Foro Global sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición (Foro FSN)

Con el crecimiento explosivo de la población humana mundial, los polinizadores, en general, y las abejas de la especie Apis mellifera, en particular, son parte fundamental de la oferta de alimentos de excelente calidad nutritiva para esta población humana que crece exponencialmente, contribuyendo a la inexistencia de grandes problemas de salud pública mundial. En tal sentido, la preocupación por los polinizadores debe ser considerada como una de las políticas públicas esenciales del mundo contemporáneo.

La salud de las abejas, a diferencia de las otras especies pecuarias de importancia económica para el hombre, está afectada tanto por factores internos a la apicultura como factores externos a ella. Solo siete son las enfermedades de las abejas: loque americana (Paenibacillus larvae), loque europea (Melisococcus pluton), nosemosis tipo A (Nosena apis), acariosis traqueal (Acarapis woodi), varroosis (Varroa destructor), nosemosis tipo C (Nosemosis ceranae) y el pequeño escarabajo de las colmenas (Aethina tumida). Las virosis debemos considerarla como enfermedades oportunistas por estar muy asociadas a varroosis.

La irrupción de varroosis (Varroa destructor) como una panzootia mundial desde mediados del siglo XX es el principal problema interno de la apicultura. La prescindencia de la dependencia obligada a los tratamientos antivarroa es el mayor desafío que posee las ciencias veterinarias contemporáneas desde que se crearon las primeras escuelas de medicina veterinaria en el mundo occidental a partir de mediados del siglo XVIII, en Europa.

De acuerdo a análisis api-epidemiológicos la solución de varroosis está más cerca que lejana lo cual la mirada está dirigida a los factores externos a la apicultura que afectan a la salud de las abejas donde la pérdida de hábitat por la deforestación y la contaminación del medio ambiente por los agroquímicos y las malas prácticas en su uso son los más importantes.

Un aporte para proteger a las abejas melíferas es poner en práctica a uno de los cinco objetivos de la Organización Mundial de la Salud Animal (O. I. E.), el Bienestar Animal, que desde el año 2004 ha comenzado a aplicarse en animales terrestres y acuáticos donde cuya definición hace mención a la protección y seguridad que deben tener los animales como uno de las características para hacer frente a su entorno. La deforestación trae consigo un déficit nutricional de las abejas y los agroquímicos desprotegen y no le dan seguridad a las mismas.

http://www.oie.int/index.php?id=169&L=2&htmfile=chapitre_aw_introduction.htm