La transformación de los sistemas agroalimentarios es la clave para abordar nuestros desafíos ambientales

Maria Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO, participa en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la reunión ejecutiva anual de la Asociación cuatripartita

© UNEP / Kiara Worth

Maria Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO, intervino en una serie de actos organizados en Nairobi durante el sexto período de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la segunda reunión ejecutiva anual de la Asociación cuatripartita

©UNEP / Kiara Worth

01/03/2024

Nairobi - La transformación de nuestros sistemas agroalimentarios para hacerlos más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles resulta clave para abordar la triple crisis planetaria que plantean el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Esa transformación requiere intensificar la cooperación entre los sectores público y privado, empoderar a las partes interesadas de los sistemas agroalimentarios, adoptar enfoques transectoriales integrales y trabajar juntos con miras a optimizar los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente.

Este fue el mensaje general que la Sra. Maria Helena Semedo, Directora General Adjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), transmitió en una serie de actos organizados esta semana en Nairobi, durante el sexto período de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la segunda reunión ejecutiva anual de la Asociación cuatripartita.

El martes, la Sra. Semedo centró su discurso en la restauración de los ecosistemas, en una ceremonia de entrega de premios en la que se reconoció a siete nuevas iniciativas emblemáticas de restauración mundial en el marco del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.

En el Decenio, que dirigen conjuntamente la FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se reconoce a los mejores o más prometedores ejemplos de restauración de los ecosistemas de todo el mundo.

La Sra. Semedo, señalando que la ceremonia se centraba en la esperanza y en convertir lo posible en realidad, dijo que las iniciativas constituyen “brillantes ejemplos de formas de invertir la degradación de los ecosistemas mediante la restauración, la revitalización, la resilvestración, la conservación y la innovación”.

La función del sector privado

El miércoles, la Sra. Semedo se refirió al papel fundamental que desempeña el sector privado durante una cena de alto nivel con el Grupo Principal del Comercio y la Industria ofrecida en la sede del PNUMA en Nairobi.

En la cena, que fue parte del sexto período de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, participaron dirigentes del sector privado y gobiernos, organismos de las Naciones Unidas y otras organizaciones, así como el Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, para deliberar acerca de la manera en que el sector empresarial puede contribuir al tema “Medidas multilaterales eficaces, inclusivas y sostenibles para hacer frente al cambio climático, la pérdida de diversidad biológica y la contaminación”.

Reconociendo que una colaboración más sólida con el sector privado puede ayudar a acelerar la innovación y a responder más adecuadamente a los actuales desafíos planetarios, la Sra. Semedo destacó las soluciones y oportunidades que la FAO puede ofrecer para prestar asistencia a los actores del sector privado con miras a elaborar y priorizar estrategias empresariales que integren y promuevan prácticas agroalimentarias sostenibles, la acción por el clima y los principios de responsabilidad social.

En el diálogo que mantuvieron, los representantes del sector privado reconocieron que la cooperación con la FAO resultaba valiosa para ayudar a generar mejores datos geoespaciales y datos de calidad, por ejemplo sobre el uso de fertilizantes, así como para promover la salud de los suelos y reducir el desperdicio de alimentos.

Degradación de la tierra, clima y biodiversidad

El jueves, la Sra. Semedo participó en un acto paralelo de alto nivel de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en el que se analizaron las repercusiones de la degradación de la tierra y la desertificación en la seguridad alimentaria, especialmente en el contexto de los tres acuerdos denominados convenios de Río (sobre el cambio climático, la desertificación y la diversidad biológica), todos los cuales celebrarían reuniones fundamentales a lo largo de este año.

La Sra. Semedo observó que el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la degradación de la tierra y las sequías suelen producirse en simultáneo y, usualmente, afectan más a las comunidades más vulnerables.

En su intervención, destacó la función que los sistemas agroalimentarios pueden desempeñar para abordar esas dificultades a través del nexo entre el clima, la biodiversidad, la tierra, los alimentos y el agua. Elogió la iniciativa de la Gran Muralla Verde de África, ambiciosa y transformadora, que se centraba en restaurar la tierra para volverla fértil, contribuyendo a la vez a la acción por el clima, la conservación de la biodiversidad, la seguridad alimentaria y los medios de vida.

La Directora General Adjunta, haciendo hincapié en las posibilidades de aprovechar las resoluciones, códigos y normas existentes, remarcó que “únicamente mejorando la coherencia, las sinergias y la coordinación entre todos los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente y las organizaciones internacionales pertinentes, como la FAO, podemos acelerar la aplicación del Acuerdo de París y el Marco Mundial de Biodiversidad cumpliendo al mismo tiempo los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

Además, ocuparnos del nexo puede aumentar las repercusiones de recursos financieros escasos, contribuyendo así a cumplir los compromisos sobre el terreno, afirmó la Sra. Semedo.

La Directora General Adjunta participó asimismo en una reunión de alto nivel de la Asociación cuatripartita, que integran la FAO, la Organización Mundial de la Salud, la Organización Mundial de Sanidad Animal y el PNUMA, en la que se demostró la importancia de establecer vínculos entre sus múltiples mandatos a través de un enfoque intersectorial como “Una sola salud”.

En la reunión, se trataron los logros alcanzados durante el año anterior y se reafirmó el compromiso de la Organización de sostener la aplicación del enfoque de “Una sola salud” en todos los niveles, reforzando la movilización de recursos y la voluntad política.

Al respecto, en una cena en la que participaron la Asociación cuatripartita, las presidencias actual y siguiente del Grupo de los Veinte (G-20) (el Brasil y Sudáfrica) y las presidencias actual y siguiente del Grupo de los Siete (G-7) (Italia y el Canadá), se examinaron formas de garantizar que “Una sola salud” siguiera ocupando un lugar destacado en la agenda internacional.

Multilateralismo

En su última intervención en Nairobi, el viernes, la Sra. Semedo pronunció un discurso en un diálogo de liderazgo de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre multilateralismo ambiental.

Actualmente, la FAO alberga o dirige más de una docena de instrumentos multilaterales sobre cuestiones relacionadas con el medio ambiente, la contaminación, la sanidad vegetal y la inocuidad de los alimentos, como la Comisión sobre Recursos Genéticos, la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria, el Convenio de Rotterdam y el Codex Alimentarius, y también cuenta con productos normativos como códigos de conducta sobre plaguicidas, fertilizantes y pesca responsable.

Según la Sra. Semedo, el éxito del multilateralismo ambiental requiere cinco elementos fundamentales: empoderar a las partes interesadas de los sistemas agroalimentarios, entre ellas las mujeres, los jóvenes, los pequeños agricultores y los Pueblos Indígenas; invertir en medidas que, simultáneamente, aborden las cuestiones ambientales, mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición y ofrezcan equidad socioeconómica; reforzar el diálogo entre los actores estatales y no estatales para fomentar el control de las acciones colectivas; lograr coherencia en los planos nacional, regional e internacional, en particular en materia de medio ambiente, agricultura, comercio y política fiscal; y acuerdos ambientales respaldados con financiación que generen alternativas, fomenten las capacidades nacionales y permitan a los sectores interesados hacer una transición hacia modelos más sostenibles.

En sus reuniones con los responsables de las presidencias de las próximas reuniones de las Conferencias de las Partes de las Naciones Unidas (Arabia Saudita sobre desertificación, Colombia sobre biodiversidad y Azerbaiyán sobre el clima), la Directora General Adjunta subrayó el apoyo de la FAO para presentar la transformación de los sistemas alimentarios como un elemento común en las tres reuniones.

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