Académicos y actores del sector forestal de Panamá compartieron experiencias sobre el desarrollo de modelos de simulación de escenarios futuros para los bosques y los sistemas productivos forestales

Conocer los futuros escenarios a los que se enfrentan los bosques tropicales de la región centroamericana es fundamental para entender cómo debemos prepararnos y adaptarnos a estos cambios, además de sacar provecho de algunas oportunidades. Es importante ayudar a los bosques a través de la genética, la silvicultura, mediante nuevos arreglos institucionales, ajustes a las regulaciones y estándares de manejo forestal para que los bosques del futuro sean resiliente y respondan adecuadamente a eventos extremos como los huracanes, sequías, plagas e incendios.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a través del Programa FAO-UE FLEGT, facilitó un espacio de diálogo para conocer la modelación de escenarios futuros ante los efectos del cambio climático, donde investigadores del Instituto de Economía y Planificación Forestal de la Universidad de Friburgo presentaron los resultados de las simulaciones y análisis en bosques europeos que servirán de parámetros para aplicar investigaciones similares en los bosques de la región mesoamericana. Estos modelos forman parte de investigaciones desarrolladas por estudiantes de doctorado en ciencias forestales de la universidad alemana de Friburgo con el acompañamiento de académicos especialistas en economía y forestales.

La primera investigación, a cargo de Anja Nölte, explora el desarrollo de un modelo de manejo para sistemas de reforestación tropical con mezclas de especies de árboles nativos; el segundo, a cargo de Lukas Baumbach, aborda las implicaciones económicas y políticas de futuros escenarios y los cambios en la distribución de tipos bosques y especies de árboles, que a su vez crearán una afectación en el suministro de bienes y servicios de los ecosistemas forestales en Centroamérica.

El trabajo de Nölte proporcionará una estimación del crecimiento y el rendimiento económico que se puede esperar de estas especies nativas para una amplia gama de condiciones ambientales, incluido el cambio climático. “Existen muchas incertidumbres asociadas a estos temas, por lo que intentaremos representar una amplia gama de escenarios para que tomadores de decisiones, en este caso los propietarios de plantaciones, así como los inversionistas, pueden tener una mejor idea no solo del resultado medio esperado, sino también de los peores y mejores escenarios”, destacó.

Por su parte, Lukas Baumbach indicó que su investigación podría facilitar la toma de decisiones en varios aspectos. Por un lado, determinar la adaptación e idoneidad de las especies de árboles en un futuro escenario climático más caliente y seco, lo que puede ofrecer información de la susceptibilidad de las especies a estos cambios ambientales. El resultado de este análisis contribuye a la selección de especies por parte de los propietarios forestales considerando las cambiantes condiciones climáticas.

Por otro lado, Baumbach estudiará los impactos del clima futuro en los servicios ambientales de los ecosistemas y el valor económico potencial de los bosques del futuro. “Las pérdidas proyectadas en el valor económico de los bosques estudiados pueden proporcionar un incentivo para la adaptación de los bosques por parte de las partes interesadas o al menos aumentar la percepción del riesgo económico”, indicó.

Para la elaboración de estos proyectos, ambos jóvenes investigadores consideran como principal desafío la recopilación de datos de calidad actualizados. La identificación, recolección, y organización de los datos, a menudo, es muy descentralizada e involucra el contacto, acuerdo y seguimiento con un gran número de entidades y empresas. Por este motivo, las sinergias entre agencias gubernamentales, instituciones de investigación, y la empresa privada ayuda a mejorar el intercambio de información.

"Es interesante compartir el conocimiento y trabajo que se está desarrollando sobre el cambio climático, porque seguramente esos datos nos servirán para futuros proyectos” destacó Vania Gomes, Directora de Proyectos e Investigación de ANCON. “El análisis sobre las especies nativas más tolerantes al cambio climático nos permitirá tomar decisiones y el trabajo de estos investigadores es un primer paso para un conocimiento más profundo para obtener contenidos y resultados que, consecuentemente, requiere de más tiempo, pero es sumamente necesario”, agregó.

Desde la perspectiva forestal para Centroamérica, este tipo de investigaciones son muy importantes, ya que no se cuenta con suficiente información en la región, según Pieter van Lierop, Líder del equipo de Uso Sostenible de Recursos Naturales, Gestión de Riesgos y Cambio Climático de la Oficina de la FAO para Mesoamérica. “Es importante que los resultados de estas investigaciones sean publicados y estén disponibles en la región para contribuir a la toma de decisiones e incentivar a los estudiantes de la región a realizar investigaciones en esta línea”, indicó el especialista.

“La FAO ha facilitado sinergias con otras iniciativas e instituciones que permitan generar impactos importantes de forma inclusiva”, indicó Guillermo Navarro, coordinador regional del Programa FAO-UE FLEGT. “El programa trabaja para alcanzar una buena gobernanza forestal que permita un ambiente de prosperidad económica y comercio legal que, por un lado, generará medios de vida dignos en zonas rurales donde a veces no son viables las actividades agrícolas comerciales, permitiendo la reducción de la pobreza y garantizando la seguridad alimentaria; y por otro lado, creará valor del bosque garantizando su conservación”, explicó.

De ahí el interés de que la legislación forestal también se ajuste a los eventos extremos que afectan a los bosques y garantice reglas que permitan que el manejo ayude a los bosques a adaptarse al Cambio Climático. “Esperamos seguir identificando socios que puedan interesarse en incluir nuestra región en sus agendas”, finalizó Navarro.
La FAO está apoyando a los países de Mesoamérica tanto en la mitigación como en la adaptación a los efectos del cambio climático a través de una amplia gama de programas y proyectos, como parte integral de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como en el marco del Acuerdo de París.