El concepto de gestión forestal sostenible
La gestión forestal es el proceso de planificación e implementación de prácticas para el manejo y el uso de los bosques con el fin de cumplir objetivos específicos ambientales, económicos, sociales y culturales. Se ocupa de los aspectos administrativos, económicos, jurídicos, sociales, técnicos y científicos del manejo de bosques naturales y plantados. Puede implicar diversos grados de intervenciones humanas deliberadas, desde acciones destinadas a salvaguardar y mantener los ecosistemas forestales y sus funciones, hasta aquellas que favorecen especies específicas para mejorar la producción de bienes y servicios forestales.
La enorme diversidad de tipos de bosques, condiciones y contextos socioeconómicos en todo el mundo hace que sea poco práctico llegar a un acuerdo sobre una definición precisa de GFS a nivel mundial. No obstante, en general, la GFS puede verse como el uso y la conservación sostenibles de los bosques con el objetivo de mantener y mejorar los múltiples valores forestales a través de la intervención humana. Las personas están en el centro de la GFS, porque su objetivo es contribuir a perpetuidad a las diversas necesidades de la sociedad.
El Instrumento jurídicamente no vinculante sobre todos los tipos de bosques (NLBI, por sus siglas en inglés), adoptado por el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB), identifica, como “marco de referencia” de la GFS los siguientes siete elementos temáticos: 1) Extensión de los recursos forestales; 2) Diversidad biológica de los bosques; 3) Salud y vitalidad de los bosques; 4) Funciones productivas de los recursos del bosque; 5) Funciones protectoras de los recursos del bosque; 6) Funciones socioeconómicas de los recursos del bosque, y 7) Marco legal, político e institucional.
A través de estos elementos, los propietarios de bosques y las partes interesadas pueden definir la GFS en países y lugares específicos, incluyendo los objetivos de gestión y cómo se deben manejar los bosques para alcanzarlos, respetando al mismo tiempo el principio básico de perpetuidad en el mantenimiento y la mejora de los valores forestales.
La GFS es un enfoque dinámico y multifacético que reconoce las diversas funciones de los bosques. La GFS se adapta a los constantes cambios en las condiciones locales y nacionales, permitiendo que los bosques cumplan múltiples propósitos simultáneamente. Implica la toma de decisiones para equilibrar los intereses en competencia entre las partes interesadas a través de enfoques participativos y sistemas de manejo eficaces basados en los conocimientos tradicionales, la mejor ciencia disponible y las tecnologías más avanzadas.
Inicialmente enfocada en la producción sostenible de madera, la GFS se ha expandido para abarcar valores sociales, culturales y ambientales en bosques naturales y plantados, agregando complejidad a su implementación. En países con buena gobernanza de los bosques, los objetivos nacionales para la GFS se definen mediante procesos democráticos sin comprometer las necesidades económicas, sociales o ambientales de la gestión forestal. A medida que evolucionan los valores sociales, también lo hacen los objetivos de gestión forestal.
La gestión forestal es un proceso de mejora continua que incorpora la nueva información y adapta los objetivos en respuesta a los constantes cambios en las circunstancias. La GFS reconoce que los bosques son dinámicos y están sujetos a perturbaciones naturales y antropogénicas, enfatizando la necesidad de mantener la resiliencia de los bosques y, al mismo tiempo, garantizar la adaptación a los cambios ambientales a largo plazo.
La GFS opera en varias escalas geográficas, desde el ámbito mundial hasta el local, y se adapta a contextos específicos:
- Escalas mundial y nacional: el objetivo de la GFS es contribuir al manejo, la conservación y el desarrollo sostenible de todos los tipos de bosques. Aborda servicios ambientales mundiales, como la mitigación de los efectos del cambio climático y la conservación de la biodiversidad a escala internacional.
- Escalas subnacionales y de paisaje: el creciente reconocimiento de la importancia socioeconómica, ambiental y cultural de los bosques ha llevado a nuevos enfoques de GFS orientados a mantener y mejorar los servicios de los ecosistemas forestales. Se emplean procesos de planificación participativa a nivel subnacional y de paisaje para definir la GFS para zonas específicas, teniendo en mente los contextos locales.
- Escala de unidad de gestión forestal (UGF): la GFS se implementa a nivel de UGF para lograr objetivos bajo condiciones locales específicas. Los objetivos nacionales de GFS proporcionan un marco para los planes subnacionales, guiando a las UGF a establecer sus propios objetivos al tiempo que consideran requisitos a nivel de paisaje, como la conservación de la biodiversidad, la protección del suelo y el agua, y la resiliencia de los ecosistemas.
Oportunidades
La GFS es un concepto complejo pero práctico que ha demostrado ser factible en todo el mundo desde el punto de vista económico, social y ambiental. Ejemplos prácticos demuestran su viabilidad y su importancia para la preservación de los bosques y los muchos productos y servicios que ofrecen para las generaciones venideras. Prevenir la degradación y la deforestación de los bosques es mucho más rentable que la restauración a gran escala que, a menudo, requiere importantes recursos financieros.
Es fundamental crear un entorno propicio para aplicar eficazmente la GFS. La democracia, la buena gobernanza y el estado de derecho se reconocen como condiciones previas fundamentales para el desarrollo sostenible. Asimismo, un entorno propicio para la GFS incluye políticas y legislaciones sólidas y específicas para los bosques, mecanismos eficaces de aplicación de la ley, instituciones bien estructuradas, mercados funcionales para productos y servicios forestales y métodos de financiación apropiados. Una planificación adecuada del uso de la tierra también es esencial para facilitar la implementación de la GFS.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible delinea una visión colectiva para la paz y la prosperidad a nivel mundial. Un elemento central de esta agenda son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que exigen medidas urgentes de todos los países, desarrollados y en desarrollo, en una alianza mundial. Estos objetivos reconocen que la mitigación de la pobreza y abordar otras formas de privación deben ir a la par de esfuerzos para mejorar la salud y la educación, reducir la desigualdad, estimular el crecimiento económico, combatir el cambio climático y salvaguardar nuestros océanos y bosques.
Los bosques ocupan un lugar destacado en el ODS 15, que persigue la protección de los ecosistemas terrestres, el manejo sostenible de los bosques, la lucha contra la desertificación, detener la degradación de las tierras y frenar la pérdida de biodiversidad. El ODS 15 incluye metas específicas relacionadas con la GFS, la restauración y la conservación. La GFS desempeña un papel vital en el logro de todas las metas del ODS 15, incluida la de frenar la deforestación y la degradación, detener la pérdida de biodiversidad, contrarrestar el impacto de las especies invasoras, combatir la caza furtiva y el tráfico de vida silvestre y promover una distribución justa de los beneficios de los recursos genéticos.
Sin embargo, es importante señalar que los bosques y los árboles tienen impactos de mayor alcance que van más allá del ODS 15. Contribuyen significativamente a múltiples objetivos y metas de la Agenda 2030. La gestión forestal beneficia tanto a las comunidades urbanas como rurales y es crucial para la salud y la sostenibilidad a largo plazo del planeta. Las estrategias para alcanzar los ODS deben considerar la interconexión entre los bosques y los diversos objetivos de desarrollo.
El estado de los bosques del mundo 2020 exploró la función de los bosques y los árboles en los avances del desarrollo sostenible. Destacó las intrincadas conexiones entre los bosques y numerosos objetivos y metas de la Agenda 2030. Esta comprensión ayuda a los responsables de las políticas a encontrar el equilibrio adecuado en sus acciones, inversiones y asociaciones, garantizando avances positivos en áreas como la seguridad alimentaria, la mitigación de la pobreza, la conservación de los recursos naturales y la búsqueda de vías de desarrollo sostenible.Los bosques se ven afectados por factores externos como las políticas macroeconómicas y la competencia por la tierra en la agricultura, la minería y el desarrollo de infraestructura. Estas presiones sobre el uso de la tierra, combinadas con políticas que no tienen en cuenta plenamente los múltiples valores de los bosques, influyen enormemente en el manejo de los bosques. Para abordar estos desafíos, se necesita una mayor cooperación intersectorial a fin de crear un entorno propicio para la GFS, especialmente en diversos contextos nacionales y locales.
Es fundamental integrar consideraciones forestales en las políticas nacionales en materia de agricultura, seguridad alimentaria e inversión en infraestructura. Si bien se reconoce cada vez más la importancia de los bosques para los medios de vida locales, la falta de evidencia sólida sobre esta función da como resultado una inclusión insuficiente de los bosques en las estrategias nacionales de desarrollo y mitigación de la pobreza. La recopilación, el análisis y la difusión de dicha evidencia deberían ser parte del seguimiento y la presentación de informes del sector forestal para facilitar el diálogo con los gobiernos y las partes interesadas a este respecto.
Las prácticas agrícolas intensivas concebidas para satisfacer la demanda de alimentos, madera y fibras se han realizado a enormes costos para la sociedad y el medio ambiente. Estos costos incluyen la pérdida de bosques, la degradación de la tierra, la pérdida de biodiversidad, la destrucción del hábitat, la reducción de los servicios ecosistémicos y las externalidades negativas, incluyendo la contaminación del agua, el uso excesivo de los recursos hídricos, la pérdida de humedales, la degradación del suelo, los problemas ambientales y de salud relacionados con los plaguicidas y las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del uso de fertilizantes y combustibles fósiles.
Dada la creciente presión sobre los recursos naturales, una mejor gobernanza es esencial para abordar los vínculos complejos y la competencia entre los sectores de uso de la tierra. Para orientar las políticas y prácticas hacia la sostenibilidad, se necesitan enfoques más integrados e intersectoriales, como la planificación basada en el paisaje, la agroecología y las cadenas de valor sostenibles. La implementación de estos enfoques puede optimizar el manejo de los recursos para garantizar la seguridad alimentaria, satisfacer las demandas de la sociedad y lograr diversos objetivos de desarrollo, al mismo tiempo que se genera resiliencia y se mitigan los efectos del cambio climático. La agricultura, la silvicultura y la pesca sostenibles desempeñan un papel importante en este esfuerzo.
Monitoreo de la gestión forestal sostenible
En la gestión forestal, la sostenibilidad debe priorizar consideraciones de largo plazo. Si bien las intervenciones de gestión en un rodal pueden provocar cambios a corto plazo, el objetivo principal es preservar la resiliencia y todos los valores forestales durante un período prolongado y a una escala más amplia.
La GFS requiere seguimiento en varias dimensiones espaciales, con agregación periódica de datos a escalas más amplias. Este seguimiento ayuda a identificar medidas correctivas, en su caso. La implementación de la GFS es un proceso continuo e iterativo que implica adaptación y ajustes en el tiempo para garantizar que los bosques sigan prosperando y proporcionando toda su gama de beneficios.
La FAO es el organismo responsable de 21 indicadores de todos los ODS, incluidos tres indicadores para las metas 15.1, 15.2 y 15.4. Las principales tareas de la FAO, como organismo responsable, son el desarrollo de metodologías para medir el progreso; la recopilación, compilación y validación de datos; la presentación de datos y argumentos a la División de Estadística de las Naciones Unidas; y la prestación de apoyo para permitir que los países desarrollen su capacidad de presentación de informes.
El Indicador 15.2.1 mide los avances hacia la GFS en las tres dimensiones. Los datos detallados de seguimiento de los ODS están disponibles en el Portal de datos de indicadores de los ODS del sitio web de la FAO.Desde 1946 la FAO ha estado realizando el seguimiento de los recursos forestales mundiales mediante evaluaciones periódicas llevadas a cabo en cooperación con sus Miembros. Las Evaluaciones de recursos forestales mundiales (FRA) ofrecen una visión global del estado de los bosques del mundo y de cómo está cambiando este recurso. Esta información es apremiante para formular políticas, prácticas e inversiones sólidas relacionadas con los bosques y la silvicultura.
La evaluación más reciente, la FRA 2020, examina la situación y las tendencias para más de 60 variables relacionadas con los bosques en 236 países y territorios durante el período 1990–2020. La FRA 2020 recopiló datos utilizando términos y definiciones acordados a través de un sistema de informes transparente y trazable, facilitado por una red de corresponsales nacionales oficialmente designados que cubrían 187 países y territorios. Más de 700 personas participaron directamente en este proceso, contribuyendo a una comprensión integral de los bosques del mundo. Se puede consultar el informe FRA 2020 e información adicional aquí