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Resiliencia ante crisis prolongadas

Las crisis prolongadas son contextos en los que una parte significativa de la población es extremadamente vulnerable al hambre, a las enfermedades y a las perturbaciones en los medios de subsistencia durante periodos de tiempo prolongados. En estos contextos, la subalimentación es grave, duradera y casi tres veces más frecuente que en otros países en desarrollo. Según el Informe mundial sobre crisis alimentarias de 2024 (GRFC), 36 países se enfrentaron a crisis alimentarias prolongadas en 2023.

Fortalecer los medios de subsistencia en las crisis prolongadas mediante la orientación sobre políticas

De los 36 casos mencionados anteriormente, 19 son crisis alimentarias prolongadas de gran magnitud y representan hasta el 80 % de la población total que enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria aguda en los países y territorios afectados por crisis alimentarias cada año.

La FAO proporciona orientación en materia de políticas, establece colaboraciones y apoya programas para reforzar los medios de subsistencia y los sistemas alimentarios sensibles a los conflictos en situaciones de crisis prolongada. Estos sistemas ayudan al mantenimiento de las comunidades y los hogares vulnerables al mejorar su situación alimentaria y nutricional, a la vez que desarrollan resiliencia ante futuras conmociones y factores de estrés.
Principales mensajes de políticas

La cifra representa un aumento mundial de 24 millones con respecto al año anterior. Este aumento se debió a la mayor cobertura del informe sobre los contextos de crisis alimentaria, así como a un marcado deterioro de la seguridad alimentaria, especialmente en la Franja de Gaza y el Sudán. Los niños y las mujeres están a la cabeza de estas crisis de hambre, con más de 36 millones de niños menores de 5 años que padecen desnutrición aguda en 32 países. La desnutrición aguda empeoró en 2023, en particular entre las personas desplazadas a causa de conflictos y desastres.

Estos factores interrelacionados están exacerbando la fragilidad de los sistemas agroalimentarios, la marginación rural, la mala gobernanza y la desigualdad, y conducen al desplazamiento masivo de poblaciones en todo el mundo. La situación de protección de la población desplazada se ve afectada además por la inseguridad alimentaria.

La Red también tiene como objetivo mitigar sus efectos e impulsar una recuperación y rehabilitación resilientes y sostenibles después de las crisis para transformar los sistemas agrícolas y alimentarios. Implica trabajar a nivel mundial, regional y nacional para apoyar las alianzas dentro de las estructuras existentes y mejorar la promoción, la toma de decisiones, las políticas y la programación mediante análisis y conocimientos compartidos, una coordinación reforzada en respuestas basadas en evidencia y esfuerzos colectivos en todo el nexo entre la acción humanitaria, el desarrollo y la paz.

Estas políticas deben mirar hacia el futuro a través de vínculos entre lo humanitario, el desarrollo y la paz para aumentar la resiliencia de las comunidades, los hogares, los sistemas alimentarios y los ecosistemas.

Algunos ejemplos de estos factores son los conflictos y la inseguridad, el cambio climático, la degradación ambiental y el cambio demográfico.

Esto debe hacerse con sumo cuidado y respetando las instituciones informales y tradicionales, y basándose en una buena comprensión de la gestión de los recursos naturales (como la tierra y el agua), que a menudo pueden ser la base de tensiones y disputas locales. La FAO apoya prácticas de gobernanza transparentes e inclusivas que involucren a la sociedad civil y a las poblaciones indígenas y locales, y que se adapten a sus realidades contextuales.