La tendencia a la adopción de tecnologías de punta por parte de los productores agropecuarios de Argentina, ha favorecido procesos relacionados con la revolución verde y más recientemente la revolución biotecnológica expresada por la liberación de los OGM en plantas y sus tecnologías de manejo asociadas. Consecuentemente, las empresas de mayor tamaño van desplazando a las unidades de producción más pequeñas, imposibilitadas de competir en mercados cada vez más concentrados y  de adquirir insumos que incluyen a las semillas como un producto industrial, hecho que provoca gran pérdida de la agrobiodiversidad al estrechar la base genética de los cultivos y favorece su vulnerabilidad al cambio climático. Si bien el Estado ha apoyado la diferenciación de políticas públicas para el sector de pequeños agricultores identificados como Agricultura Familiar (AF), el modelo del  agronegocio no es compatible con los objetivos del sector que se autodefine bajo una “forma de vida y cuestión cultural”, más bien persigue una agricultura sin agricultores.   Nuestro  trabajo encuentra al paradigma agroecológico de producción como más adecuado para el desenvolvimiento de la AF,   e intenta hacer visibles iniciativas que, tanto desde organismos públicos y organizaciones sociales como  iniciativas de la educación, constituyen escenarios emergentes de la resistencia a consecuencias sociales y ambientales desfavorables del sistema hegemónico. Creemos por tanto en la necesidad de políticas que apoyen la transición a la agroecología “desde la siembra  a la venta”, para lo cual se hará referencia a la problemática de semillas y mercados locales.