Plateforme de connaissances sur l'agriculture familiale

Mi casa, mi huerta

Técnicas de agricultura urbana

Desde hace 25 años, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA– y el Ministerio de Desarrollo Social, a través del Plan Nacional de Seguridad Alimentaria, llevan a cabo el Pro Huerta. Con el foco puesto en mejorar la alimentación de la población que habita las áreas urbanas, periurbanas y rurales, el programa está presente en el 80% de los municipios de la Argentina, llega a 3.000.000 de personas y fomenta la autoproducción familiar de alimentos sanos y diversos. Además de su amplia cobertura, se destaca por su acción en las ciudades, en tanto busca resolver algunas problemáticas vinculadas con la seguridad alimentaria, la salud, la recreación y el ambiente.

Por su compromiso con el ámbito urbano, el INTA creó la Estación Experimental Área Metropolitana de Buenos Aires, dedicada al diseño de alternativas productivas para impulsar la Agricultura Urbana. Estas tecnologías, presentadas en Tecnópolis desde el 2011, permiten iniciar una huerta en diversos contenedores para aprovechar pequeños espacios como patios, terrazas, techos y balcones.

Con el deseo de compartir esos desarrollos con usted y de dar a conocer el fruto de nuestro trabajo junto con las familias, las escuelas y las organizaciones, pensamos en escribir este material educativo. Si bien la guía sugiere algunas ideas, sobre todo, lo invita a crear nuevas tecnologías a la medida de sus posibilidades.

La producción propia de alimentos ha cobrado relevancia pública en el mundo y constituye un compromiso con nuestro bienestar y la apuesta por n futuro más equitativo. Este es el mensaje de las Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), tras declarar el 2014 como el “Año Internacional de la Agricultura Familiar”.

De acuerdo con la perspectiva de la Soberanía y Seguridad Alimentarias, la Agricultura Urbana comprende la producción de hortalizas, frutales y animales de granja a escala familiar y comunitaria. Al evitar el uso de agroquímicos, esta actividad resulta sustentable y beneficiosa para el hábitat en general.

Asimismo, la producción de alimentos en la ciudad favorece el uso eficiente del agua, la energía y el suelo y ayuda a ahorrar energía, ya que productores y consumidores están más cerca entre sí. El traslado de las verduras frescas desde puntos alejados causa elevados gastos de transporte y perjudica su conservación.

En el caso de la ciudad, tanto el deterioro de los suelos como la falta de espacio son factores que alentaron la búsqueda de alternativas de producción diferentes del cultivo tradicional sobre suelo. En esa línea, las huertas en contenedores también permiten reutilizar muchos materiales inorgánicos y orgánicos que suelen desecharse en los hogares.

Las huertas urbanas también podrían ayudar a aprovechar mejor el agua, evitar inundaciones, amortiguar el impacto de las altas temperaturas y construir un refugio natural para la flora y fauna autóctonas. Y hasta, incluso, se presentan como un medio para recuperar los saberes de nuestros antecesores y compartirlos con las nuevas generaciones.

De este modo, la producción de alimentos agroecológicos en nuestra casa significa que podamos ser responsables del sustento propio. La autogestión es un valor muy preciado que el Pro Huerta multiplica día a día en cada una de las huertas escolares, familiares e institucionales del país. No obstante, los beneficios pueden ser muchos más.

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Éditeur: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)
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Auteur: Janine Schonwald
Autres autheurs: Francisco Pescio
Organisation: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)
Autres organisations: Ministerio de Desarrollo Social de la Nación
Année: 2015
ISBN: 978-987-521-591-7
Pays: Argentina
Couverture géographique: Amérique latine et les Caraïbes
Type: Manuel
Langue: Spanish
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