Informe mundial sobre las crisis alimentarias: El hambre aguda sigue en niveles altos persistentes en 59 países, y se calcula que 1 de cada 5 personas necesita medidas urgentes y decisivas

Los asociados de la Red mundial contra las crisis alimentarias piden un enfoque transformador para romper el ciclo del hambre aguda

FAO

La situación actual en la Franja de Gaza representa el 80 % de las personas que se enfrentan a una hambruna inminente, junto con Sudán del Sur, Burkina Faso, Somalia y Malí.

©FAO / Yousef Alrozzi

24/04/2024
COMUNICADO DE PRENSA CONJUNTO ACNUR/Banco Mundial/FAO/FIDA/PMA/UNICEF/Unión Europea

Roma

Según el último Informe mundial sobre crisis alimentarias, casi 282 millones de personas de 59 países y territorios padecieron niveles elevados de hambre aguda en 2023, lo que supone un aumento a nivel mundial de 24 millones con respecto al año anterior. Este incremento obedece a la mayor cobertura del informe de los contextos de crisis alimentaria, así como al fuerte deterioro de la seguridad alimentaria, en especial en la Franja de Gaza y en el Sudán.

Durante cuatro años consecutivos, la proporción de personas que se enfrentan a la inseguridad alimentaria aguda ha permanecido persistentemente alta, en casi el 22 % de los evaluados, superando notablemente los niveles anteriores a la enfermedad por coronavirus (COVID-19).

Los niños y las mujeres están en primera línea de estas crisis alimentarias, con más de 36 millones de niños menores de 5 años con desnutrición aguda en 32 países, según indica el informe. La malnutrición aguda empeoró en 2023, especialmente entre las personas desplazadas a causa de conflictos y catástrofes.

La Red mundial contra las crisis alimentarias hace un llamamiento urgente para que se adopte un enfoque transformador que integre la paz, la prevención y la adopción de medidas para el desarrollo junto con esfuerzos de emergencia a gran escala para romper el ciclo del hambre aguda, que permanece en niveles inaceptablemente altos.

Esta crisis requiere una respuesta urgente. Será vital utilizar los datos de este informe para transformar los sistemas alimentarios y abordar las causas subyacentes de la inseguridad alimentaria y la malnutrición” aseguró el Sr. António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.

Hambre prolongada

Treinta y seis países han aparecido de forma constante en los análisis del informe desde 2016, lo que refleja años continuos de hambre aguda, y actualmente suponen el 80 % de los que más hambre padecen del mundo.  

También se ha producido un aumento de 1 millón de personas que se enfrentan a niveles de emergencia (Fase 4 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases [CIF]/Cadre Harmonisé [CH]) de inseguridad alimentaria aguda en 39 países y territorios, con el mayor aumento en el Sudán.

En 2023, más de 705 000 personas se encontraban en el nivel catástrofe (Fase 5 de la CIF/CH) de inseguridad alimentaria y en riesgo de inanición, la cifra más alta en la historia de los informes mundiales y cuatro veces más desde 2016. La situación actual en la Franja de Gaza representa el 80 % de las personas que se enfrentan a una hambruna inminente, junto con Sudán del Sur, Burkina Faso, Somalia y Malí.

Según las perspectivas de futuro de la GRFC para 2024, se prevé que alrededor de 1,1 millones de personas en la Franja de Gaza y 79 000 personas en Sudán del Sur se encuentren en situación de catástrofe (Fase 5 de la CIF/CH) en julio de 2024, lo que eleva la cantidad total de personas previstas en esta fase a casi 1,3 millones.

Las principales causas de las crisis alimentarias

La intensificación de los conflictos y la inseguridad, las repercusiones de las perturbaciones económicas y los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos siguen disparando la inseguridad alimentaria aguda. Estos factores interrelacionados están acentuando la fragilidad de los sistemas alimentarios, la marginación rural, la mala gobernanza y la desigualdad, y provocan desplazamientos masivos de población en todo el mundo. La situación de protección de la población desplazada se ve además afectada por la inseguridad alimentaria.

Los conflictos siguieron siendo la principal causa que afecta a 20 países, con casi 135 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda, casi la mitad de la cifra mundial. El Sudán sufrió el mayor deterioro debido a los conflictos, con 8,6 millones más de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda en comparación con 2022.

Los fenómenos meteorológicos extremos fueron los principales motivos en 18 países donde más de 77 millones de personas se enfrentaron a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, frente a 12 países con 57 millones de personas en 2022. En 2023, el mundo experimentó su año más caluroso jamás registrado y las perturbaciones relacionadas con el clima afectaron a la población, con episodios de graves inundaciones, tormentas, sequías, incendios forestales y brotes de plagas y enfermedades.

Las perturbaciones económicas afectaron principalmente a 21 países en los que alrededor de 75 millones de personas se enfrentaban a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, debido a su gran dependencia de la importación de alimentos e insumos agrícolas, a la persistencia de problemas macroeconómicos, entre ellos la depreciación de la moneda, los altos precios y los elevados niveles de deuda.

Romper el ciclo de las crisis alimentarias

Hacer frente a las crisis alimentarias persistentes requiere inversiones nacionales e internacionales urgentes a largo plazo para transformar los sistemas alimentarios e impulsar el desarrollo agrícola y rural, junto con una mayor preparación ante las crisis y una asistencia vital crítica a gran escala, allí donde la gente más la necesita. La paz y la prevención deben convertirse también en parte integrante de la transformación a largo plazo de los sistemas alimentarios. Sin ello, la gente seguirá pasando hambre durante toda su vida y los más vulnerables morirán de inanición.

Desde 2023, las necesidades han superado a los recursos disponibles. En la actualidad, las operaciones humanitarias están totalmente desbordadas y muchas se ven obligadas a reducir y recortar aún más la ayuda a los más vulnerables.  Resulta imperativo contar con una gobernanza económica mundial más equitativa y efectiva, que debe ir acompañada de planes dirigidos por los gobiernos que busquen reducir y acabar con el hambre.

Para invertir la tendencia de la creciente inseguridad alimentaria aguda, la comunidad internacional ha asumido una serie de compromisos importantes, entre ellos las recientes iniciativas del Grupo de los Siete y el Grupo de los Veinte. La Red mundial contra las crisis alimentarias se ofrece a aprovechar su inigualable conocimiento del hambre en los países más frágiles para reforzar los vínculos y lograr la coherencia —en la medida de lo posible—, entre estas diversas iniciativas mundiales, con el fin de garantizar un efecto innovador y concreto para los afectados por las crisis alimentarias.

Acerca del Informe mundial sobre las crisis alimentarias

El Informe mundial sobre crisis alimentarias es elaborado anualmente por la Red de Información sobre Seguridad Alimentaria y presentado por la Red mundial contra las crisis alimentarias: una Iniciativa de múltiples partes interesadas en la que participan organizaciones de las Naciones Unidas, la Unión Europea, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y organismos no gubernamentales que colaboran para hacer frente a las crisis alimentarias.

Nota para los redactores:

La inseguridad alimentaria aguda se produce cuando la incapacidad de una persona de consumir alimentos suficientes pone su vida o sus medios de subsistencia en peligro inmediato. Se basa en indicadores del hambre aguda aceptados internacionalmente, como la CIF que indica cinco fases de la inseguridad alimentaria aguda, a saber: (1) mínima, (2) acentuada, (3) crisis, (4) emergencia y (5) catástrofe, con posible declaración de hambruna.

Una crisis alimentaria es una situación en la que la inseguridad alimentaria aguda requiere que se adopten medidas urgentes para proteger y salvar las vidas y los medios de vida en los planos local o nacional y excede los recursos y capacidades con los que se puede responder a ella a nivel local. Una crisis alimentaria se define como “grave” si se estima que más de 1 millón de personas o más del 20 % de la población total de su distrito se enfrenta a la Fase 3 de crisis o superior, o si al menos una zona se clasifica en la Fase 4 de emergencia o superior.
Contactos

Irina Utkina Oficina de Prensa, FAO (+39) 06 570 52542 [email protected]

Oficina de Prensa, FAO (+39) 06 570 53625 [email protected]

Balasz Ujvari Unión Europea, Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria [email protected]

Ana Pisonero Unión Europea, Asociaciones internacionales [email protected]

Caroline Chaumont FIDA/Roma +393496620155 [email protected]

William Spindler Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Oficial superior de comunicación [email protected]

Nadia Samie-Jacobs UNICEF, Especialista en comunicación (Prensa) [email protected]

Nicolas Douillet Banco Mundial, Responsable de comunicación: alimentación y agricultura [email protected]

James Belgrave WFP Media +39 3665294297 [email protected]