Foro Global sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición (Foro FSN)

Consultas

Agua y seguridad alimentaria - Consulta elecrónica del HLPE para establecer las bases del estudio

El CSA, en su 40º período de sesiones, solicitó al Grupo de alto nivel de expertos (HLPE, por sus siglas en inglés) preparar un informe sobre Agua y seguridad alimentaria para su 42º período de sesiones en 2015, tal y como se señala a continuación: 

“En el seguimiento de importantes acontecimientos internacionales como Río+20 y el Foro mundial del agua, el Grupo de alto nivel seguirá estudiando la cuestión del agua y la seguridad alimentaria. El agua desempeña una importante función en la seguridad alimentaria a través de sus diversos efectos en: la salud y la nutrición (el agua potable y el agua de cocción, con los diversos aspectos relacionados con la sanidad o las enfermedades); la producción agrícola (el acceso al agua, la gestión de los recursos hídricos, la mejora del riego y la agricultura de secano); y la elaboración de alimentos (gestión del agua, calidad del agua...). Este tema debe estudiarse en el contexto más amplio del vínculo entre el agua, el suelo, la energía y la seguridad alimentaria, considerado como un pilar para el crecimiento integrador y el desarrollo sostenible. En el informe del Grupo de alto nivel se podría reunir información sobre la forma en que los países y las regiones abordan la gestión de este importante recurso”.

“Desde la perspectiva de la seguridad alimentaria, el Grupo de alto nivel de expertos centrará su análisis en el agua para la producción agrícola y la elaboración de alimentos, teniendo en cuenta asimismo los aspectos de género. Más en concreto podría evaluar, desde la óptica mencionada, los efectos del agua y las prácticas de gestión en la seguridad alimentaria, en particular el uso del agua para la producción agrícola, la elaboración de alimentos y otras formas de consumo. También debería examinar cuestiones particulares relacionadas con la sostenibilidad de los sistemas de riego, la salinización de las tierras agrícolas y la reducción de la calidad de las aguas freáticas. Sobre esta base dará recomendaciones apropiadas para mejorar las políticas relativas al agua y la seguridad alimentaria, así como la coordinación entre los distintos sectores y agentes a todos los niveles en una perspectiva a largo plazo”.

Como parte de su proceso de elaboración el informe, el HLPE está lanzando una consulta electrónica para recabar opiniones, comentarios y sugerencias del público y de expertos, sobre los ámbitos y componentes fundamentales del informe descritos más adelante.

El HLPE pretende sintetizar y analizar los datos disponibles que se espera sean útiles para apoyar la acción de los sectores público y privado y la sociedad civil. En base a estas pruebas se hará una serie de recomendaciones sobre políticas.

  1. Uso del agua para la salud, la nutrición y la seguridad alimentaria: tendencias mundiales y regionales

El agua es básica para la seguridad alimentaria y la nutrición. El agua potable y el saneamiento son fundamentales para una nutrición adecuada, la salud y la dignidad para todos. El agua también es clave para la seguridad alimentaria, ya que es un insumo importante y esencial para la producción agrícola y la elaboración, preparación y cocción de los alimentos.

En primer lugar, el Grupo de alto nivel propone resumir la información más reciente y contrastada sobre el uso del agua para la salud y la nutrición (agua potable y agua de cocción, aspectos relacionados con la sanidad o las enfermedades), y para la alimentación y la agricultura, indicando cuánta agua se consume para la producción, elaboración y consumo de alimentos, así como para el saneamiento y como agua potable. Esta sección del informe incluiría también:

  • Indicadores sobre el acceso al agua potable y a un saneamiento adecuado: tendencias en el número de personas que carecen de acceso al agua potable y a un saneamiento adecuado. Datos y tendencias más recientes en el consumo de agua por parte del sector de la alimentación y la agricultura, la industria manufacturera, el sector de la energía, los sistemas y servicios de comunicación basados en las TI. ¿Cuáles son los patrones mundiales y regionales y los aumentos previstos en el consumo de agua en estos sectores durante los próximos 30 años?
  • Mediciones sobre la extracción de agua dulce a nivel mundial para la producción de alimentos. Datos disponibles sobre el consumo de aguas superficiales y subterráneas de agua para la alimentación y la agricultura en diferentes regiones. Evaluación de las proyecciones actuales de los precios del agua en el futuro.
  • Estadísticas globales y regionales sobre la calidad del agua. ¿Hasta qué punto, -y cómo-, está cambiando la calidad del agua en las zonas rurales y urbanas, tanto dentro de un país como de un país a otro? ¿De qué manera la geografía y las tendencias actuales de la calidad del agua afectan a la capacidad de los diferentes géneros y grupos sociales para acceder a agua limpia y de calidad?

El informe debatirá en forma crítica la precisión y fiabilidad de todas las mediciones y los métodos de cálculo de consumo de agua utilizados para su elaboración.

  1. Gobernanza del agua y seguridad alimentaria

La gobernanza del agua es ahora una de las principales preocupaciones en un contexto de creciente escasez de agua, conflictos locales y transfronterizos por su causa, y cambio climático global. Por ello, el informe del HLPE se centrará en la gobernanza de la gestión del agua para la seguridad alimentaria y nutricional. En este contexto, la gobernanza se refiere a las interacciones entre las diferentes instituciones, actores y estructuras que determinan cómo y por quién se ejerce el poder, y dónde se toman las decisiones sobre la seguridad hídrica y alimentaria. Los derechos, relaciones, responsabilidad y la rendición de cuentas son aquí cuestiones clave, junto con el conjunto de reglas y normas culturales o sociales que regulan el acceso, uso y control del agua.

Actores y derechos. El informe del HLPE describirá brevemente las diversas categorías de actores que participan en la gobernanza de la gestión del agua para la seguridad hídrica y alimentaria. Estos actores incluyen las personas que recogen agua (en su mayoría mujeres), los productores de alimentos a pequeña escala (campesinos y campesinas, pastores, comunidades pesqueras, habitantes de los bosques, pueblos indígenas, agricultores urbanos y periurbanos...); actores públicos (locales y nacionales); y el sector privado (desde pequeñas y medianas empresas hasta grandes corporaciones multinacionales). El informe distinguirá entre estos diferentes actores sobre la base de criterios claros, incluyendo sus capacidades específicas para la gestión del agua, sus derechos para gestionar los recursos hídricos, su capacidad de influir en la formulación de políticas y las decisiones institucionales a nivel local/nacional/internacional, y su capacidad/voluntad de invertir recursos específicos en la gobernanza de la gestión del agua para la seguridad alimentaria.

Se prestará especial atención a la contribución y el papel de las mujeres como proveedoras de alimentos y agua. ¿Qué sabemos (y no sabemos) sobre las relaciones de género y los roles, derechos y responsabilidades de las mujeres en la gobernanza de la seguridad hídrica y alimentaria?

Políticas para la seguridad hídrica y alimentaria. El informe del HLPE tratará de recopilar la información disponible sobre cómo los países y las regiones están abordando la gestión del agua para la seguridad alimentaria e hídrica a través de sus políticas e instituciones. El informe tendrá como objetivo identificar denominadores comunes y divergencias fundamentales en las políticas e instituciones para la gobernanza del agua que son promovidas por diferentes actores ( Estado, empresas y otros actores del sector privado, pueblos indígenas, ONGs, organizaciones de campesinos/agricultores y movimientos sociales... ). Sería útil centrarse en las políticas nacionales e internacionales para este análisis de las diferentes prácticas y puntos de vista normativos sobre la gobernanza del agua y la seguridad alimentaria e hídrica.

  1. Gestión del agua para la seguridad alimentaria y nutricional: efectos, sostenibilidad y resiliencia

Gestión del agua. ¿Cuáles son las cuestiones clave para la gestión del agua para la salud humana y la nutrición, la agricultura y la elaboración de alimentos? ¿Cómo afectan los cambios en la dieta a la demanda de agua y las opciones de gestión del agua, y viceversa? La mayoría de los planes nacionales para la agricultura y la seguridad alimentaria se centran en la ampliación de la superficie de riego de forma significativa. ¿Cuáles son los desafíos para la gestión del agua? ¿Cuál es el potencial para dar cabida a las demandas de mayor riego? ¿Hasta dónde puede la gestión del agua aprovechar al máximo este recurso?

¿Cómo afectan las decisiones de asignar primero el agua para las ciudades, la industria, la minería y el sector de la producción de energía al acceso y la calidad del agua para consumo humano y la agricultura y la elaboración de alimentos? ¿Cómo se ve amenazada la gestión del agua por las exigencias de la urbanización y el crecimiento demográfico? ¿Cuáles son las implicaciones para el derecho al agua y el derecho a la alimentación para todos ?

El informe del HLPE comparará y contrastará la eficiencia del uso del agua de diferentes sistemas alimentarios y prácticas de gestión del agua para la producción, elaboración y consumo de alimentos, incluida el agua potable, utilizando el concepto de "huella hídrica” [1] y otros métodos de contabilidad del agua. Las fortalezas y debilidades de los diferentes métodos de contabilidad del agua utilizados para estas comparaciones se examinarán críticamente.

¿Cuál es el efecto de la disponibilidad de agua en el comercio internacional de alimentos (productos agrícolas y ganaderos)? ¿Cuáles son los riesgos y oportunidades asociados con la expansión del comercio internacional de alimentos básicos que conllevan un consumo intensivo de agua? ¿Cómo se ven afectados el derecho de las personas al agua y a la alimentación por las relaciones cambiantes entre el comercio (inter)nacional y la gestión del agua? ¿Cómo impactan estas tendencias en la soberanía alimentaria y del agua a nivel local y nacional? Después de evaluar críticamente los puntos fuertes y débiles, y la relevancia del concepto de "agua virtual"[2], el informe del HLPE describirá los impactos del comercio internacional sobre los recursos hídricos nacionales y sobre cómo se gestiona y se asigna el agua en las cuencas fluviales, cuencas hidrográficas y pueblos/municipios para agua potable, saneamiento, agricultura, elaboración de alimentos y así sucesivamente.

¿Cómo afectará el cambio climático a la disponibilidad de agua para las necesidades humanas y la agricultura en diferentes regiones? ¿Cuáles son los posibles impactos del cambio climático sobre el uso de las aguas subterráneas, el almacenamiento de agua y la disponibilidad de agua superficial para beber/cocinar, saneamiento, la producción agrícola y la elaboración de alimentos? El informe debatirá de forma crítica el potencial de las innovaciones tecnológicas e institucionales para la conservación del agua y su uso sostenible en el contexto del cambio climático, centrándose en la gestión del agua para la salud, la seguridad hídrica y nutricional y en la agricultura y la seguridad alimentaria.

El informe ofrecerá también reflexiones críticas sobre la resiliencia de los sistemas y prácticas de gestión del agua que actualmente utilizan diferentes actores. ¿Cómo se comparan los sistemas y prácticas de gestión del agua de estos diferentes tipos de actores en términos de su resiliencia y la capacidad de responder de forma adaptativa a los cambios, incluido el cambio climático y la volatilidad de los mercados?

Impactos de la gobernanza del agua y cuestiones emergentes. Se utilizarán los datos y conocimientos disponibles para analizar críticamente el impacto de los diferentes regímenes de gobernanza para la gestión del agua en a) la seguridad alimentaria e hídrica local y nacional, y b) los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria e hídrica de actores implicados activamente en la recolección, recogida y distribución de agua, el saneamiento, y la producción, elaboración y preparación de alimentos. Al evaluar los resultados a corto y a largo plazo de los distintos regímenes de gobernanza del agua en la seguridad alimentaria e hídrica y los actores clave, el HLPE propone considerar, tanto a nivel negativo como positivo i) el impacto ambiental, ii) el impacto social y cultural; iii) el impacto sobre la salud pública, y iv) el impacto económico.

Por último, el Grupo de alto nivel se propone examinar algunas cuestiones emergentes críticas para la gobernanza de la gestión del agua. Por ejemplo, el informe del HLPE analizará el impacto del acaparamiento y la compra de agua sobre la seguridad alimentaria y nutricional. El agua es a la vez un objetivo y una causa de las recientes inversiones y acaparamiento de tierras a gran escala para la producción agrícola (incluidos los biocombustibles). Se prestará especial atención a las consecuencias documentadas del “acaparamiento de agua” en la seguridad alimentaria, nutricional e hídrica de las mujeres y las poblaciones y grupos vulnerables. El informe señalará las incertidumbres, lagunas en los conocimientos y la necesidad de seguir investigando sobre las consecuencias a largo plazo del acaparamiento y la compra de agua para la seguridad hídrica y alimentaria.

Equidad y sostenibilidad. El HLPE pretende ofrecer una evaluación crítica de los resultados de equidad y sostenibilidad de una amplia gama de regímenes de gobernanza y prácticas de gestión del agua, haciendo hincapié en las implicaciones para la seguridad alimentaria, nutricional e hídrica de los diferentes géneros y grupos sociales. El informe tratará de identificar con claridad las lagunas en el conocimiento y las dudas en el debate sobre las controversias, los asuntos contenciosos, y los enfoques contradictorios y que compiten entre sí sobre la seguridad alimentaria e hídrica, el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible.

  1. Recomendaciones de políticas para la gestión del agua y la seguridad alimentaria

Al igual que en informes anteriores, el Grupo de Alto Nivel tratará de elaborar recomendaciones de políticas, teniendo en cuenta tres elementos importantes. En primer lugar, el reconocimiento de la necesidad de tener en cuenta la diversidad de puntos de vista convergentes y divergentes, tratando de esta manera de generar controversias, así como visiones opuestas y paradigmas en conflicto sobre la seguridad hídrica y alimentaria. En segundo lugar, el actual contexto de políticas inciertas sobre la seguridad hídrica y alimentaria. En tercer lugar, el actual contexto de cambios ambientales, económicos y sociales cada vez más rápidos e impredecibles.

El HLPE aspira a adoptar una perspectiva a largo plazo en sus recomendaciones sobre cómo mejorar las políticas e instituciones para la seguridad hídrica y alimentaria, así como la coordinación a todos los niveles entre los diferentes sectores y actores.

[1] La "huella hídrica" de un producto alimentario (o cualquier otro producto) es el volumen total de agua dulce utilizada -que se consume y se contamina- para producir el producto alimentario, medida a lo largo de toda la cadena de producción. Es un indicador del uso de agua dulce que incluye tanto el uso directo como indirecto de agua para producir un alimento en particular (o cualquier otro producto).

[2] El contenido de "agua virtual" de un producto alimentario es el agua dulce "incorporada" en el producto. El balance de agua virtual de un país o de un continente en un periodo de tiempo determinado se define como la importación neta de agua virtual en este período, que equivale a la importación bruta de agua virtual, menos la exportación bruta. Un balance positivo de agua virtual para el sector de la alimentación y la agricultura implica entrada neta de agua virtual al país desde otros países. Un balance negativo significa una salida neta de agua virtual.

 

Esta actividad ya ha concluido. Por favor, póngase en contacto con [email protected] para mayor información.

*Pinche sobre el nombre para leer todos los comentarios publicados por ese miembro y contactarle directamente
  • Leer 51 contribuciones
  • Ampliar todo

Government of the United StatesLaura Schweitzer-Meins

Government of the United States
United States of America

Comments from experts and program areas within the U.S. government on the proposed scope of the Food Security and Water report: (11 unique comments were submitted and are provided below).

1.            In the document there was discussion on ground water and mapping updates but nothing about specifics on sustainability of that ground water or ground water recharge issues.  If this is not thought about there will be a loss in capacity to provide water for food in the long run.

There is also an interesting solution for ground water recharge done by a British NGO organization where they make earthen berms for ground water recharge.  General discussions on the topic can be found via google using the search words "earthen dams for ground water recharge".

2.            While the need for metrics is mentioned, there is no discussion of methods to estimate water use. Models exist that if unified would allow for estimation of irrigation water use, but the hydro, land soil moisture models, and irrigation estimates have not yet been integrated. I would encourage that you consider rephrasing the scope to discuss methods of estimating, rather than metrics.

Also, my colleagues and I have observed instances of water resources foreign aid projects that have worked counter to overall security and sacrifice one area's water needs for those needs downstream. I would suggest including a discussion of not only what actors are responsible for which components, but how their activities can be integrated. Just simply adding a coordinate or bounding box to a project can go a long way in terms of allowing partners to integrate their data, projects, and project goals. Planning for information integration will be key to supporting better management decisions.

Finally, while I applaud the cross-sector approach at food and water, there is a lack of attention to energy and food competition for water. International water use for biofuels and regular choices between using hydropower for food or energy is a major aspect of the management of water for food security. It's mentioned in water management, but I think energy should appear more prominent in the management heading

3.            In the opening paragraph, the document states:

1)            “Water has an important role in food security through its multiple impacts on: health and nutrition (drinking water, cooking water, sanitary aspect/diseases), on agricultural production (access to water, water management, improvement of irrigation and dryland agriculture) and on food processing (water management, quality of water…).”

2)            Later on Page 4, we read: “First, the HLPE proposes to summarize the latest evidence-based information on the use of water for health and nutrition (drinking water, cooking water, sanitary aspect/diseases), and for food and agriculture…”

There is a complex interplay between unsafe water, diarrheal diseases, and malnutrition.  There is also a growing recognition that water that is microbiologically safe is an essential component of any program to protect or improve the nutritional status of children.  Water itself contains very little of nutritive value, but consumption of microbiologically unsafe water is a major cause of diarrheal diseases in children, and the nutritional consequences of diarrheal diseases in children can be devastating.  Any infection taxes the bodies stores of micronutrients (particularly zinc) and protein and calories.  Diarrheal infections are particularly troublesome because they interfere with the absorption of nutrients from food, making it difficult to replenish depleted nutritional stores.  Infections with enteropathogenic Escherichia coli (E. coli) and Cryptosporidium damage the intestinal lining causing persistent diarrhea and chronic malabsorption of nutrients, including protein and calories.  Shigellosis and other diarrheal infections cause fever, which is associated with increased caloric expenditures, and can cause bloody diarrhea which contributes to iron deficiency.  Thus, drinking water quality directly impacts food security.  Furthermore, poor hygiene is a well-documented risk factor for diarrheal diseases transmission.  Sufficient quantities of water that is microbiologically safe are needed for people to adopt regular handwashing after toileting, and before preparing our consuming food) which are key behaviors in preventing the spread of diarrheal diseases.  Additionally, to reduce the risk of foodborne diarrheal infections, safe water should always be used for food preparation, particularly for those foods that will be consumed raw, such as fruits and vegetables.

There are a number of publications about this issue, but I think the best source for those would be Dan Campbell who manages the WASH/Nutrition Library for USAID  (Dan Campbell [email protected]).

4.            As a general matter, this paper has an extremely ambitious scope. The data to do what is proposed does not exist and since only source countries can provide the data, it tends to be estimated without a consistent methodology.  This leads to misstatements or pronouncements without any data support.  For example, to support policy recommendation 1, the proposal calls for “Metrics on global freshwater withdrawals for food production,” a very ambitious goal.  Only a relatively small set of countries around the world have reliable data on water withdrawals by sector.  (A lot more have “data” but reflecting political forces rather than hydrologic reality.)  A careful examination of withdrawals and the quality of supporting data would be a worthy study.

The scoping paper goes on to call for estimation of water footprints (see policy recommendation 3), which are based on consumptive use volumes.  And while needed and a goal to strive toward, is beyond any current hope of completion.  Just for good measure all this occurs while considering the effects of a changing climate. We doubt a footprint analysis is possible in more than a half dozen nations with any degree of accuracy and with a climate change wrinkle added the number of nations that can do this drops to only a couple.  We do not believe the data is available to support the proposed level of analysis. 

Couple the data driven portion of the report with the social issues of governance (policy recommendation 2) and policy recommendations presumably based on the findings from the other elements and you have a condition that the policy needs data for its base but since the data is not available, and policy is needed now, recommendations are made.  While we understand that recommendations are needed now, why go through all the hand wringing and just do a good policy piece with scenarios based on likely data and governance conditions.   

In summary, the scope is too ambitious and will likely lead to an unsuccessful report as specified.  Compromises in data quality and coverage will limit the reliability of the findings.  The report would be better served with well thought out separate reports on 1) data quality, and 2) governance, and policy options given alternative scenarios on data and governance structures.   

5.            The collection of world-wide data that are evidently needed to address a number of the proposed research questions would indeed be a monumental task.  The proposal recognizes a great many facets of the challenge and potential solutions.  Better to narrow the scope considerably to a set of compelling and useful questions that can be answered fairly well with the available resources (time, funds, people).

A fundamental challenge is drawing lessons from extremely diverse food production systems. Lessons learned in one place may be of little value elsewhere.

The proposal might be strengthened if it reads more like a research proposal, presenting some actual evidence that reveals a particular set of gaps that needs to be addressed.

The concept of climate-smart agriculture (CSA) offers a way forward in addressing climate impacts on crop production and some of the CSA literature may be worth consulting in identifying a useful direction for this effort.

The words “precipitation” and “rain” are nowhere mentioned, although a substantial amount of agriculture depends on rain fed crops.  One challenge is delivering to smallholder farmers in developing countries useful information about climate, weather, drought-resistant varieties and agricultural techniques that can help reduce risk of crop loss due to drought (like increasing organic matter in soil).  This might be a direction worth focusing on.

6.            The proposed report on Water and Food Security, as outlined in the scoping paper, represents a very ambitious program of work.  Many of the issues raised have been examined at some length in earlier documents (see references below).  While critical issues may be identified in the report, the scope of analysis may not necessarily need to encompass all dimensions of the water and food security challenge. We agree that the current report could be focused more on institutional, legal and technical innovations that may help to enhance future sustainability of the global food system. 

Under topic 3, ‘Management of water for food and nutrition security’, the authors may wish to deemphasize discussion of international food trade.  The comparative trade advantage conferred by water resources operates on a completely different level from the water access, water quality, water rights issues that are the basis of other components of the scope of work.  The data sets and empirical tools for analysis are also quite different. 

The discussion of governance under topic 3 would still be relevant.  However, the breadth of the proposed objective—".. to critically analyze the impacts of different governance regimes for water management.. " is quite ambitious, particularly when considering ".. both negative and positive i) environmental impacts; ii) social and cultural impacts; iii) public health impacts; and iv) economic impacts".  A thorough treatment of these effects, given their complexity and importance, may be more appropriate as a stand-alone effort. 

The scoping paper does not explicitly account for important differences in water management perspectives at alternative scales of assessment:  farm/firm, regional/watershed, and national.  These are often quite different, involving differing stakeholders, objectives, and policy choices.

Some consideration of this may be appropriate in a discussion of water institutions and policy.

Suggested resource publications to utilize in drafting the V0:

Foresight.  The Future of Food and Farming.  2011.  The Government Office for Science, London.  http://www.bis.gov.uk/assets/foresight/docs/food-and-farming/11-546-future-of-food-and-farming-report.pdf

IWMI, 2007.  Water for food. Water for life.  A Comprehensive Assessment of Water Management in Agriculture.  Molden, David, Ed.  London, Earthscan and Colombo: International Water Management Institute.  http://www.iwmi.cgiar.org/assessment/files_new/synthesis/Summary_Synthe…

OECD,  2010.  Sustainable Management of Water Resources in Agriculture, Joint Working Party on Agriculture and the Environment, Organization for Economic Co-operation and Development,  DOI 10.1787/9789264083578-en,

http://www.oecd.org/tad/sustainable-agriculture/49040929.pdf

OECD, 2011.  Water Governance in OECD Countries: A Multi-Level Approach, Organization for Economic Co-operation and Development, ISBN 978-92-64-11928-4 (PDF),  http://www.waterforum.net/Content/Artikel/4000-5000/4243/OECD_rapport_water_governance_130220104537.pdf

Rosegrant, M.W. et al., 2014.  Food security in a world of natural resource scarcity: the role of agricultural technologies.  International Food Policy Research Institute (IFPRI). http://ebrary.ifpri.org/cdm/singleitem/collection/p15738coll2/id/128022/rec/7

Schlosser, C.A. et al.  2014.  The Future of Global Water Stress: An Integrated Assessment.  MIT Joint Program on the Science and Policy of Global Change,  http://globalchange.mit.edu/research/publications/2770

Strzepek, K. et al. 2012.  Modeling Water Resource Systems under Climate Change: IGSM-WRS.  MIT Joint Program on the Science and Policy of Global Change, http://globalchange.mit.edu/research/publications/2374

7.            This appears to be a hugely ambitious all-encompassing scope of work to complete in the time frame cited. It's hard to think of adding anything; the relevant issue may be what ends up getting prioritized and addressed effectively in order to complete the project within the available literature and time frame.

IWMI would appear to be a significant repository of data and research on water management issues for agriculture, but we have to assume that FAO plans to involve IWMI in the project. "The Role of Water Resources in Prospects for Indian Agriculture" is a cooperative research project between the Economic Research Service of USDA and the International Water Management Institute that was initiated in late 2013 and will begin to yield research results by late 2014 or early 2015. Under this project, IWMI will develop a hydrological model of major Indian agricultural regions to study scenarios focusing on the role of groundwater availability and policies that affect groundwater supplies on long term projections for Indian food production.  The questions to be addressed are: 1) How are water scarcity and variability developments likely to shape supply (area and yield) and demand projections for major Indian crops to 2025? And 2) What technical or policy assumptions related to water are likely to have the most impact on projected outcomes for Indian crops to 2025?  A copy of the project proposal is attached, and more details are available on request.

8.            This proposed study is envisioned to be high level without getting into the on the ground realities, and it is not clear how it will translate into the proposed policies.  We would like to see some discussion of water conservation for agriculture and improved ag methodology that reduces the need for water. 

In addition, the study mainly focuses on demand for water without much consideration of natural supply of water- sustainable water extractions both from surface and groundwater sources to preserve the natural systems.   We are concerned about overtaxing water resources especially extensive use of groundwater for agriculture without understanding the sustainable yield and management of groundwater aquifers and natural water systems.  We suggest addressing sustainable development of groundwater for agricultural use.  We would like to see close cooperation with UN Water both by UN World Meteorological Organization and UNESCO on sustainable use of water resources for food security.

Below is a list of water concerns when it comes to livestock and fisheries from our point of view in disaster response. 

Livestock:

Adequate supply and access for livestock populations, especially in drylands and dry periods.

  • Water hygiene at water sources for human and livestock populations
  • Water conservation in water points for livestock
  • Conservation agriculture practices in rangelands that preserve soil water accumulation and reduce / control surface water runoff.  

·                    Fisheries:

  • Dynamics of global temperature patterns and changes that affect the water climate for fish species. 
  • Loss of water bodies and stream levels that support native fish species
  • Maintenance and replacement of mangrove estuaries that provide feeding and breeding environments for aquatic species
  • Oversight and regulations that manage fishing off-take in order to preserve a sustainable fish environment
  • Conservation agriculture practices that prevent or minimize crop chemicals, silt and other residues that are detrimental to healthy streams, rivers and oceans

9.            The role of young girls in terms of providing access to water is a paramount topic, especially where it relates to their rights and responsibilities. It has further implications for the society as a whole in terms of education obtained and possibly future employability of women. It might also be beneficial to look into the connection between irrigation (especially when it comes to agricultural purposes) and land rights. Land rights are complex and vary greatly from country to country, however in some countries, the type of infrastructure that is built on land is directly dependent on who owns it. Farmers might be willing to irrigate, but without ownership of the land, it is simply not possible. Moreover ownership will also affect the future management of the infrastructure. Another key topic is science and technology (engineering) in terms of strides that have been made to access water and the quality of the water. Looking at the issue from a food security angle, the impact of climate change and how governments plan / are dealing with it (i.e. issues of cooperation/communication) is also key.

10.  Addition of sections on management of sanitization of portable water, water borne diseases in populated areas, water consumption of  ranching of cattle/livestock, and re-engineering of crops/plants to adapt changing fresh water scarcity, etc. would make the report more complete.

11. The document should briefly address that agricultural activity itself degrades water quality and affects human health and food production in both local and distant areas.  A good case in point is that increasing agricultural productivity is associated with increasing use of fertilizer over broad areas. See, for example, transport of nutrients from cropland in the US midwest to the Mississippi River and the Gulf of Mexico.  The annual occurrence of a hypoxic zone in the Gulf affects fisheries in this important near shore marine environment See, for example, http://water.usgs.gov/nawqa/sparrow/gulf_findings/primary_sources.html

Land and Water DivisionLand and Water Division FAO

FAO

HLPE – Water and Food Security

Proposed text for the FAO Corporate Response

from the Land and Water Division of FAO

 

The Land and Water Division of FAO welcomes the selection of the theme “Water and Food Security” by the 40th CFS and believes that the findings of the study will authoritatively contribute to the global discussion and the local solutions that take water issues in its broad context.

Having examined the scoping paper and the contributions that were offered during the online consultation process, we would like to submit the following remarks and suggestions about the paper and the subsequent work.

The literature is rich in studies on water and food security. In the recent past, major efforts have been made on the subject by large groups of researchers and practitioners, which have resulted in a good knowledge base to address the subject. Among these we would like to mention the Comprehensive Assessment of Water Management in Agriculture (2007), the State of Land and Water Resources for Agriculture and Food Security - SOLAW (2011) and the periodic issues of the World Water Development Report. On the data side, the UN-Joint Monitoring Programme on Water Supply and Sanitation and the FAO-AQUASTAT database offer the factual information base needed to provide a global perspective on water and food security.  

Yet, the complexity of the water and food security relationship leaves a series of policy-relevant issues unsolved, and we would like to suggest that the study build on the above assessments and push forward the knowledge and understanding of major policy issues which have remained without response and deserve careful scrutiny. A series of topics are proposed below.

The relationship between water and food security is complex for several reasons. The four dimensions of food security offer four different entry points to the relationship with water, and they all need to be considered:

  • Food availability addresses the supply side of food security and is determined in large part by the level of food production. This requires an understanding of the current capacity and potential for future water use in the production, processing and distribution of food, both globally and at national level, and the related issues of food trade and geopolitics. Issues of national level food security, in particular, and its relation with water availability, have received renewed attention since the 2008 food crisis and will need to be addressed in the study.
  • Access to food is a combination of physical availability and economic capacity to purchase food. Here, water will affect different categories of people in different ways. For food producers, which represent a large part of the world’s population and a majority of the poor, water represents a critical production factor, the availability, accessibility and cost of which directly impact production, and, indirectly, food consumption and income. For the poor food consumers, price is the main vehicle through which water scarcity, and the related national and global food production capacity, is reflected.  
  • Food utilization relates to nutritional quality of food, feeding practices, and health. Here, the availability and quality of domestic water, and, to a certain extent, sanitation facilities, plays an important role in the quality of food and nutrition and in overall health status. Water availability for production and its quality are also closely connected to the capacity for the production of horticultural crops, the diversity of which plays an important role in the quality of nutrition.   
  • Finally, water plays a critical role in the stability dimension of food security, through the stability and reliability of water availability, both for domestic and production purposes, be it rainwater or irrigation water.

The multiple dimensions and scales of the water scarcity or water security issues add an additional level of complexity to the study. The three dimensions, i.e. physical, institutional and financial, of water scarcity that FAO has defined in its framework programme “Coping with water scarcity” may be an entry point to address this added complexity. It will be important to distinguish between the ‘macro’ issue of managing a limited resource (the physical scarcity), and questions related to food production potential, resource use efficiency, addressing competing sectoral claims, macroeconomics, social protection systems, virtual water, etc., and the ‘micro’ issues related to water service and access, where issues of domestic water, access, entitlement, equity, rights, etc. are predominant.

These problems are well known to the FAO Land and Water Division, and our response has usually been to acknowledge the variety of situations through a multi-dimensional programme focusing on a series of specific issues. The ‘systems at risk’ approach used in FAO’s ‘State of land and water resources for food and agriculture - SOLAW’ reflects the variety of specific situations and the need to adapt our response to these contexts.

Another consideration refers to the importance to acknowledge the driving forces guiding the use, management and governance of water. It is well established that water ‘flows’ across all the sectors of our economies and is affected by a series of external factors of which the most frequently mentioned are population growth and urbanization, economic development and consumption habits, changes in dietary habits, trade and globalization, sectoral policies and climate change. Water is known to have also been impacted by all the major crises such as those in global economy, energy, food, poverty and inequity. It therefore becomes increasingly difficult to address water issues through a sectoral lens only without considering the overall context in which water is managed. In particular, the overall weight of agriculture in national economies influences substantially the type of policy response options that can be proposed. This is striking, for instance, in countries in economic transition for which the water-food security issue is rapidly being integrated in a much more complex and multi-dimensional policy dialogue.

In summary, we believe that the main challenge of this study will be to come out with findings and recommendations that are sufficiently simple to help influencing action, while being sufficiently context-specific to ensure their relevance for decision making. Following Einstein, we would suggest that ‘Everything must be made as simple as possible. But not simpler’. In this perspective, we would welcome an approach that focuses on what we see as critical issues for the future of the water and food security topic:

  • Getting the facts right: we observe that many water-related decisions are based on wrong assumptions and misconceptions about water, hydrology and the water balance, with subsequent sub-optimal or even counter-productive results in terms of economic return, social impact and environmental sustainability. It is important that the study ‘gets the facts right’, in particular in relation with consumptive and non-consumptive uses of water.
  • Governance of water: agriculture represents 70% of all water use in the world, and more than 90% in many developing countries and is therefore both under pressure, given the increasing competition with other sectors, and under scrutiny for its environmental footprint which, in an increasing number of places, leads to unsustainable water use patterns. Water governance models are needed that acknowledge the complex inter-relationships and sometimes conflicting societal goals. The need to address trade-offs will become increasingly frequent, and this study may want to assess implications of these trade-offs in terms of food security. The Water-Food-Energy nexus approach which is being promoted for the last few years claims that it offers a way to address these concerns, and guidance on the potential of such an approach would be welcome. (Some of these fundamental governance issues are mentioned in the scoping document but very late in the text, in the section on management. They should appear much earlier as they shape all the water-food security debate).
  • Groundwater exploitation: we see the systematic overexploitation of groundwater in most agricultural regions as one of the most alarming challenges for the water community. With the advent of cheap drilling and pumping technologies, an increasingly large percentage of the world’s farmers are putting in practice, day by day, the tragedy of the commons,  and contribute to what looks very much like a time bomb in most water scarce areas.
  • Environmental impact of water use: the combined pressure from all water users on the environment put unprecedented burden on key aquatic ecosystems, with direct threat on the services they provide, both today and in the future, including that of food production, in particular inland fisheries. Issues of water pollution from agriculture, and wastewater discharge from cities and industries directly affect food production and health, both at producer and consumer level. New, more sustainable models of water development are urgently needed, and the political will to adopt them needs to be strengthened, possibly beyond basin or national boundaries.
  • Access, entitlement and tenure: with the growing pressure on water in river basins and aquifers, interferences between users and impacts of new developments on earlier users are increasing, with new challenges and implications for traditional users, in particular small and vulnerable users, with potentially significant impact on food security of large parts of rural populations. The land grab-water grab question is part of this problem, as well as the linkage between water and land tenure. This new trend is often ignored or underestimated, because of the difficulty in measuring and reporting about it, and its little political relevance. Yet, we believe that the dimension of the problem requires a much more careful attention than in the past, and we would be interested to hear from the Panel on this issue. It would also be interesting to assess how water prices and costs for water supply and treatment services impact food security. The sub-section on equity in the scoping document indicates that the report will look at implications on different gender and social groups. But the report also indicates that it intends to take a long term perspective. In a world in rapid transformation, some of the most vulnerable groups will hopefully evolve towards more favourable conditions, and this needs to be considered. 
  • Right to water - right to food: the right to water and the right to food are both recognized as fundamental rights. In the case of the right to water, this is confined to the right for sufficient water for drinking and basic domestic functions. However, there are claims that a much closer linkage could be made between the right to water and the right to food, considering also the water needed for food production. This right-based approach to water and food security has not been the subject of much attention so far.
  • Investments, technologies and modernisation: Investments in irrigation have for long represented a large percentage of agricultural investments and are still an important element of current agricultural policies in many countries. For the last 20 years, efforts have been made to develop better models of water management in irrigation, with mixed results, in terms of productivity, environmental sustainability and equity. Corruption and vested interests are rarely addressed, yet they influence decisions both in investments and in management, and impact on the overall performance of the sector. With ageing infrastructure, and the need for improved productivity, investments and improved management will remain important, and need to become more responsible. The role of innovation and technology trends must be investigated carefully: can technology change some of the fundamentals ? Where do we stand with management models ? What is the situation with water pricing and irrigation management transfer ? The cost of poor investments and management and implication for food security deserve careful attention.
  • Climate change adaptation and disasters (floods and droughts): the scoping paper suggests to addresses the question of climate change and its impact on water availability for food security. We concur, and stress the potentially devastating effect of climate change on water resources and, through water, on food production in several parts of the developing world, including the Near East and North Africa, all the semi-arid tropics, small islands and delta areas, and the necessity to provide a response now. The increasing occurrence and intensity of floods and droughts in densely populated rural areas as a result of climate change are to receive special attention. Variability and risks will be important to consider.
  • Health and nutrition: the scoping paper rightly stresses the importance of water for health and nutrition, of which safe drinking water and sanitation are a key element. This element of the discussion also bears an important gender dimension. It also brings the issue of diet and diversification, including fresh food, fish and livestock/dairy products, and feed production. The Division welcomes this broad approach to the water-food security debate, and is looking forward for recommendations in this sense.
  • Local problems in a globalized world: In a growingly interconnected world, consumption patterns in one part of the world can affect food security in another part. In past 10-20 years, attempts have been made to address this complex issue through the concept of water footprint, with some success in measuring the impact of consumption patterns in terms of water use. The concept has remained mostly a research topic, with little implications in terms of policy decision. On the other side, growing scarcity of water in an increasingly large number of regions affects national food security, and the increasing reliance on international trade to compensate for production deficit, with substantial geopolitical implications. The question arises now whether water issues can continue to be considered local issues, or whether they have now taken such a dimension that they deserve attention as a global problem.

Finally, we would like to offer a few comments and suggestions on the scope and structure of the report:

  • Scope of the study: the scope of the study should be kept as broad as possible, and cover health and nutrition, agricultural production, livestock and feed production, fisheries, and aquaculture, the agro-food chain and ecosystem services for water and food security.
  • Policy recommendations: We know that policy recommendations in water for food are not new but that some of them have not resulted in substantial changes. In drafting its last section, the Panel may want to acknowledge the difficulty associated with these recommendations and discuss how to make them happen, and how to manage transition towards models of water management in agriculture which are more effective in terms of food security, today and in the future.
  • Response options: A passage added to the scope will be useful requesting the inclusion of response options in the report and on how response options are key for decision-makers, politicians and chief executives in complementing policy recommendations that set the ground for, inter alia, reforms, legislation, regulation, enabling environments, leveling playing fields, and protecting the unprivileged. Response options make these applicable (specific) to varying contexts, defined by combinations of economic conditions, governance systems, social make-up, physical and physiological circumstances. It would also be worthwhile to establish linkages to important policy tracks and processes (e.g. post-2015, global governance, climate change) as well as to contextualize for some of the key actors such as finance sector, investors, development partners, and philanthropy.

Groupe interministériel sur la Sécurité Alimentaire (GISA)Marine Renaudin

Consultation sur les termes de référence de l'étude HLPE « eau et sécurité alimentaire »

Le Comité de la sécurité alimentaire mondiale (CSA), dans sa 40ème session, a demandé au HLPE une étude sur la problématique "eau et sécurité alimentaire" en lui demandant de centrer ses analyses sur :

  • "Les effets des pratiques de gestion de l'eau sur la sécurité alimentaire, y compris l'utilisation aux fins de la production agricole, de la transformation des aliments et d'autres modes de consommation
  • la durabilité des systèmes de gestion de l'eau pour la sécurité alimentaire, incluant des systèmes d'irrigation, à la salinisation des terres agricoles et à la baisse de la qualité des nappes phréatiques.
  • L'amélioration des politiques concernant l'eau et la sécurité alimentaire, ainsi que la coordination entre les différents domaines et acteurs à tous les niveaux et sur le long terme."

Les entrées proposées dans les termes de référence sont pertinentes et recoupent plusieurs des préoccupations exprimées lors des précédents travaux au niveau national en France et international :

  • Etat des lieux de l'utilisation de l’eau pour la santé, la nutrition et la sécurité alimentaire – tendances mondiales et régionales
  • Etat des lieux des pratiques, instances et acteurs participants à la gouvernance de l’eau pour la sécurité alimentaire
  • Analyse des effets, de la pertinence et pérennité de ces modes de gestion de l'eau (techniques et institutionnelles) pour la sécurité alimentaire, incluant la question fondamentale de l'équité
  • Elaboration de recommandations finales de politiques pour la gestion de l'eau et la sécurité alimentaire

Cette pluri orientation correspond à ce qui avait été retenu pour la réflexion internationale conduite sur cette problématique à l’occasion du 6ème Forum mondial de l’eau.

Toutefois, les remarques et recommandations suivantes peuvent être formulées :

1 – L'état des lieux de l'utilisation de l'eau devrait également mentionner de façon explicite la place de l'hygiène, de l'accès à l'eau potable et à l'assainissement et des pratiques de soins comme un des pré-requis de la sécurité nutritionnelle.

2- L'étude devrait rappeler et documenter le fait que l'eau n'est pas seulement un intrant et un facteur de production : l'orientation proposée pour l'étude considère uniquement l'eau comme un facteur de production.

Plus encore que les rapports de l'homme à la terre, les rapports de l'homme à l'eau sont encore des rapports des hommes entre eux autour de l'appropriation et de l'usage de cette ressource. C’est le seul bien commun qui présente notamment la caractéristique d’être un flux nécessairement partagé d’amont en aval. Au delà d'un intrant fondamental, elle est aussi un élément structurant de l'organisation de territoires ruraux et parfois urbains avec des organisations (irrigants, pasteurs, comités d'usagers, etc..) qui se sont historiquement et depuis des siècles organisées pour gérer, partager et protéger la ressource (et parfois aujourd'hui source de conflits locaux ou transnationaux). Des institutions de gouvernance de la ressource en eau sont souvent très anciennes, qui structurent également des modes d'organisations et de démocratie locale. Au delà d'enjeux techniques et économiques – fondamentaux par ailleurs - les enjeux sur le partage et l'usage futur de l'eau pour la sécurité alimentaire ne peuvent être déconnectés d'une vision historique, sociale et des questions de démocratie et d'équité, qui devraient être abordés et rappelés en amont de cette étude.

3- L'état des lieux sur l'utilisation de l'eau pour la sécurité alimentaire et nutritionnelle devrait être précisé et intégrer une analyse fine des causalités et conséquences :

  • Préciser les tendances par zone géographique, en distinguant notamment des régions disposant de ressources en eau abondantes et encore relativement peu mobilisée et les régions en pénurie structurelle croissante, les « zones sèches ». L’étude devrait s’attacher ainsi à mettre en exergue :
  • les ressources disponibles et les tendances observées dans les différentes grandes régions mondiales en distinguant le cas des zones sèches,
  • la montée observée et annoncée des problèmes de pénuries d’eau en tenant compte des projections démographiques et des impacts possibles du changement climatique,
  • l’importance de la ressource disponible et non mobilisée dans les pays à ressources abondantes.
  • Dans le cadre de l’état des lieux des conséquences du manque d’accès et de disponibilité d’eau propre sur la santé des populations, il convient de préciser notamment les liens avérés entre accès durable à l’eau potable et statut nutritionnel.
  • S'intéresser à l'évolution des consommations et droits/dotations y référant eu égard à différents usages, incluant le secteur agricole et alimentaire, en différenciant les dotations et consommations de l'agriculture familiale, versus d'autres modalités d'agriculture en développement (agro-industrie, plantations en monocultures – soja, palmier à huile, agrocarburants, etc... ), de même que le secteur industriel manufacturier, dans ses différentes composantes, sans oublier le secteur minier en plein développement dans de nombreux pays.
  • Préciser l'état actuel des processus d'investissements à grande échelle, d'accaparement des terres et des eaux et leur impact sur la sécurité alimentaire et nutritionnelle, en particulier sur les populations qui en sont des acteurs fondamentaux, mais souvent les plus vulnérables en particulier dans les rapports de force et de pouvoir : les producteurs et productrices familiaux.
  • Au delà de l'état des lieux, s'attacher à détecter les causes éventuelles de dégradation de la qualité de l'eau par acteurs : cf. évolution des modes agricoles dans certaines régions du monde, du développement industriel et minier, etc... .
  • Concernant la durabilité des systèmes de gestion de l'eau, l'étude ne devrait pas s'arrêter aux seuls éléments cités concernant la durabilité des systèmes irrigués, la dégradation des eaux souterraines ou la salinisation des sols, mais s'intéresser également à :
  • la surexploitation inquiétante de nombreuses ressources souterraines et aquifères, parfois liée au développement de systèmes agricoles intensifs en capital et peu durables.
  • la dégradation des terres pluviales (érosion, non conservation des eaux et des sols, etc..) alors que nombre de pays font face à un abandon de politiques et d'investissements sur l'agriculture pluviale dans ces zones sèches.
  • la perte de terres agricoles potentiellement irrigables ou à fort potentiel en pluvial avec des pratiques améliorées pour la gestion de l'eau, notamment par l'urbanisation agressive et l'étalement urbain.
  • Attention finalement à ne pas oublier l'usage de l'eau pour la production alimentaire d'origine animale (par ex : accès à l'eau en zone pastorale, base économique dans plusieurs pays sahéliens ou de montagne), y compris la pêche.

4- L'étude devrait questionner les critères utilisés relatifs à l'efficacité dans la gestion et l'utilisation de l'eau à des fins de sécurité alimentaire et nutritionnelle:

  • Attention en effet au choix d'indicateurs qui pourraient justifier de pratiques favorisant les intérêts de quelques secteurs au détriment d'autres. L'eau n'est pas seulement un "facteur" de production et donc une pure ressource technique et économique, mais bel et bien d'abord et avant tout un bien commun. Par ailleurs, les mal nommées "pertes en eau" n'en sont souvent pas, l'eau étant un bien pouvant être par exemple récupéré par des utilisateurs en aval, même lorsqu'il y a supposée "gaspillage".
  • Les critères de mesure quantitative ou qualitative de l'efficacité dans l'utilisation de l'eau par différents usagers devraient être critiqués par l'étude et dans tous les cas, aller bien au delà de la simple "empreinte hydrique", mais prendre en compte des critères par ex. sur :
  • La protection et le renouvellement de la ressource
  • La création directe ou indirecte d'emplois
  • La création de valeur ajoutée et sa redistribution à différents acteurs de la société
  • L'augmentation des capacités d'adaptation et résilience des populations les plus impactées par le réchauffement climatique
  • L'accès à l’eau en qualité et en quantité suffisante pour les populations les plus vulnérables

5- L'étude devrait identifier de manière fine les facteurs limitant ou au contraire facilitant une gestion et gouvernance de la ressource en eau, participative, transparente et équitable

  • L'étude proposée devrait certes décrire les différentes catégories d'acteurs qui participent aujourd'hui de la gouvernance de l'eau pour la sécurité alimentaire – de même que ceux qui en sont exclus –, et leurs capacités actuelles ou potentielles à y participer. Mais tous les acteurs mentionnés sont en capacité de jouer un rôle sur la gouvernance de l'eau et tous ont des droits. L'étude devrait analyser de manière fine comment les systèmes politiques et les institutions donnent aujourd'hui leur place respective et légitime à ces différents acteurs pour qu'ils puissent exercer leurs compétences, faire valoir leurs droits et contribuer à l'élaboration de politiques et d'options institutionnelles, dans des relations justes et équitables.
  • La mise en oeuvre des principes de la gestion intégrée des ressources en eau (GIRE) devra être étudiée. En effet, L'approche de gestion intégrée des ressources en eau contribue à la gestion et à l'aménagement durables et adaptés des ressources en eau, en prenant en compte les divers intérêts sociaux, économiques et environnementaux. L'approche intégrée permet de coordonner la gestion des ressources en eau pour l'ensemble des secteurs et groupes d'intérêt et à différents niveaux. Elle met l'accent sur la participation des acteurs à tous les niveaux dans l'élaboration des textes juridiques, et privilégie la bonne gouvernance et les dispositions institutionnelles et réglementaires efficaces de façon à promouvoir des décisions plus équitables et viables.
  • L'étude devra prendre en compte le cas particulier des bassins transfrontaliers (eau de surface et souterraine). Quelque 260 bassins fluviaux sont partagés par deux pays ou plus dans le monde. Près de 40 % de la population mondiale vit dans ces bassins.
  • Force est de constater que les plus "petits" d'entre-eux (producteurs/trices, communautés, populations autochtones, etc...), acteurs pourtant fondamentaux de la sécurité alimentaire et nutritionnelle, s'ils en ont les capacités et les droits – souvent historiques – ont été pour beaucoup jusqu'à présent exclus des décisions sur l'eau, voire spoliés de leurs droits.
  • Dans ce domaine, s'il est tout à fait fondamental de s'intéresser aux rôles et contributions potentielles des femmes dans la fourniture d'eau et d'aliment – et au-delà de la simple fourniture, dans la gestion et gouvernance de la ressource en eau - , l'étude devrait élargir son "attention spéciale" à trois groupes cibles fondamentaux dans la fourniture d'eau et d'aliments et dont beaucoup souffre de situations de spoliation, d'accès difficile et de non participation à la gouvernance de l'eau notamment les femmes, les familles paysannes et les communautés rurales.
  • Outre la catégorisation de ces acteurs, l'étude devrait donc clairement identifier les facteurs limitant ou pouvant favoriser une participation active et équilibrée dans la gouvernance de l'eau, intégrant l’impératif de la sécurité alimentaire et nutritionnelle. Une analyse historique de la "gouvernance" de l'eau dans différentes situations du monde serait par ailleurs pertinente pour éclairer les recommandations futures du HLPE.
  • Concernant l'analyse des politiques pour garantir la sécurité alimentaire et de la gestion durable des ressources en eau, l'étude devrait aborder non seulement via un recensement et une analyse des politiques et institutions existantes mais se poser la question de leur pertinence et efficacité pour une répartition juste et équitable de la ressource en eau  au regard d'enjeux pluriels :
  • d'accès à l'eau potable pour tous
  • d'accès à l'eau pour la production alimentaire et la sécurité alimentaire et nutritionnelle, mais également :
  • de création d'emplois
  • de protection de la ressource et de l'environnement
  • En ce sens, l'accès à l'eau des petits producteurs/productrices et le soutien aux agricultures familiales qui par ailleurs peuvent avoir aisément une gestion durable de la ressource en eau,  devraient rester des priorités absolues.

6- En matière de gestion de l'eau, au delà de l'extension des zones irriguées, l'étude devrait identifier d'autres voies innovantes qui ont d'ores et déjà montré tout leur potentiel :

  • identifier quelles autres voies jusqu'ici peu explorées et peu financées par les Etats et les bailleurs internationaux, seraient en mesure d'optimiser l'usage de l'eau agricole en particulier, sans investissement démesuré : voire notamment toute la petite hydraulique (citernes, aménagement de bas-fonds et petits réservoirs, micro-irrigation, puis pastoraux, etc...) et les gains d'économie et de valorisation de l'eau en agriculture pluviale (pratiques de CES et agroécologiques dont pratique de zaï, labour minimum, semi sous couvert végétal, mulch, etc...)
  • s'interroger sur la réutilisation des eaux usées.
  • s'interroger sur les approches les mieux adaptées et les plus efficaces pour étendre aujourd'hui les zones irriguées, à partir de nombreuses expériences passées et d'ores et déjà capitalisées : gestion sociale de l'eau, renforcement des organisations d'irrigants, mise en place de centres de services aux usagers, etc.

7- L'étude devrait également recenser les innovations existantes en matière de gestion de l'eau qui est mise au défi par la nécessaire augmentation requise des capacités d'adaptation des populations rurales au changement climatique

  • Quelles implications sur les priorités politiques, financières et d'attribution de droits d'eau pour lmliter des vulnérabilités fortes et renforcer la résilience des populations rurales et paysannes ?
  • Les TDR soulignent que le rapport "devrait également jeter un regard critique sur le potentiel des innovations technologiques et institutionnelles pour la conservation de l'eau et son utilisation durable dans le contexte du changement climatique", dont il faut ici rappeler que certaines sont par ailleurs des "innovations" déjà existantes mais peu connues et peu valorisées, alors qu'elles ont déjà été historiquement développées (ex : pratiques d'agroécologie historiques, pratiques paysannes de collecte de l'eau, etc…)

Sanrda Metayer

Coalition Eau
France

Consultation en ligne du Groupe d’Experts de Haut Niveau (HLPE) du Comité de la Sécurité Alimentaire mondiale (CSA)  pour définir l’axe de l’étude sur : « L’eau et la sécurité alimentaire » (rapport 2015)

Réponse de la Coalition Eau - 28 février 2014

La Coalition Eau est un collectif de 28 ONG françaises engagées pour promouvoir l’accès à l’eau et à l’assainissement pour tous, tout en préservant les ressources en eau (http://www.coalition-eau.org)

La Coalition Eau se félicite du sujet choisi par le HLPE pour son rapport 2015, étant donné le rôle crucial joué par l’eau dans les questions de nutrition et de sécurité alimentaire.

A la lecture de la consultation électronique et des propositions du Comité directeur du HLPE sur le champ de l’étude, la Coalition Eau souhaite partager 3 commentaires, en particulier sur les aspects portant sur l’eau potable et l’assainissement :

Le droit à l’eau et à l’assainissement a été reconnu comme un droit de l’homme par l’Assemblée Générale des Nations Unies en 2010, ce qui n’est pas précisé dans le document de propositions du HLPE. Il sera crucial que l’étude présente le droit de l’homme à l’eau et à l’assainissement, l’état de sa reconnaissance au niveau national, l’état de sa mise en œuvre, ses implications concrètes, ainsi que ses liens avec le droit à l’alimentation.

  1. Concernant les données empiriques sur l’assainissement et l’eau potable (et le nombre de personnes n’y ayant pas accès), la Coalition Eau recommande d’adopter un regard critique vis-à-vis des données existantes. En effet, les données officielles au niveau global sont issues du Joint Monitoring Program de l’OMS/UNICEF, qui a pour mission d’évaluer les progrès pour les cibles Eau et Assainissement des Objectifs du Millénaire pour le Développement. Or, les définitions utilisées par le JMP comportent de nombreuses limites. L’indicateur d’accès à l’eau mesure « l’utilisation d’une source d’eau améliorée ». Mais cet indicateur ne mesure en rien la qualité et la potabilité de l’eau, ni certains paramètres de l’accès comme la distance au point d’eau, le temps d’attente, etc.  Ainsi, si le Joint Monitoring Program rapporte qu’environ 800 millions de personnes n’ont pas accès à une source d’eau améliorée, ce serait entre 2 et 4 milliards de personnes qui n’auraient pas accès à l’eau potable, selon diverses estimations d’experts.

D’autre part, une attention particulière doit être portée aux inégalités d’accès à l’eau et à l’assainissement, qui subsistent entre pays mais aussi à l’intérieur des pays (zones rurales/ urbaines, populations riches/ pauvres, femmes/hommes…)

  1. Dans le cadre de l’accès à l’eau potable comme de l’accès à l’eau agricole, la question de la gouvernance et de la gestion de l’eau est cruciale. Il est maintenant largement reconnu que les problèmes d’accès ne sont pas dus à des pénuries de la ressource mais avant tout  à la gouvernance du secteur. Insuffisante mise en œuvre des politiques publiques, insuffisance des cadres réglementaires et juridiques, fragmentations institutionnelles, mauvaise allocation des ressources ou non-respect des engagements pris, manque de capacité des acteurs du secteur, limites à la participation de toutes les parties prenantes… Tous ces facteurs sont autant d’obstacles qui doivent être étudiés afin d’établir des recommandations pour une meilleure gouvernance des ressources en eau qui impactera à la fois l’accès à l’eau potable et l’accès à l’eau agricole. 

FIAN InternationalDenisse Córdova Montes

Germany

FIAN International thanks the HLPE for the opportunity to provide input during the e-consultation on the scope of the upcoming Water and Food Security report to be prepared for the 42nd session of the CFS. In addition to the input already provided by our Access to Natural Resources-Programme Coordinator, Sofia Monsalve, we hope you will consider the following issues and recommendations during the preparation of your report.

While we welcome the explicit goal of taking into account gender-related aspects in the report, we would like to highlight a couple of gender-related issues that seem to be missing from the current scope. Specific emphasis should be placed on the link between drinking water quality, sanitation and infant and young child nutrition and health. While breastfeeding protects infants by decreasing their exposure to contaminated water and poor sanitation, infants and children under 5 who are not breastfed for one reason or another (and thus whose nutrition is dependent upon foods prepared under unhygienic conditions) are at an increased risk of developing diarrhoeal diseases and associated malnutrition.  Furthermore, adequate access to water and sanitation should be presented in the wider context of women’s rights and gender equality and linked to food security for all. For example, gender norms in many cultures dictate women and girls are the main “fetchers” of water for their families; as a result, adequate access to water would significantly reduce water-related “time poverty” for women and girls, which would have an impact on their ability to use this time for other more productive activities, such as attending school, with considerable impact on women’s and their families’ rights and food security. 

In addition, while the scope proposed recognizes the importance of water for both food and nutrition security, we would like to stress that the two - food and nutrition - need to be looked at in an integrated fashion and not divided artificially. When analyzing, for example, the impact of water pollution on agricultural production, this should be done not only from a food security but also from a nutrition perspective. The nutritional adequacy of food is an essential element of the right to adequate food; hence the nutrition dimension needs to be considered at every stage of food production (incl. processing), distribution and consumption. While safe drinking water and sanitation are equally important for good nutrition, this should not lead to nutrition being detached from food. 

R. Denisse Córdova Montes

Gender and Nutrition

**********************************

FIAN International Secretariat

Willy-Brandt-Platz 5/ D-69115 Heidelberg Germany

Postal Address: PO Box 102243/ D-69012 Heidelberg Germany

Sype: denisse.cordova

e-mail: [email protected] / www.fian.org

Geoff Orme-Evans

Humane Society International
United States of America

Dear HLPE,

We believe the upcoming Report on Water and Food Security should include an analysis of impacts and policy options regarding industrialized farm animal production, which is relevant to all four of the outlined categories.

Food security is often incorrectly used as a justification for the inhumane confinement of animals on industrial farm animal production facilities, while in reality, the industrialization of animal agriculture jeopardizes food security by degrading the environment, threatening human health, and diminishing income-earning opportunities in rural areas. Support from governments and international agencies for more humane and sustainable agricultural systems can ensure adequate food consumption and nutrition throughout the developing world.

Worldwide, industrial systems now account for approximately two-thirds of egg and poultry meat production and over half of pig meat production.  Based on calculations by the Food and Agriculture Organization (FAO) of the United Nations, developing countries produced approximately half of the world’s industrial pork and poultry.

These industrial facilities concentrate tens of thousands (or often even hundreds of thousands) of farmed animals along with their waste, frequently in welfare-depriving cages, crates, and pens. The growth in farm animal production is projected to increase strain on water resources, particularly due to the high water demands involved in growing animal feed. According to the FAO, “The livestock sector…is probably the largest sectoral source of water pollution, contributing to eutrophication, ‘dead’ zones in coastal areas, degradation of coral reefs, human health problems, emergence of antibiotic resistance and many others.”

In addition to its role in land use and degradation, animal agriculture uses significant amounts of the water supply available to humans globally.  Raising animals for food requires substantially greater quantities of water than raising plants for human consumption. For example, water levels in the Perote-Zalayeta aquifer in Mexico have reportedly declined precipitously since industrial pig production first took hold in the region in the mid-1990s.  And rapidly increasing demands for meat and other animal products in Africa’s urban centers has also been implicated in water and land scarcity,  further jeopardizing food security in the region.

Not only are water supplies shrinking, the farm animal sector is increasingly polluting the available water. Industrialized farm animal production, in particular, is a key culprit in the degradation of water supplies. For example, intensive pig production in Southeast Asia has been implicated in the flow of surplus nutrients and minerals into the South China Sea.

Therefore, we believe the upcoming HLPE report should include an in-depth analysis of the water issues posed by industrial animal agriculture, as well as policy options to help mitigate these impacts. In order to ensure long-term food security, particularly for vulnerable groups in the developing world, development finance and policies must favor small farmers who give proper care to their animals, act in accordance with the basic ethic of compassion towards animals under their control, and practice and promote more humane and environmentally sustainable agriculture.

Sincerely,

Geoff Orme-Evans

Humane Society International

Frédéric Apollin

Coordination SUD
France

High Level Panel Expert (HLPE)

e-consultation
to set the track of the study on water and food security

Avis de Coordination Sud

Coordination des organisations françaises de solidarité internationale

Commission "Agriculture et Alimentation"  - Sous-groupe Eau Agricole

26 février 2014

1. Rappel des travaux de Coordination Sud (groupe eau agricole)

Depuis trois ans, le groupe de travail "Eau Agricole" (AVSF, GRET, AGTER[1]) de la Commission Agriculture et Alimentation (C2A) de Coordination Sud, coordination des organisations françaises de solidarité internationale a œuvré pour construire et diffuser un argumentaire et plaidoyer en faveur de l'accès à l'eau des agricultures paysannes du Sud. Grâce à sa participation dans différents espaces – dont le Partenariat français pour l'Eau - en 2011 et 2012 (Forum Mondial de l'Eau Marseille 2012 et Contre-Forum, Semaine de l'Eau à Stockholm 2012, Forum Convergences, etc.), le thème "eau agricole et agricultures familiales" a été inscrit dans les agendas de ces évènements. Force est toutefois de constater qu'il l'a été par la petite porte et qu'il reste un thème d'intérêt encore peu pris en compte dans les débats, en dépit des enjeux affichés de relever le défi de la sécurité alimentaire, sans parler des défis environnementaux, climatiques, d'emploi en milieu rural ou de lutte contre la pauvreté. Le groupe de travail" Eau Agricole" a ainsi produit plusieurs documents :

·         des formats courts : notes de la C2A "Garantir l'accès à l'eau aux agricultures familiales", note de positionnement, brochure "N'asséchons pas le potentiel des agricultures familiales!",

·         un rapport long : "Justice sociale de l'eau: garantir l'accès à l'eau aux agricultures familiales" disponible en 3 langues (français, anglais et espagnol).

Disponibles sur :  http://www.coordinationsud.org/plaidoyer/agriculture-alimentation/acces-aux-ressources-naturelles/eau-agricole/

A la demande de la FAO, et en vue de la tenue du FME 2012, le Groupe Eau Agricole C2A-Coordination Sud a également piloté le travail de consultation internationale, puis la rédaction d'un rapport de propositions et d'organisation d'une table-ronde finale lors du FME sur l'objectif-cible 229 : "d'ici 2015, élaborer des lignes directrices concernant l’eau agricole au niveau international visant à appuyer la petite agriculture afin de mieux gérer l'eau pastorale et agricole, produire davantage de biens et services". Ont été alors analysées 70 études de cas de 62 contributeurs au niveau mondial qui décrivaient 142 solutions pour améliorer la gestion de l'eau par les paysanneries pour la sécurité alimentaire : capital social (46), techniques (41), institutions (36) et investissements (19).

Les ONG du groupe Eau Agricole de la C2A ont également contribué au rapport produit par le Conseil Général de l’Alimentation, de l’Agriculture et des Espaces Ruraux (CGAAER France), dans le cadre du Partenariat français pour l’eau (PFE) : « L’Eau et la sécurité alimentaire dans le contexte du changement global : défis et solutions. Contribution au débat international » (CGAAER, février 2012) : http://agriculture.gouv.fr/IMG/pdf/Eau_et_securite_alimentaire_VA__31-07-2012_cle0e121e.pdf

Pour l'heure, l'ensemble des travaux de la Commission a notamment conduit à la conclusion qu'il est urgent de garantir l’accès à l’eau aux agricultures familiales. Elles détiennent en effet un potentiel immense pour répondre aux enjeux de sécurité alimentaire, d’équité sociale et de durabilité environnementale. Dans 70% des cas, les personnes en situation d’insécurité alimentaire dans le monde (plus de 840 millions) sont des agriculteurs et agricultrices. Mais les agricultures familiales fournissent déjà 70% de la production alimentaire mondiale et 80% de celle des pays en développement !

Coordination SUD recommandait donc de privilégier des appuis techniques, financiers et politiques qui soient adaptés aux contextes locaux, en suivant trois priorités:

1.    Investir intelligemment dans l’eau agricole pour les agricultures familiales par la diffusion de techniques simples et souvent peu coûteuses, de collecte, de stockage et de distribution de l’eau pour la production agricole et d'élevage, et la promotion d’infrastructures adaptées dans le cas notamment de l'irrigation.

Accent mis sur l'importance d'accorder aussi, au delà de la seule agriculture irriguée qui concentre généralement l'attention, une plus grande importance à l'agriculture pluviale, la pêche, l'hydraulique pastorale, et à l'agroécologie, pour non seulement augmenter la productivité et la production, mais aussi les revenus et les capacités de ces familles paysannes de gérer des risques (climatiques, économiques, etc.) pour leur sécurité alimentaire ou celles des populations qu'elles approvisionnent (villes et campagnes).

2.    Protéger les droits d’accès et d’usage à l’eau pour produire des paysans et paysannes (incluant agriculteurs, éleveurs et pêcheurs) face à la montée des appropriations à grande échelle de terres et des ressources en eau.

Accent mis sur la question du respect des droits historiques d'accès à l'eau agricole (incluant élevage et pêche) et à l'équité de répartition des droits d'eau pour l'intérêt de toute la société, en particulier en matière de sécurité alimentaire.

3.    Favoriser la gestion concertée et démocratique de l’eau par la promotion d’instances de dialogue qui visent une répartition équitable de l’eau entre les usagers, les secteurs d’activité, les villes et les campagnes.

Accent mis sur l'investissement requis pour le renforcement des organisations d'usagers notamment de producteurs et productrices (capital social) et d'espaces de dialogues pluri-acteurs dans lesquels leur participation soit efficacement assurée.

Dans tous ces travaux et les espaces de présentation des résultats, la question de l'efficience économique de l'usage de l'eau a souvent été posée, certains n'hésitant pas à mettre en doute l'usage qu'en font les agricultures paysannes par rapport à d'autres modes de production agricole. C'est pour répondre à ces interrogations que le groupe de travail organisera, en partenariat avec le COSTEA[2] France, le 18 septembre 2014 un séminaire sur « l'efficience et efficacité économique  de l’usage de l’eau agricole par les agricultures familiales ». Cet événement permettra débattre d'analyses économiques – en partie déjà réalisées – sur l'impact de la sécurisation de l'eau pour les agricultures paysannes notamment en matière de sécurité alimentaire, de redistribution de la valeur ajoutée, de protection de la ressource. Celui-ci sera précédé de l'analyse de plusieurs études de cas déjà réalisés dans le domaine (Fao, CIRAD,  IWMI, ONG de la C2A,…).

2. Les remarques et recommandations

Le Comité de la sécurité alimentaire mondiale (CSA), dans sa 40ème session, a donc demandé au HLPE une étude sur la problématique "eau et sécurité alimentaire" en lui demandant de centrer ses analyses sur :

·         "Les effets des pratiques de gestion de l'eau sur la sécurité alimentaire, y compris l'utilisation aux fins de la production agricole, de la transformation des aliments et d'autres modes de consommation

·         la durabilité des systèmes de gestion de l'eau pour la sécurité alimentaire, incluant des systèmes d'irrigation, à la salinisation des terres agricoles et à la baisse de la qualité des nappes phréatiques.

·         L'amélioration des politiques concernant l'eau et la sécurité alimentaire, ainsi que la coordination entre les différents domaines et acteurs à tous les niveaux et sur le long terme."

Les entrées proposées dans les TDR sont pertinentes et recoupent plusieurs des préoccupations exprimées lors des précédents travaux au niveau national en France et international :

1.    Etat des lieux de l'utilisation de l’eau pour la santé, la nutrition et la sécurité alimentaire – tendances mondiales et régionales

2.    Etat des lieux des pratiques, instances et acteurs participants à la gouvernance de l’eau pour la sécurité alimentaire

3.    Analyse des effets, de la pertinence et pérennité de ces modes de gestion de l'eau (techniques et institutionnelles) pour la sécurité alimentaire, incluant la question fondamentale de l'équité

4.    Elaboration de recommandations finales de politiques pour la gestion de l'eau et la sécurité alimentaire

Toutefois, les remarques et recommandations suivantes peuvent être formulées :

2.1 L'étude devrait rappeler et documenter le fait que l'eau n'est pas seulement un intrant et un facteur de production : L'orientation proposée pour l'étude considère uniquement l'eau comme un facteur de production. Pour reprendre une expression couramment utilisée dans les sociétés rurales : "L'eau c'est la vie, le sang  de la terre".

Plus encore que les rapports de l'homme à la terre, les rapports de l'homme à l'eau sont encore des rapports des hommes entre eux autour de l'appropriation et de l'usage de cette ressource. C’est le seul bien commun qui présente notamment la caractéristique d’être un flux nécessairement partagé d’amont en aval. Au delà d'un intrant fondamental, elle est aussi un élément structurant de l'organisation de territoires ruraux et parfois urbains avec des organisations (irrigants, pasteurs, comités d'usagers, etc..) qui se sont historiquement et depuis des siècles organisées pour gérer, partager et protéger la ressource (et parfois aujourd'hui source de conflits locaux ou transnationaux). Des institutions de gouvernance de la ressource en eau sont souvent très anciennes, qui structurent également des modes d'organisations et de démocratie locale. Au delà d'enjeux techniques et économiques – fondamentaux par ailleurs - les enjeux sur le partage et l'usage futur de l'eau pour la sécurité alimentaire ne peuvent être déconnectés d'une vision historique, sociale et des questions de démocratie et d'équité, qui devraient être abordés et rappelés en amont de cette étude.

2.2. L'état des lieux sur l'utilisation de l'eau pour la sécurité alimentaire devrait être précisé et intégrer une analyse fine des causalités et conséquences :

·         Préciser les tendances par zone géographique, en distinguant notamment des régions disposant de ressources en eau abondantes d'autres moins bien dotées, voire aujourd'hui sèches

·         S'intéresser à l'évolution des consommations et droits/dotations y référant eu égard à différents usages, incluant le secteur agricole et alimentaire, en différentiant les dotations et consommations de l'agriculture familiale, versus d'autres modalités d'agriculture en développement (agro-industrie, plantations en monocultures – soja, palmier à huile, agrocarburants, etc... ), de même que le secteur industriel manufacturier, dans ses différentes composantes, sans oublier le secteur minier en plein développement dans de nombreux pays.

·         Préciser l'état actuel des processus d'investissements à grande échelle, d'accaparement des terres et des eaux et leur impact sur la sécurité alimentaire et nutritionnelle, en particulier sur les populations qui en sont des acteurs fondamentaux, mais souvent les plus vulnérables en particulier dans les rapports de force et de pouvoir : les producteurs et productrices familiaux.

·         Au delà de l'état des lieux, s'attacher à détecter les causes éventuelles de dégradation de la qualité de l'eau par acteurs : cf. évolution des modes agricoles dans certaines régions du monde, du développement industriel et minier, etc... .

·         Concernant la durabilité des systèmes de gestion de l'eau, l'étude ne devrait pas s'arrêter aux seuls éléments cités concernant la durabilité des systèmes irrigués, la dégradation des eaux souterraines ou la salinisation des sols, mais s'intéresser également à :

o    la surexploitation inquiétante de nombreuses ressources souterraines et aquifères (cf. Maroc), parfois liée au développement de systèmes agricoles intensifs en capital et peu durables.

o    la dégradation des terres pluviales (érosion, non conservation des eaux et des sols, etc..) alors que nombre de pays font face à un abandon de politiques et d'investissements sur l'agriculture pluviale dans ces zones sèches (cf. Sahel)

o    la perte de terres agricoles potentiellement irrigables ou à fort potentiel en pluvial avec des pratiques améliorées pour la gestion de l'eau, notamment par l'urbanisation agressive et l'étalement urbain.

·         Attention finalement à ne pas oublier – ce qui souvent une tendance lorsqu'on parle d'eau et sécurité alimentaire - l'usage de l'eau pour la production alimentaire d'origine animale (par ex : accès à l'eau en zone pastorale, base économique dans plusieurs pays sahéliens ou de montagne), y compris la pêche.

2.3. L'étude devrait questionner les critères utilisés relatifs à l'efficacité dans la gestion et l'utilisation de l'eau à des fins de sécurité alimentaire :

·         Attention en effet au choix d'indicateurs qui pourraient justifier de pratiques favorisant les intérêts de quelques secteurs au détriment d'autres. L'eau n'est pas seulement un "facteur" de production et donc une pure ressource technique et économique, mais bel et bien d'abord et avant tout un bien commun. Par ailleurs, les mal nommées "pertes en eau" n'en sont souvent pas, l'eau étant un bien pouvant être par exemple récupéré par des utilisateurs en aval, même lorsqu'il y a supposée "gaspillage".

·         Les critères de mesure quantitative ou qualitative de l'efficacité dans l'utilisation de l'eau par différents usagers devraient dont être critiqués par l'étude et dans tous les cas, aller bien au delà de la simple "empreinte hydrique", mais prendre en compte des critères par ex. sur :

o    La protection et le renouvellement de la ressource

o    La création directe ou indirecte d'emplois

o    La création de valeur ajoutée et sa redistribution à différents acteurs de la société

o    L'augmentation des capacités d'adaptation et résilience des populations les plus impactées par le réchauffement climatique

2.4. L'étude devrait identifier de manière fine les facteurs limitant ou au contraire facilitant une gestion et gouvernance de la ressource en eau, participative, transparente et équitable

·         L'étude proposée devrait certes décrire les différentes catégories d'acteurs qui participent aujourd'hui de la gouvernance de l'eau pour la sécurité alimentaire – de même que ceux qui en sont exclus –, et leurs capacités actuelles ou potentielles à y participer. Mais tous les acteurs mentionnés sont en capacité de jouer un rôle sur la gouvernance de l'eau et tous ont des droits. L'étude devrait analyser de manière fine comment les systèmes politiques et les institutions donnent aujourd'hui leur place respective et légitime à ces différents acteurs pour qu'ils puissent exercer leurs compétences, faire valoir leurs droits et contribuer à l'élaboration de politiques et d'options institutionnelles, dans des relations justes et équitables.

Force est de constater que les plus "petits" d'entre-eux (producteurs/trices, communautés, populations autochtones, etc...), acteurs pourtant fondamentaux de la sécurité alimentaire et nutritionnelle, s'ils en ont les capacités et les droits – souvent historiques – ont été pour beaucoup jusqu'à présent exclus des décisions sur l'eau, voire spoliés de leurs droits.

·         Dans ce domaine, s'il est tout à fait fondamental de s'intéresser aux rôles et contributions potentielles des femmes dans la fourniture d'eau et d'aliment – et au-delà de la simple fourniture, dans la gestion et gouvernance de la ressource en eau - , l'étude devrait élargir son "attention spéciale" à trois groupes cibles fondamentaux dans la fourniture d'eau et d'aliments et dont beaucoup souffre de situations de spoliation, d'accès difficile et de non participation à la gouvernance de l'eau :

o    les femmes,

o    les familles paysannes et communautés rurales,

o    les peuples autochtones

·         Outre la catégorisation de ces acteurs, l'étude devrait donc clairement identifier les facteurs limitant ou pouvant favoriser une participation active et équilibrée dans la gouvernance de l'eau, intégrant l’impératif de la sécurité alimentaire et nutritionnelle. Une analyse historique de la "gouvernance" de l'eau dans différentes situations du monde serait par ailleurs pertinente pour éclairer les recommandations futures du HLPE. L’apport majeur des travaux de la C2A (rapport C2A, rapport FME-FAO- TSG229) est de découvrir parmi les solutions la prépondérance des solutions d’amélioration du capital social et d'innovations dans les instances /espaces et institutions de gouvernance locale, pour une gestion de l'eau efficiente au service de la sécurité alimentaire.

·         Concernant l'analyse des politiques pour garantir la sécurité alimentaire et de la gestion durable des ressources en eau, l'étude devrait aborder non seulement via un recensement et une analyse des politiques et institutions existantes mais se poser la question de leur pertinence et efficacité pour une répartition juste et équitable de la ressource en eau  au regard d'enjeux pluriels :

o    d'accès à l'eau potable

o    d'accès à l'eau pour la production alimentaire et la sécurité alimentaire et nutritionnelle, mais également :

o    de création d'emplois

o    de protection de la ressource et de l'environnement

·         En ce sens, l'accès à l'eau des petits producteurs/productrices et le soutien aux agricultures familiales paysannes (60% de l'emploi dans les PMA)  qui par ailleurs peuvent avoir aisément une gestion durable de la ressource en eau,  devraient rester des priorités absolues.

2.5. En matière de gestion de l'eau, au delà de l'extension des zones irriguées, l'étude devrait identifier d'autres voies innovantes qui ont d'ores et déjà montré tout leur potentiel :

·         identifier quelles autres voies jusqu'ici peu explorées et peu financées par les Etats et les bailleurs internationaux, seraient en mesure d'optimiser l'usage de l'eau agricole en particulier, sans investissement démesuré : voire notamment toute la petite hydraulique (citernes, aménagement de bas-fonds et petits réservoirs, micro-irrigation, puis pastoraux, etc...) et les gains d'économie et de valorisation de l'eau en agriculture pluviale (pratiques de CES et agroécologiques dont pratique de zaï, labour minimum, SCV, mulch, etc...)

·         s'interroger sur les approches les mieux adaptées et les plus efficaces pour étendre aujourd'hui les zones irriguées, à partir de nombreuses expériences passées et d'ores et déjà capitalisées : gestion sociale de l'eau, renforcement des organisations d'irrigants, mise en place de centres de services aux usagers, etc.

2.6. L'étude devrait également recenser les innovations existantes en matière de gestion de l'eau qui est mise au défi par la nécessaire augmentation requise des capacités d'adaptation des populations rurales au changement climatique (réchauffement)

·         Quelles implications sur les priorités politiques, financières et d'attribution de droits d'eau pour liliter des vulnérabilités fortes et renforcer la résilience des populations rurales et paysannes ?

·         Les TDR soulignent que le rapport "devrait également jeter un regard critique sur le potentiel des innovations technologiques et institutionnelles pour la conservation de l'eau et son utilisation durable dans le contexte du changement climatique", don’t il faut ici rappeler que certaines sont par ailleurs des "innovations" déjà existantes mais peu connues et peu valorisées, alors qu'elles ont déjà été historiquement développées (ex : pratiques d'agroécologie paysannes historiques, pratiques paysannes de collecte de l'eau, etc…)

Contact Groupe Eau Agricole C2A : Frédéric Apollin – AVSF – [email protected]

 

[1] AVSF (www.avsf.org), AGTER (www.agter.asso.fr), GRET (www.gret.org/) avec des contributions du CCFD-Terres Solidaires et du Secours Catholique.

[2] COmité Scientifique et Technique Eau Agricole, plateforme multiacteurs publics-privés (dans laquelle AVSF, aGter et le GRE, membres de Coordination Sud sont actifs), et dont le but est de produire, partager, capitaliser et valoriser des analyses d’experts français et du sud sur des problématiques de l’irrigation au Sud. Plateforme soutenue par l'Agence française de développement

 

Government of ArgentinaRepresentación Permanente de la República Argentina ante la FAO, FIDA y PMA

Government of Argentina
Italy

CONSULTA EN LÍNEA SOBRE AGUA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA

 

En relación con la consulta en línea sobre  Agua y Seguridad Alimentaria, se remiten comentarios elaborados conjuntamente a partir de aportes de la Dirección de Asuntos Económicos Multilaterales, la Dirección de Asuntos Ambientales y la Dirección de la Mujer del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la República Argentina,  sobre el enfoque y los contenidos propuestos para el mencionado informe:

1. "Water use for health, nutrition and food security   global and regional trends"

En este punto, la Argentina quisiera resaltar la necesidad de analizar la incidencia de la industria, los servicios, y otras actividades económicas en el proceso de la utilización y consumo del agua. Si bien la agricultura es una de las fuentes de uso y consumo de agua, creemos importante no perder de vista el enfoque holístico que requiere el correcto análisis de la relación entre el agua y la seguridad alimentaria, para lo cual se torna necesario estudiar no solo la influencia del sector agrícola, sino también la propia a la industria y al sector servicios.

2. "Governance of water and food security"

Se considera pertinente la inclusión de comentarios sobre el nexo Agua y Seguridad Nacional e Internacional dada la cercanía de este tema con la gobernanza del agua y la seguridad alimentaria.

En este sentido se debe recordar que la Argentina sostiene la plena vigencia de la noción de "Manejo Integrado del Recurso Hídrico" y la necesidad de cooperación en los distintos aspectos relacionados con el recurso, tanto a nivel regional como internacional, como modo de alcanzar la sostenibilidad óptima en el manejo del mismo. 

Asimismo, se debe destacar que el término seguridad aplicado a cuestiones ambientales no ha sido definido acabadamente y así, es sujeto de diferentes interpretaciones según qué temática califique o qué sujeto lo aplique.

En este sentido en los últimos tiempos ha tomado fuerza en diversos foros internacionales, una postura tendiente a vincular la temática hídrica en temas relacionados con el mantenimiento de la paz, la estabilidad política y la seguridad nacional e internacional. Como ejemplo se puede citar la pasada Cumbre Mundial del Agua (Budapest, 8-11 oct. 2013) en la que se resaltaron hipótesis de conflicto por el uso y aprovechamiento del agua en cuencas de Europa Central y del Este. Inclusive en el ámbito de UN-Water se han dado avances en este sentido, llegando a sugerir la inclusión del tema  seguridad hídrica en el ámbito del Consejo de Seguridad de la ONU.

3. "Management of water for food and nutrition security: impacts, sustainability and resilience"

En relación a la gestión del agua para la seguridad alimentaria y nutricional se considera de suma importancia contemplar la equidad y sostenibilidad de los regímenes de gobernanza y prácticas de gestión del agua en los diferentes géneros y grupos sociales.

Por otro lado, según el enfoque propuesto el informe del GANESAN compararía y contrastaría la eficiencia en el uso del agua y las prácticas de gestión del agua para la producción, el procesamiento y el consumo de agua utilizando el concepto de  huella del agua  y de otros métodos de contabilidad del agua. Si bien se menciona que se evaluarían críticamente las ventajas y las desventajas de estos métodos, es necesario destacar que no existe actualmente una metodología aceptada internacionalmente para calcular la huella hídrica y que, por el contrario, existe una multiplicidad de iniciativas, por lo cual el informe del GANESAN no deberá realizar recomendaciones de política sobre la base de estas metodologías.

4. "Policy recommendations for water management and food security"

La Argentina entiende que una de las responsabilidades principales de los Estados es la de asegurar a sus habitantes el derecho al agua como una de las condiciones fundamentales para garantizar el derecho a la vida y asegurar un nivel de vida adecuado.

En tal sentido, en este punto se podrá tener en cuenta que -mediante Resolución 64/292 de la Asamblea General- en julio de 2010 las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al acceso al agua y saneamiento, por lo que entre las recomendaciones que se elaboren para los Estados deberá tenerse en cuenta que los Estados deben asegurar este derecho a los habitantes que vivan bajo su jurisdicción en consonancia con la Resolución 1803 (XVII) relativa a la soberanía permanente de los Estados sobre los recursos naturales.

Comentarios referidos al tema de igualdad de género

I) El desarrollo sustentable y el crecimiento inclusivos deben enmarcarse en principios de derechos humanos, justicia social, igualdad y equidad de género, no sólo por una cuestión moral, sino también por ciertos efectos que se ha comprobado resultan multiplicadores de procesos virtuosos y conllevan consecuencias intergeneracionales positivas.

II) La igualdad entre hombres y mujeres en el acceso a recursos productivos (agua y tierra), recursos financieros, protección social, y el incremento de la participación y liderazgo de las mujeres en los procesos de toma de decisiones públicas y del mundo privado, se ha comprobado implican altas recompensas en el bienestar de sus hijos y familias, la reducción de la pobreza, el crecimiento económico, el cuidado del medioambiente y la gobernabilidad inclusiva, entre otras consecuencias.

III) En lo que a específicamente "Agua y Seguridad Alimentaria" se refiere, Argentina podría abogar por el establecimiento de leyes ambientales y acciones políticas referidas al cambio climático que promuevan y aseguren la participación de las mujeres en la toma de decisiones, manejo y gobernabilidad de los recursos naturales, y el aseguramiento de la prevención del cambio climático junto con políticas de adaptación y mitigación que consideren las necesidades específicas de niñas y mujeres.

IV) Argentina también podría promover la inversión en medidas, instrumentos y tecnologías que reduzcan el tiempo que mujeres y adolescentes dedican a tareas no pagas e insalubres como la recolección de agua y leña para sus hogares, o incluso las tareas del cuidado, lo cual incrementa su vulnerabilidad frente a situaciones de violencia, limita su productividad y disminuye las posibilidades de participación en el mundo laboral formal.-

Brad Franklin

International Water Management Institute (IWMI)
India

As a developing country with the second largest population in the world, India faces many challenges related to using its water resources to help ensure the food security of its population in the coming decades. Deteriorating surface water infrastructure combined with the overexploitation of groundwater resources in the rice-wheat belt of the north and in peninsular India mean that Indian agriculture is potentially vulnerable to natural and climate change-related disruptions to water supplies.

While a number of researchers here at the International Water Management Institute (IWMI) have explored these problems from different angles and disciplines, there is still a great need for the development of interdisciplinary research tools that may help inform policy decisions on water use and food production in India. Because of the size of the Indian population, trends in irrigated farm productivity are important to international food markets and therefore are of relevance to policy-makers that deal with agriculture in the developed world. With this in mind, the USDA Economic Research Service is working with IWMI on developing a set of hydro-economic tools that would allow us to better understand the impact of water on India's agricultural production and international markets. Our research looks at the effects of water scarcity and variability on crop supply, demand, and trade in the coming decades. Accounting for the inter-dependence of surface and groundwater resources, we model projected land use and production levels that may occur under a ''business-as-usual'' approach to the existing water challenges as well as investigate the potential effects of policy changes. Due to the reliance of groundwater pumping on energy use, policies related to electricity pricing and availability are of particular interest. Whereas the lack of rural electrification is a constraint to increased irrigation in the water-abundant Eastern Ganges basin, highly subsidized or free electricity has contributed greatly to depleted aquifers elsewhere. For that reason, we consider the potential for energy policy to improve the sustainability of irrigated agriculture in different regions and how they might together affect national production levels.