Cultivo en terrazas, un modelo indígena de seguridad alimentaria
Los cultivos en terrazas de los pueblos originarios andinos representan un aporte a la seguridad alimentaria por aportar una estrategia de adaptación a un medio de difícil características y complejidades geográficas para la producción de alimentos nutritivos.
Esta ancestral técnica prehispánica de cultivo, que aún se practica en vastos territorios del altiplano andino y en particular en el chileno, “es de gran relevancia desde el punto de vista de adaptación al clima y al ecosistema”, aseguró a IPS la especialista Fabiola Aránguiz.
“Al utilizar las terrazas, se hace un uso más eficiente del recurso agua, cada vez más escaso en la zona norte”, explicó la oficial junior en Agricultura Familiar de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) desde la sede regional del organismo en Santiago, a unos 1.400 kilómetros al sur del pueblo atacameño de Caspana.
En Chile, esa forma de cultivo en las laderas andinas, también llamada de andenes, la desarrollaron principalmente los pueblos atacameño y quechua, que habitan el desierto de Atacama, en el norte del país, desde hace unos 9.000 años.