Soy boliviana y vengo trabajando en apoyo a estos programas desde hace varios años desde el sector educación, salud, y desarrollo rural. El problema de la alimentación y nutrición en la población que vivimos en contextos similares en Latinoamérica, está atravesando una crisis de transición alimentaria, es decir superando la desnutrición y ahora tener que enfrentar el problema del sobrepeso y obesidad, mismo problema que los países desarrollados atravesaron hace cuatro décadas aproximadamente.

En principio cuando el problema identificado era la desnutrición y la malnutrición (deficiencia de micronutrientes), se emprendió acciones multisectoriales con mayor énfasis desde el sector salud, con suplementación, alimento complementario para menores de dos años y acciones de tipo educativas. El esfuerzo, estuvo dirigido principalmente a la población rural, considerando los niveles de vulnerabilidad, expresado por la falta de acceso a los alimentos nutritivos.

Las acciones educativas (promoción y capacitaciones), no llegó con la misma fuerzo a la población migrante que hoy llena las grandes ciudades a nivel de los países de Latinoamérica, existiendo mayores condiciones de vulnerabilidad. Ahora, nos encontramos en una etapa de transición alimentaria toda vez que disminuyeron los índices de desnutrición, el problema a enfrentar es el sobrepeso y obesidad atacando principalmente a esta población, considerando que uno de los factores es la oferta  de alimentos agresivos a la salud y nutrición.

Enfrentar el problema del sobrepeso - obesidad y reducir los efectos que conlleva, merece también la participación de todos los sectores del estado, por la complejidad de su intervención, puesto que afecta a la mayor parte de la población en todas las edades. Las estrategias emprendidas están dirigidas a la elaboración y promoción de instrumentos (guías alimentarias, materiales impresos, campañas informativas) todo dirigido a la población en su conjunto, orientados a la adquisición de hábitos y prácticas de alimentación saludables.

Al respecto y como medida recomendable, se debe tomar acciones más rigurosas que implique la participación de los sectores competentes, destinado a regularizar la producción, fabricación, distribución, comercialización y consumo de alimentos adecuados y nutritivos.

Una estrategia empleada y muy generalizada es La educación alimentaria nutricional, que debe ser orientada a dar mejor uso y aprovechamiento a los alimentos que la población tiene mayor acceso, brindando mayor diversidad y formas en las preparaciones y combinaciones, debiendo adecuarse a cada contexto cultural y socioeconómico de la población y metodológicamente haciendo uso de recursos y medios de comunicación disponibles. El grupo destinatario desde hace muchos años fue dirigir hacia la mujer principalmente, condicionando a su rol reproductivo, sin embargo actualmente se reconoce que la responsabilidad recae en toda la familia, razón por la cual en los últimos años, este proceso educativo está abarcando al entorno familiar, en el entendido que el problema afecta a la población en todas las edades.

Los resultados esperados de este proceso aún no son visibles, puesto que la publicidad y la oferta de alimentos no saludables aún son mayores y sobrepasan las buenas intenciones de todos los sectores del estado que están en la lucha por lograr cambio en la conducta alimentaria de la población. Mantener el desafió de superar a la publicidad dañina y la oferta de alimentos no saludables debe ser el principio que nos fortalecerá para cumplir con el propósito de salvar a las nuevas generaciones.

Lic. Gloria E. Durán Mariaca

CONSULTORA EN NUTRICION

La Paz- Bolivia