanismo de financiación para crisis alimentarias impulsadas por perturbaciones, elaborado en estrecha colaboración con la OCHA y el PMA, contará también con la participación de IFI, bancos multinacionales de desarrollo, así como más partes interesadas comprometidas en diversas iniciativas de financiación de riesgos de catástrofes que ahora aprovechan el capital disponible a través de programas mundiales de seguros de desarrollo.

Se centra en proporcionar financiación de respuesta rápida a la comunidad humanitaria y de desarrollo en previsión de altos niveles locales de inseguridad alimentaria aguda, con el fin de evitar una escalada y salvar a la vez vidas y recursos de los donantes. Como plataforma transformadora para la cooperación y la coordinación, el Mecanismo de financiación para crisis alimentarias impulsadas por perturbaciones cambia el paradigma de un sistema reactivo a otro más proactivo capaz de mitigar los riesgos. La previsibilidad y la rapidez a la hora de desplegar los recursos de manera más eficaz en función de los costos y con mayores beneficios son factores que impulsan la protección de los logros en resiliencia y desarrollo que tanto ha costado conseguir a la población en el terreno.

Transversal y persistente

En un mundo cada vez más complejo, los mandatos básicos de la FAO requieren aportaciones de múltiples actores y sectores para seguir adelante. Eso explica que la Administración superior participe en temas que van desde la salud y el medio ambiente hasta las tecnologías digitales.

En febrero, el Sr. QU acudió a la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del G-20 e hizo un llamamiento en favor de la paz, el reconocimiento del derecho a la alimentación y la reforma de las instituciones multilaterales. En julio, acudió a la reunión ministerial de Desarrollo del G-20 e hizo hincapié en que, en un mundo donde la crisis climática está afectando a la seguridad alimentaria de los más vulnerables, el crecimiento económico debe apoyarse en políticas dirigidas a reducir las desigualdades.

Logros notables cuando las mayores economías del mundo suman sus esfuerzos. “Dejémonos guiar por nuestra responsabilidad colectiva para responder a aquellos que más necesitan nuestra ayuda”, afirmó el Sr. QU.

La FAO, que tiene el mandato de servir a un grupo más amplio de 194 Miembros, está bien situada para servir de puente para el conocimiento, la movilización de recursos y la implementación concreta entre los miembros del G-20 y el G-7 y los países que se enfrentan a mayores limitaciones de recursos, al tiempo que soportan el peso de adversidades específicas como los conflictos y desafíos universales como la crisis climática.