Prestar atención a los medios de subsistencia en situaciones de emergencia es la respuesta más eficaz y digna que podemos brindar, sostiene el jefe de emergencias de la FAO

Entrevista con Rein Paulsen, Director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO

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Rein Paulsen, Director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO.

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17/04/2023
Roma - La pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), la crisis climática, la degradación del medio ambiente, la pérdida de biodiversidad y los conflictos han creado importantes desafíos en materia de seguridad alimentaria en todo el mundo en los últimos años. Actualmente, millones de personas de todo el mundo necesitan apoyo urgente en más de 45 países.

Pero la ayuda alimentaria no basta para hacer frente a la creciente crisis del hambre, explica Rein Paulsen, Director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En una entrevista con la Sala de prensa de la FAO, Paulsen se refiere a las preocupaciones críticas en relación con la situación humanitaria mundial y destaca la importancia de medidas proactivas e inversiones que apoyan la producción local de alimentos y mejoran la resiliencia de la agricultura en los puntos críticos del hambre.

Ha gestionado muchos de los programas humanitarios y de emergencia más grandes del mundo. ¿Cómo ha cambiado la situación humanitaria en los últimos decenios?

Probablemente uno de los cambios más visibles es, francamente, la explosión, la proliferación y el aumento del número de personas que necesitan asistencia urgente.

El Panorama Global Humanitario —un llamamiento conjunto coordinado por las Naciones Unidas, junto con sus asociados, la FAO entre ellos—solicitó a finales del año pasado apoyo destinado a ayudar a unos 230 millones de personas. Estas cifras son francamente exorbitantes y nos dicen que no solo tenemos que hacer más, sino que tenemos que hacerlo mejor.

¿Cuál ha sido la mayor enseñanza que ha adquirido en su trabajo en emergencias mundiales?

Hay una serie de enseñanzas clave, pero me gustaría centrarme en la resiliencia que demuestran los hogares y las comunidades, así como en la notable capacidad de las personas —aun en las situaciones de catástrofe más extremas— para hacer frente a los problemas, sobrevivir y adaptarse.

Nosotros, como Organización, deseamos compartir con todos el mensaje clave de que la mayoría de las personas que necesitan asistencia humanitaria se encuentran en zonas rurales. Son agricultores. Son personas apegadas a la tierra o bien son pescadores. Por lo tanto, ese debe ser el punto de partida para nuestra respuesta de emergencia.

¿Cómo describiría la ayuda agrícola de emergencia para los agricultores o pescadores?

Fundamentalmente, se trata de poner recursos en manos de las familias de agricultores afectadas.

Esto significa, por ejemplo, semillas, herramientas y asistencia técnica que les permitan sembrar para la próxima temporada. Significa mantener vivos a los animales durante un período de sequía o durante el invierno y, a ese fin, suministramos piensos de emergencia e incluso asistencia veterinaria. A menudo, también se trata simplemente de poner dinero en efectivo en manos de la gente.

En conjunto, estas actividades suelen ser lo que las personas necesitan para superar un período difícil cuando se trata de familias de agricultores.

Por ejemplo, estuve en el Afganistán a principios de febrero. Solo el año pasado, la FAO, con unos 21 asociados en la ejecución, brindó apoyo directo a más de 6 millones de afganos de las zonas rurales mediante intervenciones urgentes. Hemos mantenido vivos a los animales durante la temporada de invierno, y también proporcionamos ayuda en efectivo a los hogares encabezados por mujeres y a las familias marginadas que no tienen siquiera acceso a una parcela de tierra.

Centramos la atención en lo que pueden hacer en sus huertos caseros con verduras y con intervenciones de suministro de proteína animal, por ejemplo con pollos. Se trata de actividades muy tangibles que marcan una diferencia cuando la población rural padece inseguridad alimentaria aguda.

Por 220 USD [también] proporcionamos suficientes semillas de trigo para cubrir sus necesidades de cereales durante un período de 12 meses en el Afganistán. Proporcionamos semillas de mejor calidad para los próximos años. No se trata solo de una donación, sino de hacer algo que tenga una repercusión mucho mayor.

¿Cómo podrían evitarse posibles situaciones de crisis alimentaria de emergencia mediante enfoques proactivos?

Para mencionar un ejemplo, la FAO resultó decisiva en la conducción del apoyo a varios gobiernos con miras a la prevención y la respuesta ante el importante brote de langosta del desierto que asoló gran parte del Cuerno de África, África oriental y otras zonas.

La detección temprana nos permitió responder a gran escala. La respuesta abarcó un período de dos años, costó unos 230 millones de USD y permitió ahorrar al menos 1 800 millones de USD en pérdidas de cosechas. Tiene sentido.

¿Por qué esperar a que ocurra una catástrofe para responder? ¿Quién preferiría esperar una donación o asistencia tras una catástrofe en lugar de tener capacidad para anticiparse, protegerse y proteger a su familia?

Los puntos fuertes de la FAO en la respuesta humanitaria proceden de su experiencia en el ámbito del desarrollo. Estamos presentes sobre el terreno en las comunidades y los países. Tenemos una relación de larga data con los ministerios de agricultura. Si distribuimos una semilla en un país, sabemos que es la semilla adecuada porque la hemos ido mejorando durante años.

Las personas siempre quieren tener los medios para cuidar de sí mismas. Prestar atención a los medios de subsistencia en situaciones de emergencia es absolutamente indispensable. Es una forma de responder eficaz en función del costo. Es una forma digna de brindar apoyo a las personas afectadas por catástrofes. Y recordemos también que no solo proporcionamos medios para que las familias puedan comer en las siguientes semanas y meses, sino que también reforzamos su resiliencia frente a futuras catástrofes.

¿Se destinan actualmente suficientes fondos a la asistencia agrícola en situaciones de emergencia?

En un contexto de crisis alimentaria, más del 70 % de las personas afectadas viven en comunidades rurales. Se trata de agricultores y pescadores y, sin embargo, solo el 4 % de todos los fondos de respuesta humanitaria que se destinan a esas situaciones de emergencia prolongada ofrece apoyo a la agricultura.

Así, tenemos una mayoría de la población que depende de la agricultura y la menor parte de la financiación para apoyar actividades de respuesta agrícola. Esto simplemente no tiene sentido. Es indispensable prestar atención a los medios de subsistencia en situaciones de emergencia. Es una forma eficaz de responder en función del costo. Es una forma digna de brindar apoyo a las personas afectadas por catástrofes.

También respondemos tras lo que denominamos “sucesos repentinos”. Por ejemplo, la tragedia que hemos visto ahora con el terremoto que afectó tanto a Türkiye como a Siria. Esto también forma parte de lo que hacemos, y necesita una respuesta urgente.

Pero la mayor parte de lo que hace la FAO en las intervenciones en situaciones de emergencia es una respuesta a las crisis año tras año. Ahí es donde tenemos que trabajar, y por eso tenemos que trabajar de manera distinta.

Según un reciente estudio de las Naciones Unidas, unas 43 000 personas podrían haber muerto el año pasado en Somalia debido a la sequía. ¿De qué manera logra el apoyo para el sector agrícola salvar vidas y proteger los medios de subsistencia?

A finales de 2021, la FAO y otros asociados del sistema de las Naciones Unidas pidieron que se ampliaran las actividades de respuesta en la región, porque veíamos que las lluvias eran escasas y, por cierto, que las comunidades y los hogares vulnerables se enfrentaban a grandes dificultades.

Y creo que, lamentablemente, lo que estamos viendo en el Cuerno de África es un ejemplo de falta de respuesta ante análisis de alerta temprana y de llamamientos a la acción preventiva. El caso de Somalia es un buen ejemplo: demuestra de qué manera una intervención agrícola urgente habría permitido a una familia permanecer en sus tierras y no verse obligada a desplazarse a un campamento en las afueras de un pueblo o ciudad.

Nuestra experiencia en Somalia y en otros lugares nos dice que si las personas pueden mantener vivos a sus animales, si tienen cultivos en la tierra, si han podido plantar semillas, si hay cosas que atender, a menudo no se verán obligadas a huir a otro lugar.

Es la respuesta más eficaz y digna que podemos brindar.

En emergencias relacionadas con conflictos, ¿cómo apoya la FAO a las poblaciones?

La FAO es un organismo técnico con un mandato único dentro del sistema de las Naciones Unidas. Nuestra forma de trabajar en situaciones de conflicto se basa en nuestros conocimientos técnicos especializados. El contexto de cada país y cada situación son diferentes.

Permítanme dar un ejemplo de Tigray. El año pasado, la amenaza de una hambruna fue motivo de gran preocupación. Por supuesto, la FAO ya estaba trabajando en Tigray y en toda Etiopía antes de que se desencadenaran el conflicto y los combates.

En un contexto en el que se desarrollaba un conflicto, la gente pudo seguir cultivando. Los agricultores de Tigray, con el apoyo de la FAO y otros organismos, produjeron 900 000 toneladas de alimentos, lo que equivale a entre seis y siete meses de las necesidades alimentarias de esa región del mundo.

Incluso en las circunstancias más difíciles, gracias a estas intervenciones urgentes podemos ayudar a las personas a mantenerse a sí mismas.

¿Cómo apoya la FAO a los países en caso de brotes mundiales como la pandemia de la COVID-19?

Creo que hay algunas enseñanzas realmente importantes que espero que hayamos adquirido colectivamente en lo que se refiere a la interfaz entre los seres humanos y los animales, y el ambiente natural.

Estas enfermedades que pueden transmitirse entre los animales y las personas pueden perturbar las cadenas alimentarias y, además, pueden afectar directamente a los seres humanos también. La FAO trabaja día tras día con otras partes del sistema de las Naciones Unidas y otros asociados en este ámbito de la sanidad animal.

En los últimos 12 meses, la FAO previno y afrontó unos 990 brotes importantes de zoonosis1. Si no ha oído hablar mucho de ello, es porque la FAO ha hecho un buen trabajo. Esta prevención de la próxima COVID es realmente importante.

Esta entrevista ha sido editada por razones de longitud y claridad

Nota:

1 Entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, el Centro de Emergencia de la FAO para la Lucha contra las Enfermedades Transfronterizas de los Animales respondió a unos 990 brotes de enfermedades en África, Asia y el Cercano Oriente.

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