FAO en Honduras

Sector Ovino en Honduras

26/02/2021

   En Honduras, la carne de ovejo es la menos consumida, pero tiene una gran intención de compra, especialmente en las zonas urbanas.

   Eso es lo que revela un reciente estudio sobre el mercado de consumo de carne elaborado en tres de las principales ciudades del país.

   Este estudio es uno de los primeros pasos en el desarrollo de un proyecto que pretende transformar por completo el rubro ovino en el país, desde sus primeras etapas de producción, pasando por su procesamiento, comercialización y los hábitos de consumo de la población.

   El proyecto, impulsado por el programa “Mesoamérica sin Hambre” AMEXCID-FAO, en asociación con TMS-USAID y la empresa RAVI, una de las principales unidades de producción ovina intensiva del país, plantea un enfoque integral al desarrollo del sector, que integre a los agricultores familiares en el proceso de cría y eleve la calidad del producto que distribuyen las empresas procesadoras.

   Actualmente, la producción ovina en Honduras se realiza en pequeñas explotaciones artesanales que en su mayoría no utilizan ningún tipo de tecnología en sus procesos y la cría suele tener una baja calidad genética para los estándares del mercado.

   Sin embargo, el proyecto propone crear núcleos de ganado en las mancomunidades socias, trasladando el proceso de cría a unas 80 familias miembros de las asociaciones de productores que cuenten con las condiciones necesarias para esa tarea.

   La iniciativa contempla certificar a las familias productoras con asistencia técnica en buenas prácticas y el manejo de especímenes con una genética mejorada. Un elemento importante para la comercialización de este tipo de productos en los mercados tradicionales, según el estudio de mercado.

   Por su parte, RAVI junto a otras empresas de gran capacidad industrial, asumirán los procesos de engorde, procesamiento, empaquetado, traslado y comercialización de la carne de cordero que produzcan los núcleos ganaderos familiares, un esquema que potenciará la economía de los criadores y generará una cadena de producción más eficiente, que cumpla con las exigencias del mercado.

   Cambio cultural

   Sin embargo, el reto más importante que enfrenta el proyecto son las costumbres alimenticias de los hondureños.

   El estudio de mercado, realizado a inicios del proyecto, revela que el 53% del mercado objetivo no compra ni consume carne de ovejo. Sin embargo, la encuesta también revela que la principal razón de esto es la falta de disponibilidad de este tipo de productos en la mayoría de puntos de venta.

   Para atajar este problema, el proyecto ha establecido convenios comerciales con dos de las cadenas de supermercados con mayor cobertura del país para proveer aproximadamente 120 toneladas métricas de carne para atender a un mercado que, según el estudio, tiene una demanda de 136 toneladas métricas anuales.

   Otro elemento importante que revela la encuesta es que la mayoría de las personas consultadas creen que la carne de ovejo nacional tiene la misma calidad de las marcas importadas y que la intención de compra es alta si esta se encuentra disponible en diferentes presentaciones que hagan más práctico su consumo.

Desarrollo inclusivo

   A través de este proyecto, el programa “Mesoamérica sin Hambre” AMEXCID-FAO, intenta incorporar en la cadena de valor ovina a cerca de 250 agricultores familiares del corredor seco hondureño, una zona caracterizada por altos niveles de pobreza e inseguridad alimentaria y con una baja diversidad productiva.

   El proyecto será implementado en los municipios pertenecientes a la Asociación de Municipios Fronterizos de Intibucá (AMFI) y la Mancomunidad de Municipios del Centro de La Paz (Mamcepaz) y se prevé que tenga un 30% de participación de mujeres e igual porcentaje de jóvenes asociados en grupos de emprendimiento rural.