En las pesquerías de pequeña escala, las mujeres representan el 40 % de las personas empleadas a lo largo de la cadena de valor y comprometidas en actividades de subsistencia. Sin embargo, el trabajo de las mujeres es a menudo invisible, informal y poco reconocido, y no participan en decisiones que afectan su situación o impactan las cadenas de valor en las que están involucradas para su sustento, seguridad alimentaria y nutrición.
Muchas mujeres también tienen acceso limitado a financiamiento, tecnología que podría hacer su trabajo más eficiente, y servicios como la educación. Como resultado, pueden tener pocas opciones y verse obligadas a aceptar contratos desfavorables o condiciones y prácticas injustas en los mercados de venta de pescado (lea más sobre la necesidad de la igualdad de género en las pesquerías de pequeña escala aquí).
La mayoría de las mujeres en las pesquerías están involucradas en la transformación y comercialización de pescado, conocidas como actividades post-captura. Por lo tanto, el proyecto FAO-Norad titulado Empoderar a las mujeres en las pesquerías de pequeña escala para sistemas alimentarios sostenibles se centró en empoderar a las mujeres en el sector post-captura en cinco países: Ghana, Uganda, Malawi, Sierra Leona y la República Unida de Tanzania.
La Agencia Noruega de Cooperación al Desarrollo (Norad) financió el proyecto para el período 2020–2021, con apoyo continuado bajo un nuevo subprograma del Mecanismo Flexible Multi-Socios (FMM) de la FAO titulado Implementar las Directrices PPE para sistemas alimentarios y medios de vida equitativos en términos de género y resilientes al clima, para 2021-2023, con actividades desarrolladas también en Madagascar, Namibia, Filipinas e Indonesia.
Las Directrices PPE, en los capítulos 7 y 8 sobre cadenas de valor, post-captura y comercio, y la igualdad de género, abogan por el reconocimiento e inclusión del papel que desempeñan las mujeres en las pesquerías de pequeña escala, especialmente en el sector post-captura, con el objetivo de reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
§8.4 Directrices PPE
Cuando las mujeres están empoderadas y tienen oportunidades para ganar y controlar ingresos, es más probable que sus gastos beneficien la nutrición, la salud y la educación del hogar. Al considerar el marco de "sistemas alimentarios", se analiza la producción, procesamiento, distribución, comercialización y consumo de alimentos, así como los impulsores socioeconómicos y ambientales y los impactos de las actividades del sistema alimentario, incluido el bienestar social y ambiental.
Fortalecimiento de capacidades y asociaciones
El proyecto ayudó a individuos, organizaciones de PPE (Pesquerías de Pequeña Escala) y cooperativas a desarrollar y mejorar habilidades y capacidades en su trabajo, con un enfoque particular en satisfacer las necesidades de las mujeres. También concienció sobre la importancia de consumir pescado como parte de una dieta nutritiva y equilibrada, especialmente para el desarrollo físico y cognitivo de los niños. En algunos de los países objetivo, esto se tradujo en el fortalecimiento de la capacidad de las personas para procesar productos pesqueros seguros que luego podrían comercializarse o consumirse en sus comunidades.
La promoción de asociaciones entre actores públicos y privados para desarrollar equipos e infraestructuras adecuados para la manipulación, distribución y comercialización del pescado ha sido una actividad clave de este proyecto. Esto fue acompañado de capacitaciones sobre el uso, la gestión y el mantenimiento de los equipos para garantizar resultados sostenibles del proyecto y del Subprograma FMM en curso.
§7.4 Directrices PPE
Reunir conocimientos y aprendizajes en un solo lugar
El proyecto recopiló conocimientos y datos valiosos sobre cómo las pesquerías de pequeña escala contribuyen a la seguridad alimentaria y a la nutrición en los cinco países participantes. Asimismo, mapeó dónde trabajan los grupos de mujeres de las PPE, tanto geográficamente como en términos de sus roles y posiciones en las cadenas de valor del pescado. El proyecto utilizó esta información, combinada con un enfoque transformador de género y los planes de acción de género subsiguientes, para identificar puntos de entrada que permitan satisfacer las necesidades de las mujeres y comprender mejor las normas y factores subyacentes.Por ejemplo, las mujeres pueden ser empoderadas al mejorar sus habilidades en la toma de decisiones y el liderazgo, o al unirse o establecer organizaciones, redes y plataformas relevantes para sus necesidades y trabajos. Sin embargo, la participación de las mujeres no es suficiente: también necesitan sentir que sus voces son escuchadas.
Muchos donantes han intentado en el pasado mejorar la infraestructura y las tecnologías en el sector post-captura, pero no siempre con éxito. Este proyecto aprendió de estas experiencias y desarrolló directrices sobre buenas prácticas, centrándose en infraestructuras y tecnologías sostenibles que, a menudo, continuaron siendo utilizadas incluso después de que los fondos ya no estuvieran disponibles, y que se incorporaron al subprograma FMM.
Todas las partes deben evitar las pérdidas y el desperdicio en el sector post-captura y buscar formas de crear valor añadido, basándose también en tecnologías tradicionales y locales rentables, innovaciones locales y transferencias de tecnología culturalmente apropiadas.
§7.5 Directrices PPE
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