FAO en Panamá

Edgar Serrano - Saber ancestral y tecnología: la revitalización de los sistemas productivos indígenas de Panamá

El Ministerio de Desarrollo Agropecuario, el Ministerio de Gobierno y la FAO unen esfuerzos para garantizar la seguridad alimentaria de los pueblos indígenas de Panamá y mejorar su acceso a mercados

Cuatro horas de carretera y seis horas en piragua, navegando río arriba, conducen a la comunidad de Púcuru en la Provincia del Darién. Se trata de una de las 18 comunidades con las que Edgar Serrano, del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, trabaja para la revitalización de los sistemas productivos de los pueblos indígenas de Panamá.

“Lo que se quiere es restablecer esos sistemas productivos tradicionales, pero con nuevas prácticas mejoradas que les permitan a los productores aprovechar el terreno, recuperar semillas que han ido perdiendo y saber cómo enfrentar plagas y enfermedades con productos orgánicos”.

A través de la metodología de escuelas de campo, los agricultores aprenden técnicas de siembra, aplicación de abonos y el cuidado de cultivos como ñame, ñampí, otoe o plátano, alimentos básicos en las dietas tradicionales de los pueblos indígenas de Panamá.

“Esta metodología tiene grandes ventajas. Da confianza y cercanía. Permite una relación armoniosa entre técnicos y productores, porque todos aprendemos haciendo. No se trata de llegar a decirle a la comunidad qué es lo que debe hacer y cómo hacerlo. Por ser un método participativo, todos opinamos, todos proponemos cómo lo haríamos mejor y nos ponemos de acuerdo”. 

“Es muy valioso llegar a integrarse con las comunidades indígenas e intercambiar experiencias. Saben cuidar la tierra, saben cuidar el bosque…saben que la madre tierra es la vida y de estas comunidades aprendemos mucho”.

Edgar Serrano lleva 36 años trabajando por el desarrollo rural. En los pueblos indígenas de Panamá se concentran los niveles más altos de desnutrición. Este proyecto –con el trabajo conjunto del Ministerio de Gobierno, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario y la FAO– representa para Edgar una oportunidad de garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de estas comunidades.

“En unos años, imagino a estos productores organizados, comercializando sus productos. No solamente para aumentar sus ingresos, sino para mejorar la vida de sus familias. Su alimentación, su educación, su vivienda”.

Para no dejar a nadie atrás hace falta llegar hasta las comunidades más apartadas. Edgar espera que con este proyecto se fortalezcan los lazos entre las instituciones gubernamentales y las comunidades. Y así mejorar el trabajo en el área rural.

El cambio ya se está viendo y Edgar reconoce que tiene mucho por aportar. “Yo quisiera estar en todas las comunidades. Tratar de ayudar a la mayor cantidad de productores. Ese compromiso lo tengo hace muchos años. Como persona y como profesional en el tema de desarrollo rural”.