FAO en Panamá

Los programas de protección social con enfoque de género tienen mayor impacto en la erradicación del hambre y la pobreza

08/03/2016

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la FAO llama a los países a adaptar las políticas públicas de protección social y desarrollo rural a las necesidades y roles de las mujeres rurales.

Panamá, 07 de marzo de 2016.-  “Orientar y diseñar programas de protección social centrando la atención en el papel que desarrollan las mujeres en el sector rural puede aumentar su impacto positivo en la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza”, destacó Tito Díaz, Coordinador de la Oficina Subregional de la FAO para Mesoamérica.

De acuerdo a la FAO, hoy en día, las mujeres rurales representan cerca del 50% de la fuerza de producción de alimentos en el mundo, ocupando un rol importante en la preservación de la biodiversidad, la recuperación de prácticas agroecológicas y, por consecuencia, en la garantía de la soberanía y la seguridad alimentaria y nutricional.

“Las actividades y responsabilidades productivas de las mujeres rurales se suman a sus actividades de alimentar y cuidar a sus familias. Esta carga doble y a veces triple de trabajo en el campo, en el hogar y en la comunidad generalmente no es remunerada, ni reconocida”, agregó el Coordinador de la FAO para Mesoamérica.

El documento Protección social de las trabajadoras de la agricultura familiar en América Latina y el Caribe: avances y desafíos (FAO 2015) señala que 52% de las mujeres rurales mayores de 15 años en América Latina y el Caribe son consideradas económicamente inactivas. Asimismo, menciona que 37% de las mujeres rurales de la región se dedican a actividades agrícolas familiares no remuneradas, mientras que en varones, este porcentaje se estima en 11%.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, que este año tiene como lema “Por un planeta 50-50, demos el paso para la igualdad de género”, la FAO llama a los países a adaptar las políticas públicas de protección social y desarrollo rural a las necesidades y roles de las mujeres rurales.

En este sentido, se requiere formalizar el trabajo agrícola y reconocer el trabajo de la agricultura familiar informal para el acceso a la protección social contributiva. Así como ampliar la visión de protección social, implementando intervenciones no sólo para reducir la pobreza de ingresos, sino también para el fortalecimiento de los medios de subsistencia y la reducción de la vulnerabilidad.

En esta misma línea, resulta especialmente importante ampliar los servicios de estancias infantiles o centros de cuidado comunitarios de calidad en las zonas rurales, con un enfoque particular para mujeres trabajadoras y madres estudiantes.

Por su parte, la FAO promueve como herramienta para la mejora del acceso a la tierra las Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra para mujeres y hombres.

Mesoamérica: una región que avanza en el empoderamiento de las mujeres rurales

Los países mesoamericanos han avanzado en la construcción de una agenda de políticas públicas para las mujeres rurales, con la ratificación de la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW). 

La Convención establece en su artículo 14 que los estados partes tendrán en cuenta los problemas especiales a que hace frente la mujer rural y el importante papel que desempeña en la supervivencia económica de su familia, y, por tanto, tomarán las medidas necesarias para asegurar su participación en el desarrollo rural y sus beneficios. Estas medidas se han reflejado en el establecimiento de los Mecanismos Nacionales para la Igualdad de Género en cada uno de los países.

La voluntad de los gobiernos de la región de diseñar e implementar políticas públicas que ayuden a superar las condiciones de pobreza que afectan a las mujeres rurales de la región se ha expresado en la inclusión, expresa o implícita, de la perspectiva de género en las leyes marco y políticas públicas de Seguridad Alimentaria y Nutricional.

Al mismo tiempo, se ha promovido la coordinación intersectorial de los mecanismos nacionales para la igualdad de género y los ministerios de agricultura, como en el caso de Costa Rica, y la inclusión de políticas de género institucionales al interior de dichos ministerios, como en el caso de Guatemala.

Asimismo, vale la pena resaltar la promoción de la participación de la sociedad civil en las instancias de política pública, como en el caso de Nicaragua, y el esfuerzo de institutos estadísticos de la subregión para generar mecanismos de encuestas que visibilicen el uso del tiempo de las mujeres.

Es importante que este esfuerzo de generación de institucionalidad se profundice en planes de acción concretos que muestren resultados. Ese es el desafío de los países de Mesoamérica.

En ese sentido, es importante señalar que en 2016 los países de la región volverán a encontrarse en la II Conferencia de Mujeres Rurales. En la I Conferencia, celebrada en Brasilia en el 2014, se reconoció la importancia del valor económico, social y de subsistencia del trabajo agrícola no remunerado que realizan las mujeres rurales y campesinas; y se planteó la necesidad de visibilizar su trabajo, contabilizar su aporte a las economías nacionales y diseñar y ejecutar políticas públicas. Este año tendremos la oportunidad de repasar los avances logrados en los últimos dos años

Diálogo entre mujeres indígenas de México y la FAO

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Eve Crowley, Representante Regional Adjunta para América Latina y el Caribe y Representante de FAO en Chile se reunió con mujeres indígenas y de la sociedad civil en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

“Es necesario hacer visible la importancia del trabajo de las mujeres rurales y de las indígenas como un gran valor para la sociedad”, destacó la funcionaria regional de la FAO, subrayando que es indispensable impulsar políticas que consideren las necesidades de las mujeres rurales, y especialmente de las mujeres indígenas, para que puedan avanzar en su autonomía económica, en la toma de decisiones y en mejorar su situación como mujeres además de contribuir a la seguridad alimentaria.

Las más de 30 mujeres indígenas, representantes de distintas comunidades de México, solicitaron a la FAO impulsar la visibilización de las dificultades que les afectan directamente en materia de gestión del agua, alimentos, contaminación, explotación minera, mantos acuíferos y uso indiscriminado de pesticidas en sus países.

Crowley agregó que la nueva agenda global del desarrollo sostenible incluye como un punto muy importante apoyarse en los conocimientos de los pueblos indígenas y su gran aportación para la gestión sostenible de los recursos naturales, el cambio climático y las prácticas agrícolas que han demostrado resiliencia y adaptación durante siglos.