Con el objetivo de fortalecer las capacidades nacionales de Colombia y Perú para contar con sistemas nacionales de evaluación de daños y pérdidas para recopilar, sistematizar, analizar y reportar daños y pérdidas por desastres de pequeño, mediano y gran impacto en el sector agrícola, se reunieron en Bogotá, los días 4 y 5 de septiembre, delegados de entidades de gobierno, academia y gremios de los dos países. 

“Es necesario conocer el contexto internacional en relación con la evaluación de daños y pérdidas por desastres, así como las responsabilidades y oportunidades que representan para Colombia y Perú. En la región ya se han realizado dos talleres, con este que se acaba de llevar a cabo, la idea estos dos países se puedan convertir en pilotos en la implementación de esta metodología y así puedan contribuir con la réplica de esta a otros países de la región”, aseguró Anna Ricoy, Oficial de Gestión del Riesgo de Desastres de la Oficina Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) para América Latina y El Caribe. 

El taller, dirigido a tomadores de decisión y técnicos responsables de la respuesta a emergencias en el sector agrícola y a los actores responsables de la generación de datos y estadísticas sobre producción agrícola de las dos naciones, brindó la oportunidad de conocer el marco conceptual de la metodología desarrollada por la FAO para la evaluación y el registro de daños y pérdidas por desastres para el sector agrícola de FAO, así como su relación con otras metodologías en uso para evaluar daños, necesidades y pérdidas por desastres: Evaluación de Necesidades Post-Desastre (PDNA), un instrumento común al Banco Mundial, la Unión Europea y Naciones Unidas y la Evaluación de daños y pérdidas (DALA), instrumento diseñado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

“La FAO está colaborando con el Gobierno nacional de Colombia para institucionalizar una metodología para recopilar, analizar y reportar información sobre daños y pérdidas por desastres en el sector agrícola y sus diferentes subsectores (cultivos, ganadería, bosques, pesca y acuicultura). Dicha iniciativa se enmarca dentro del proyecto de Fortalecimiento de la resiliencia en comunidades, municipalidades e instituciones en Bolivia y Colombia, basado en estrategias participativas validadas para reducir la vulnerabilidad y niveles de riesgo para los medios de vida, financiado por la Unión Europea”, dijo María Consuelo Vergara, Coordinadora del Área de Gestión del Riesgo de la FAO en Colombia.
 

Sobre las pérdidas y daños ocasionados por los desastres naturales en la región 

En América Latina y el Caribe los desastres naturales originan importantes pérdidas económicas, y datos existentes comprueban que el sector agrícola absorbe gran parte de este impacto, con pérdidas del orden de USD 22 mil millones entre 2005 y 2015 (FAO 2018).  De hecho, en los últimos diez años, las pérdidas de producción agropecuaria en ALC han aumentado considerablemente, con niveles extremos de pérdidas regionales en el año 2012 (alcanzando USD 7 mil millones).

Estas cuantiosas pérdidas ya afectan los precios de los alimentos e impactan la economía nacional, mientras que los pronósticos siguen apuntando al aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos climáticos extremos en el futuro, como consecuencia del cambio climático.
 

Sobre la metodología de medición de pérdidas y daños de la FAO 

Dentro de la agenda global para la reducción del riesgo de desastres, con el Marco de Sendai y de cara a la Agenda 2030 y la responsabilidad de la FAO como custodia de algunos de los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), uno de los intereses de la FAO es poder capacitar a los países para poder monitorear sus daños y pérdidas en el sector agrícola.

El contar con un registro de los desastres con la evaluación de daños y pérdidas, realizada de forma protocolizada y armonizada a instrumentos ya existentes, es fundamental para el análisis de los riesgos y poder determinar la probabilidad de ocurrencia de pérdidas por diferentes amenazas en los diferentes sistemas de producción, infraestructura productiva, caminería rural, etc. Esta información facilita el diseño de estrategias y políticas de prevención y reducción de riesgos en el sector agropecuario, contribuye a identificar prioridades de acción y a realizar evaluaciones de impacto de las acciones y estrategias realizadas en la mitigación del riesgo y en el aumento de la resiliencia.

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