FAO en Perú

La producción de algodón nativo en Perú es patrimonio de mujeres

08/03/2017

Nuevo estudio de la FAO revela que las productoras de algodón de la región Lambayeque lideran las actividades de siembra, cosecha, transformación y comercialización del algodón nativo o de color y son, en cambio, poco visibles en las cadenas de algodón blanco con fines comerciales. FAO plantea recomendaciones al sector agropecuario para cerrar las brechas de género en el cultivo de este producto bandera.

Lima.- Un nuevo estudio publicado por la cooperación internacional entre FAO y Brasil identificó experiencias específicas de la cadena de algodón en la región Lambayeque, y demostró que la participación y el nivel de empoderamiento de la mujer algodonera son considerablemente más altos en la cadena de valor del algodón nativo o de color, que en la del algodón blanco. En palabras de los productores locales, “el algodón nativo es patrimonio único de las mujeres”.

La Asociación Manos con Talento y la Asociación de Mujeres Artesanas Huaca de Barro, en el distrito de Mórrope, trabajan en la cadena de valor del algodón nativo o algodón de color. Ambas asociaciones cuentan con liderazgo femenino evidente: las mujeres no solo manejan los ingresos sino que además llevan a cabo todas las actividades de transformación (hilado, urdido, tejido y diseño) y comercialización de los productos derivados del algodón nativo. Estas mujeres reciben capacitaciones y apoyo del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo en manejo empresarial, diseño de moda, manejo orgánico del cultivo, puntos de venta, etc. y el dinero obtenido de la venta de sus productos artesanales se reinvierte en la organización y las necesidades de sus miembros. También es preponderante el rol de las mujeres en la etapa productiva, en donde se ocupan directamente de la siembra, el raleo, la cosecha y la selección. La única actividad que no realizan ellas es la aplicación de pesticidas.

En el otro extremo, la Asociación Regantes Muy Finca y la Asociación Muchuní se dedican al cultivo de algodón con fines comerciales, específicamente las variedades híbridas de algodón Pima y Tangüis. A diferencia de lo que sucede con el algodón nativo, la participación de las mujeres es muy reducida en este ámbito. El estudio de caso revela que la autonomía y seguridad laboral de las mujeres, al igual que su poder de decisión, disminuyen cuando ellas participan en la cadena de valor del algodón blanco con fines netamente comerciales, en grandes explotaciones y con transacciones de mercado de por medio. Los algodoneros reconocieron que el rol de la mujer en este ámbito es solo “de apoyo”.

El estudioMujeres de Algodón: roles de género y participación en las cadenas de valor en Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay y Perú” plantea recomendaciones al Estado para cerrar las brechas de género que todavía persisten en la cadena de valor del algodón. La FAO recomienda utilizar mejor la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2010 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) para mantener un balance en la participación de la mujer en esta cadena productiva. Esto es fundamental dado que la mujer debe atender tradicionalmente el cuidado de la familia, el hogar y la crianza de animales, lo que le deja poco tiempo para invertir en fortalecimiento de capacidades y habilidades. Al hacer uso de la variable “uso del tiempo”, se podrán considerar mejor los momentos y escenarios de las capacitaciones productivas, de diseño y marketing de producto que deben dirigirse específicamente a las mujeres productoras, dada su natural especialización en el rubro de transformación. En el caso de las mujeres que trabajan con algodón nativo, además, es esencial promover la formalización de sus asociaciones, para que puedan negociar en mejores condiciones su acceso a servicios como agua de riego, espacios en ferias locales, etc.

La diferencia rotunda entre el nivel de empoderamiento de la mujer en la cadena de valor del algodón nativo y del algodón blanco con fines comerciales también debe abordarse de forma urgente. Queda claro que a medida que el algodón de transforma en un commodity y es más lucrativo, la participación de la mujer disminuye. El MIMP y el MINAGRI deben trabajar de forma articulada para involucrar a más mujeres en programas de educación financiera, acceso a mercados y asesoría empresarial para que ellas puedan tomar control sobre las ganancias y planificar esquemas de inversión.

Una mirada regional hacia el género en la cadena de valor de algodón

El estudio que también analiza la cadena de valor del algodón en Argentina, Bolivia, Colombia y Paraguay identificó diversos factores de desigualdad que afectan directamente a las mujeres  tales como el acceso desigual a la propiedad; el limitado acceso a créditos y esquemas de ayuda financiera; la falta de control sobre las ganancias obtenidas y bajo poder de decisión sobre bienes productivos y de consumo; precaria asistencia técnica  y capacitación; el desarrollo de un doble patrón laboral (la economía del cultivo y la economía no remunerada en largas horas de trabajo en el hogar); la falta de educación formal e informal; baja participación a nivel personal o comunitario en espacios de representación; y las pocas oportunidades de aumentar el valor agregado en el procesamiento de productos de algodón (artesanías) y el a acceso a los mercados.

Por otro lado, se identificaron buenas prácticas que permiten la participación de las mujeres a lo largo de la cadena, que incluyen la selección de variedades y la protección de la biodiversidad; la participación en esquemas de trabajo rural remunerado para suplementar sus entradas; su rol en la transformación del algodón en rama en artesanías y su posterior colocación en el mercado; el empleo de estrategias de producción de algodones orgánicos o algodones con “identidad” para obtener mejores valores en el mercado, entre otros.

“Esta información se convierte en una herramienta clave para dialogar con la institucionalidad pública de los países y aportar en la construcción de la agenda de políticas públicas para las mujeres rurales del sector algodonero”, analiza Adriana Gregolin, Coordinadora regional del Proyecto de fortalecimiento del sector algodonero por medio de la cooperación Sur-Sur.

El estudio hace parte de las actividades del proyecto de Fortalecimiento del Sector Algodonero por medio de la Cooperación Sur-Sur, llevado a cabo por la FAO, la Agencia Brasileña de Cooperación (ABC) y el Instituto Brasileño de Algodón (IBA).

 

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Loretta Favarato
Comunicadora de FAO Perú
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