Originaria de las estepas centrales de Asia, la raza ovina Barbarine fue introducida en Túnez por los fenicios alrededor del siglo IV a.C. Hacia el año 1050 d.C., se había convertido en la única raza “noble” representada en las escenas de sacrificios y en las ceremonias religiosas del país. A nivel local, la raza es conocida como “Nejdi” o “raza ovina árabe”, mientras que “Barbarine” es tan sólo una denominación europea usada, en realidad, para referirse a la raza autóctona bereber del Norte de África. El ganado de raza Barbarine corresponde a la población nacional en Túnez de la raza transfronteriza “Arabi”.

El rasgo fenotípico más destacado por el cual se puede reconocer fácilmente a la raza Barbarine es su gran cola bilobulada que, de media, representa el 13% del peso corporal del animal y donde se acumulan reservas de grasa. De manera interesante, esta característica dota a la raza de una notable rusticidad y le proporciona la capacidad de hacer frente a las difíciles condiciones de vida en las áreas más áridas del país. Por ello, está considerada como la principal raza ovina autóctona del país y, actualmente, se encuentra repartida por todo el territorio, desde la zona septentrional (húmeda y subhúmeda), pasando por la región central (semiárida), hasta el Sahara (árido y desértico).

Desde el punto de vista fenotípico, la raza Barbarine de Túnez presenta bastante diversidad, en consonancia con su amplia distribución territorial. De hecho, se han definido dos ecotipos tradicionales principales, a saber el de cabeza roja y el de cabeza negra y, dentro de ellos, a su vez se han descrito diferentes variantes. Por ejemplo, el tipo del Norte, que se encuentra principalmente en las regiones de Nabeul, Siliana, Ben Arous y Jendouba, puede ser tanto de cabeza negra como de cabeza roja y es de gran tamaño (75 cm de altura a la cruz y un peso medio de 75 kg para los machos y de 50 kg para las hembras). Existe además la variante Barbarine Negra, que es de vellón completamente negro. Esta variante se encuentra mayoritariamente en Jendouba, Béja y Mateur y se caracteriza por su capacidad para resistir los efectos de la hierba de San Juan. Otra variante del Norte es el tipo sardo, que se distingue por su pigmentación negra en el hocico, en torno a los ojos y en las partes distales de las patas. En la parte central de Túnez, los ejemplares de raza Barbarine son de tamaño mediano, en su mayoría de cabeza roja, con una altura a la cruz de 65 a 70 cm y con un peso medio de 70 kg para los machos y de 45 kg para las hembras. Se hallan principalmente en las regiones de Sidi Bouzid, Kairuán y Sfax. En Sfax, Sidi Bouzid y Siliana, existe otra variante de raza pura Barbarine: se trata del subtipo que muestra una lista frontal blanca sobre su cabeza roja. Otra variante en el centro del país es la oveja Barbarine del Sahel, que se caracteriza por su cola arqueada y por su adaptación a las regiones costeras del Este de Túnez (Susa y Monastir). Finalmente, las regiones áridas del Sur de Túnez (Gabes y Tataouine) están pobladas únicamente por dos variantes: una es de cabeza roja y la otra es la variante “Sagaa”, que tiene cabeza blanca con coloración marrón en el hocico y alrededor de los ojos. Ambas variantes son pequeñas, con una altura media a la cruz de 55 cm y un peso medio de 55 kg para los machos y de 40 kg para las hembras.

Si bien se animó a muchos ganaderos a sustituir las ovejas de raza Barbarine por hembras de la raza de cola fina “Queue Fine de l’Ouest” debido a la tendencia del mercado hacia canales con menos grasa y por el hecho de que, en la raza Barbarine, el apareamiento requiere la asistencia del ganadero porque la cola grasa constituye un obstáculo para la monta natural, en Túnez la producción ovina sigue estando todavía dominada por la raza Barbarine. Esta raza es claramente de gran importancia nacional y es casi seguro que seguirá siendo la principal suministradora de carne de ganado ovino para los canales comerciales en Túnez. 

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Yosra Ressaissi

Fotografías: Médiha Khamassi Khbou