Gestión forestal sostenible

SFM and food security ©FAO/GMB Akash

La gestión forestal sostenible para la seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria es el estado en el que todas las personas tienen acceso a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para llevar una vida activa y saludable. Incluye la disponibilidad, la accesibilidad y el uso de los alimentos, junto con su estabilidad en el tiempo. La GFS desempeña una función vital en el logro de la seguridad alimentaria y la nutrición porque la salud de los bosques tiene que ver directamente con estos aspectos.

Los bosques son “redes de seguridad” esenciales para las comunidades rurales que proporcionan alimentos, entre otros, frutos, hojas, setas, tubérculos y animales silvestre. También suministran medicamentos herbarios. Asimismo, los bosques contribuyen indirectamente a la seguridad alimentaria al suministrar leña para cocinar y forraje para el ganado. El acceso al combustible de madera garantiza una cocción adecuada de los alimentos y la esterilización del agua, previniendo así enfermedades transmitidas por los alimentos. Además, las comunidades pueden generar ingresos de los bosques mediante la venta de productos forestales maderables y no madereros, lo que les permite comprar alimentos.

Desafortunadamente, en las estrategias nacionales de seguridad alimentaria a menudo se pasan por alto estas contribuciones de los bosques a la seguridad alimentaria. Las estrategias de la GFS deben priorizar la seguridad alimentaria y la nutrición, especialmente para las comunidades vulnerables que dependen de los bosques. El mantenimiento de los bosques y sus servicios ecosistémicos es parte integral de los sistemas alimentarios sostenibles y, por tanto, un objetivo clave de la GFS debería ser optimizar el papel de los bosques y los árboles en la seguridad alimentaria.

Los bosques también brindan servicios ecosistémicos fundamentales que apoyan la agricultura y la producción de alimentos, como la regulación del agua, la protección del suelo, el control de plagas y la polinización. Los polinizadores, en particular, mejoran significativamente la productividad de los cultivos y la proximidad a los bosques es beneficiosa para los ingresos derivados de los cultivos. Por lo tanto, los bosques son esenciales tanto para la seguridad alimentaria como para la agricultura sostenible.

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