Actividad apoyada por la Cooperación Española y la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID).

Con el objetivo de fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional de Nicaragua, la Asamblea Nacional del país ha establecido una alianza estratégica con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) mediante el Frente Parlamentario contra el Hambre.

Así, este miércoles ambos actores realizaron una actividad de intercambio sobre experiencias legislativas sobre alimentación escolar, la que fue apoyada por la Cooperación Española, a través del proyecto Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre y el Programa “Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO".

“Estamos aquí para debatir sobre las experiencias legislativas en la región respecto de los Programas de Alimentación Escolar, en medio de un panorama desalentador”, sostuvo Luis Lobo, Oficial del programa España - FAO para América Latina y el Caribe. “La inseguridad alimentaria moderada y grave aumentó en América Latina y el Caribe desde un 39,5% de la población en 2020 hasta un 40,6% en 2021, con una notoria ampliación en la brecha de género”, agregó Lobo.

Por su parte, el Sr. Iván León Representante de FAO en Nicaragua comentó: “Es muy clara y contundente la importancia que tiene la alimentación escolar en el desarrollo de una nación”. Además, destacó la prioridad que da el gobierno de Nicaragua para garantizar la sostenibilidad y cobertura del Programa de Alimentación Escolar. También mencionó: ”En esta jornada se han presentado diferentes leyes, experiencias y acciones gubernamentales y legislativas que podrán servir de modelo para futuros desarrollos en el país”.

Experiencias destacadas

El Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe, en su alianza con la FAO, la Cooperación Española y la AMEXCID, ha impulsado leyes de alimentación escolar en Guatemala (2017), Honduras (2016), Bolivia (2014), Paraguay (2014), Perú (2013), Uruguay (2013).

Brasil, con su ley del 2009, es un caso icónico en la región, porque su Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE), que data de 1955, ha sido reconocido como un modelo entre los países en desarrollo por su calidad y sostenibilidad.

La región también cuenta, desde el 2013, con la Ley Marco de Alimentación Escolar del Parlamento Latinoamericano y Caribeño (PARLATINO). “Es importante destacar que para una mejor alimentación escolar no solo basta con leyes en la materia, sino que también es necesario trabajar en leyes complementarias como las leyes de compras públicas a las y los agricultores familiares”, afirmó el Oficial de Nutrición de la FAO, Israel Ríos.

“Un marco jurídico integral para la alimentación y nutrición escolar no sólo beneficia a niños, niñas y adolescentes, sino que también un desarrollo socioeconómico de las comunidades locales”, complementó la Oficial Jurista de la FAO, Manuela Cuvi.

Compromiso nicaragüense

La alimentación escolar ha sido establecida como una prioridad del Gobierno de Nicaragua en el Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza y para el Desarrollo Humano 2022-2026.

“Somos el único país del mundo que cuenta un Digesto Jurídico en la Materia Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (SSAN), lo que da cuenta del gran compromiso de Nicaragua en esta temática”, afirmó la diputada Angela Espinoza.

Por su parte, el Programa Integral de Nutrición Escolar (PINE) contempla el desarrollo y fortalecimiento de huertos escolares, kioscos saludables, prácticas de higiene en la promoción de valores y la educación en materia de seguridad alimentaria y nutricional.

Frente Parlamentario contra el Hambre

El Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe (FPH-ALC) es una red plural y voluntaria, integrada por más de 400 legisladores de diferentes partidos políticos que trabajan colaborativamente desde 21 congresos nacionales y cuatro parlamentos regionales.

El FPH-ALC nació en 2009 con el objetivo de responder al compromiso de la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre 2025. Desde entonces, cuenta con el apoyo de la FAO y la Cooperación Española, así como con el de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), a través del programa “Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO".