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Migración

En 2020, 281 millones de personas vivían fuera de su país de origen. Más de 1 000 millones de personas migraron internamente. Las migraciones se deben a muchos motivos, como la inseguridad alimentaria, la falta de empleo rural decente, los conflictos y la degradación del medio ambiente. La FAO ayuda a los países a hacer de la migración una opción, no una necesidad.

La Organización aborda los factores adversos de la migración y mejora los efectos positivos para la agricultura y las comunidades rurales 

En muchas comunidades rurales, los trabajadores migrantes son esenciales para la producción agrícola, lo que realza la necesidad de una migración bien gestionada que beneficie a todos. Al mismo tiempo, la migración puede suponer grandes desafíos para la seguridad alimentaria, ya que la pérdida de mano de obra agrícola puede repercutir negativamente en la disponibilidad de alimentos en las comunidades de origen.

La labor normativa de la Organización anima a los países a afrontar los factores adversos de la migración, especialmente mediante alianzas y el desarrollo de capacidades. Para mejorar los beneficios de la migración, la FAO ayuda a los países a ofrecer oportunidades de inversión a los migrantes, p. ej., facilitando el desarrollo de agronegocios.
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Estos factores van desde la degradación ambiental, la falta de empleo rural decente, los efectos del cambio climático, incluidos los desastres y las invasiones de plagas, hasta los conflictos causados ​​por el hombre. Para ofrecer alternativas viables a la migración, la labor normativa de la Organización fomenta el desarrollo y la transformación rural de las comunidades de origen mediante la promoción de oportunidades de empleo decente. Además, la FAO facilita el acceso a servicios e infraestructuras, aumenta la resiliencia de los medios de vida agrícolas ante amenazas y crisis y mitiga los efectos del cambio climático.

En muchos lugares, los trabajadores migrantes son esenciales para los sistemas agroalimentarios y contribuyen a la disponibilidad de alimentos de las comunidades anfitrionas. La Organización también mejora los efectos positivos de la migración en las comunidades agrícolas y rurales al implicar a la diáspora, es decir, los migrantes y sus descendientes que viven en el extranjero y todavía mantienen lazos estrechos con sus países de origen. La FAO promueve un entorno propicio para que la diáspora participe en el desarrollo de agronegocios y la generación de empleo en las áreas rurales de origen mediante la inversión y la transferencia de conocimientos y aptitudes.

Las áreas rurales de origen pueden verse afectadas por la pérdida de fuerza de trabajo productiva y la falta de mano de obra agrícola. En este sentido, la Organización aspira a transformar en oportunidades los efectos de la migración en oportunidades, impulsar el empoderamiento económico de las mujeres, reforzar el entorno propicio para mejorar el acceso a la educación y los sistemas sanitarios y apoyar las instituciones y los servicios rurales.

La FAO apoya a los migrantes, incluidos los refugiados y los desplazados internos, a participar en los sistemas alimentarios y los medios de vida agrícolas. Esto abarca desde ayudarlos a acceder a tierras y recursos en las comunidades de acogida hasta ayudar a los países a implementar intervenciones de seguridad alimentaria y nutrición. Es importante señalar que, con su trabajo normativo, la FAO también busca fortalecer la cohesión social y prevenir conflictos por los recursos naturales.

La Organización lo hace mejorando la coordinación y coherencia de las políticas sobre migración y desarrollo rural y aumentando las capacidades de los actores rurales para integrar la migración en su trabajo.