FAO en Chile

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Las acciones de FAO en Chile están definidas en el Marco de Programación País 2015-2018 suscrito por el Ministerio de Agricultura, según las demandas y prioridades del gobierno en el ámbito agrícola, forestal, pesquero y alimentario. El Marco de Programación considera la política agrícola presentada en el programa de Gobierno (2014-2018), el Marco de Asistencia de las Agencias de Naciones Unidas con el Estado chileno y las decisiones tomadas en la 33° Conferencia Regional de la FAO. Áreas prioritarias periodo 2015-2018: Política e Institucionalidad para el Desarrollo de Sistemas Alimentarios Eficaces, Saludables e Inclusivos; Gobernanza de Recursos Naturales y Sistemas Silvo-agropecuarios y Pesqueros bajo Escenarios de Cambio Climático; Cooperación Sur-Sur. 
FAO está publicando esta serie de estudios de casos de países con el fin de ampliar el conocimiento sobre buenas prácticas para el establecimiento y funcionamiento de Unidades de Agronegocios. En estos estudios se cotejan también modelos organizativos alternativos aplicados por los países para hacer frente a los cambios del sistema agroalimentario, incluyendo mecanismos para establecer vínculos con otros ministerios (por ejemplo, los de industria y comercio) y organizaciones privadas. La serie también ofrece una oportunidad para crear conciencia sobre la necesidad de un compromiso público más fuerte con el desarrollo de agroindustrias y agronegocios responsables.
Al inicio del proyecto, no se disponía de información relativa a los impactos específicos que el cambio climático podría originar en los sistemas de producción silvoa-gropecuaria. El Gobierno de Chile se había enfocado en comprender los impactos del cambio climático en las zonas con vocación agrícola, desestimando la zona austral. En Magallanes, se prevé que el aumento de temperatura provocado por el cambio climático conlleve beneficios en la producción agrícola. Sin embargo, también las nuevas condiciones del clima podrían incrementar los riesgos actuales, por intensificación de vientos y veranos más secos, o generar nuevos riesgos por los impactos indirectos asocia-dos al aumento de temperatura y cambios de precipitación (por ejemplo, aumento de la erosión e incidencia de especies invasoras). 
Los desastres naturales, entre ellos los climáticos, constituyen causas subyacentes de la pobreza y elhambre en la región de América Latina y el Caribe, donde aún cerca de 37 millones de personas padecenhambre. La FAO ha colaborado en la tarea de incorporar la Gestión del Riesgo Agroclimático en Chile, y espera que las lecciones aprendidas del proyecto de cooperación, sistematizadas en este documento, sirvan de apoyo a quienes trabajan en la construcción de una agricultura climáticamente más resiliente en la región.  
El sistema agroalimentario está cambiando rápidamente en respuesta a la modernización de la agricultura y al cambio de los patrones de consumo en pos de alimentos inocuos, de calidad, y producidos de forma responsable para con la sociedad y el medioambiente. Este nuevo escenario convive con formas más tradicionales de agricultura familiar y subsistencia. Dichos cambios han aumentado la presión sobre los Ministerios de Agricultura (MAG) en los países en desarrollo para que se involucren en el desarrollo incluyente de los agronegocios y la agroindustria.