Food Loss and Waste in Fish Value Chains
©FAO/Heysel Calderón Gómez

Multidimensional solutions to reduce losses and waste of fish in Colombia

By Heysel Calderón Gómez

Food losses in Colombia in the post-harvest, storage and transportation processes amount to 40.4%, affecting the amount of food available for consumption, increasing prices and reducing access to food, which is reflected in the country's food security indexes. In 2016, the National Planning Department (DNP), conducted a study noting that in Colombia, 9.76 million tonnes of the 28.5 million of the total available food supply are lost and wasted (64% corresponds to losses and 36% to waste), finding that 62.5% in the group of fruits and vegetables, followed with 24.5% tubers and roots, the loss of fish was 50,000 tonnes (1%). As for the participation in each of the stages, the report records losses in the food production stage of 40.5%, in post-harvest and storage of 19.8%, and 3.5% in industry.

In the fisheries and aquaculture sector, the final quality of fish depends largely on post-harvest handling, and generally correct handling practices are not adopted by fishers, fish farmers and traders.  Usually, the small-scale fishers/fish farmers deliver the product at the port to a group of women who eviscerate it in plastic containers on the floor, and it is sold at the port to middlemen who refrigerate the product.  This is a point that must be considered in order to guarantee good quality products to the consumer. The lack of communication between the health and fishing authorities to exercise control favors this situation and is aggravated by the lack of personnel to periodically inspect the fish outlets and make the necessary corrections.

This becomes an important reason for proposing strategies that seek to prevent and reduce food loss in the distribution process, considering that dealing with a problem as big as food loss and waste can be difficult, especially when this issue encompasses and involves many parties that have to do with its treatment from production in its early stages, until it reaches its destination, the consumer. Thus, there is a wide range of possible scenarios in which food loss or waste can occur. But when talking about this, it is necessary to differentiate between the concepts of loss and waste, since each of them refers to specific moments in the value chain of each of the sector's activities, such as fisheries and aquaculture.

In accordance with the above and according to the report of the Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO), it is estimated that the number of people suffering from hunger is increasing, with more than 820 million people and some 2,000 million people suffer the latent threat of hunger. Thus, the fact that food is constantly being lost in all parts of the world is a problem that scourges and affects many people, and if you consider that everything that is lost could be used to help thousands of them, it would really be considered a problem of general interest that deserves attention.

This is why FAO, within the framework of the NORAD-funded project "Improving the sustainable use of fishery and aquaculture products and their contribution to livelihoods and food security" seeks to promote the generation of multidimensional solutions to reduce and mitigate losses and waste in the value chain of fisheries and aquaculture in Colombia, encouraging the consumption of fish and generating sustainable use of the resource, as this contributes to food and nutritional security of the population. For this, strategies such as the inclusion of appropriate technologies, infrastructure adaptation, generation of skills and capacities, strategic links with markets, policies, with an important emphasis on circular economy.

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Soluciones multidimensionales para reducir pérdidas y desperdicios de pescado en Colombia

Las pérdidas de alimentos en Colombia en los procesos de poscosecha, almacenamiento y transporte asciende a un 40,4%, afectando la cantidad de alimento disponible para el consumo, incrementado los precios y reduciendo el acceso a los mismos, lo cual se refleja en los índices de seguridad alimentaria del país. En el año 2016, el Departamento Nacional de Planeación-DNP, realizó un estudio señalando que en Colombia se pierden 9,76 millones de toneladas de los 28,5 millones de la oferta total disponible de alimentos, encontrando que el 62.5% de la pérdida se dio en el grupo de frutas y verduras, seguido con el 24.5% los tubérculos y raíces, la pérdida de pescado fue 50.000 toneladas (1%). También indica el informe que el 64% corresponde a pérdidas y el 36% a desperdicios. En cuanto a la participación en cada una de las etapas, el informe registra pérdidas en la etapa productiva de los alimentos del 40.5%, en la poscosecha y almacenamiento del 19.8%, y el 3.5% en la industria.

En la pesca y en la acuicultura, la calidad final del pescado depende en gran medida del manejo post- cosecha, generalmente no se adoptan correctas prácticas de manipulación por parte de los pescadores, acuicultores y de comerciantes.  Usualmente el pescador/acuicultor a pequeña escala, entrega el producto en el puerto a un grupo de mujeres que los evisceran en recipientes plástico que están en el piso, y es vendido en el puerto a los intermediarios, quienes refrigeran el producto.  Esto es un punto que debe tenerse en cuenta, para poder garantizar productos de buena calidad al consumidor. La escasa comunicación entre las autoridades sanitarias y pesqueras para ejercer control favorecen esta situación, y se agudiza por la falta de personal para inspeccionar periódicamente los expendios de pescado y efectuar los correctivos necesarios.

Lo anterior se convierte en un razón importante para la propuesta de estrategias que busquen prevenir y reducir la pérdida de alimentos en el proceso de distribución, teniendo en cuenta que  tratar una problemática tan grande como la pérdida y desperdicio de alimentos puede ser algo difícil, en especial cuando este tema abarca e involucra a muchas partes que tienen que ver con su tratamiento desde la producción en su primeras etapas, hasta la llegada al destino final, el consumidor. De esta manera hay una gran amplitud en todos los escenarios posibles en los cuales se puede presentar la pérdida o el desperdicio de alimentos. Pero cuando se habla acerca de esto hay que diferenciar entre los conceptos pérdida y desperdicio, puesto que cada uno de ellos se refiere a momentos específicos en la cadena de valor de cada una de las actividades del sector como lo son la pesca y acuicultura.

De acuerdo con lo anterior y según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se estima que el número de personas que sufren hambre cada vez es mayor, con más de 820 millones de personas y además unos 2.000 millones de personas sufren la amenaza latente de padecer hambre. Así las cosas, el hecho de que se estén perdiendo constantemente alimentos en todas partes del mundo es un problema que flagela y afecta a muchas personas, y si se tiene en cuenta que todo lo que se pierde podría ser usado para ayudar a miles de ellas, realmente se consideraría como un problema de interés general que merece atención.

Es por esto que FAO en el marco del proyecto financiado por el NORAD y denominado “Mejorar la utilización sostenible de los productos de la pesca y la acuicultura y su contribución a los medios de vida y la seguridad alimentaria” busca promover la generación de soluciones multidimensionales para reducir y mitigar las pérdidas y desperdicios en la cadena de valor de la pesca y la acuicultura en Colombia, incentivando el consumo de pescado y generando aprovechamiento del recurso de manera sostenible, ya que con esto se contribuye a la seguridad alimentaria y nutricional de la población. Para esto se deben contemplar estrategias como la inclusión de tecnologías apropiadas, adecuación de infraestructura, generación de habilidades y capacidades, vínculos estratégicos con los mercados, políticas, con un importante énfasis en economía circular.

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