Programa FAO-UE FLEGT

Perú: Comunidades indígenas son la clave para las metas de “deforestación cero 2020”

11/05/2016

La República del Perú alberga una de las áreas forestales tropicales más extensas e intactas del mundo, y una de las más ricas en biodiversidad. La mitad de sus tierras se clasifica como bosques. En la región amazónica peruana, se están implementando programas ambiciosos para reducir a cero la desforestación, dentro del año 2020, bajo el “Programa nacional de conversión de bosques para la mitigación del cambio climático (PNCBCC)”.

Se prevé que las concesiones forestales tendrán un papel clave en este programa, a pesar que muchos de los pueblos indígenas –que tradicionalmente poseen gran parte de los bosques peruanos– han percibido esta iniciativa como una medida para privatizar sus tierras. Según los expertos, se espera que los tipos de acuerdos estipulados bajo este nuevo sistema –y el grado hasta el cual los pueblos indígenas participarán y se beneficiarán– logren el éxito o el fracaso de las metas de “deforestación cero”.

Tras un amplio proceso de consultas, se aprobó una nueva legislación forestal en 2011 que prevé disposiciones de mayor apoyo para el monitoreo territorial comunitario, conocidas como Veeduría Forestal Comunitaria (VFC). Estas veedurías son unidades técnicas de comunidades indígenas que trabajan como parte de la estructura comunitaria, creadas para responder a las exigencias de los pueblos indígenas en materia de gestión forestal comunitaria. Estas iniciativas innovadoras sirvieron para reforzar la capacidad de los pueblos indígenas para responder a sus derechos de manejo de los recursos forestales y generar beneficios de los bienes y servicios ofrecidos por los bosques.

Establecer un sistema de monitoreo forestal comunitario para una gestión más eficaz y equitativa de los bosques

La participación de las comunidades locales en el monitoreo del estado de los bosques –conocido como monitoreo comunitario o participativo– se reconoce como un modelo más eficaz para recolectar información y realizar observaciones pertinentes sobre los bosques y, por tanto, consolidar su gobernanza y gestión. El monitoreo forestal comunitario es un mecanismo del Monitoreo forestal independiente (MFI), donde terceros realizan actividades para monitorear los procesos de utilización y evaluación de los recursos forestales.

La organización de la sociedad civil Centro de Desarrollo e Investigación de la Selva Alta (CEDISA) está trabajando en la región peruana de San Martín en la consolidación e implementación de la VFC. En esta región existe una trayectoria ascendente de deforestación debida, en gran parte, a la expansión agrícola. Se ha designado un total de 18 líderes indígenas –hombres y mujeres– como veedores o guardianes del bosque, con funciones técnicas correspondientes, por medio de la Coordinadora de Desarrollo y Defensa de los Pueblos Indígenas de la región de San Martín (CODEPISAM), una organización indígena compuesta de ocho federaciones de los pueblos Awajún, Kechwas y Shawi. Con el apoyo de CEDISA, se está ofreciendo capacitación a los veedores sobre temas como: procedimientos transparentes de adquisición para el uso de la tierra; cambios de uso de la tierra y de los bosques; madera y comercio ilegal de productos forestales; procedimientos de gestión forestal sostenible y gobernanza de organizaciones y comunidades relacionadas. CEDISA está colaborando también en la organización de los directores de las federaciones y ayudando a que las comunidades manejen el acceso a las áreas forestales.

El “mecanismo de observación independiente que se está estableciendo, se consolidará cuando –en un proceso de seguimiento del apoyo del gobierno y/o de donantes internacionales– la red de veedores forestales comunitarios de 39 comunidades de la Región de San Martín esté apoyada por protocolos o directrices para la participación de todos los actores en los procesos técnico-administrativos para la gestión sostenible de los bosques comunitarios”, explica Teddi Peñaherrera (presidente de CEDISA). “A la vez, éstas se deberían implementar con la tecnología de la información necesaria para asegurar la transmisión de la información en tiempo real, para la oportuna toma de decisiones sobre la gobernanza de los bosques en la Región de San Martín”, agregó Peñaherrera.

Creación de capacidades para que los veedores monitoreen los bosques

Un elemento fundamental de la VFCimplica la colaboración de la organización gubernamental que supervisa la flora y la fauna, el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR), que facilita la creación de capacidad a los veedores en el contexto del MFI. OSINFOR, en coordinación con CEDISA y CODEPISAM, garantiza a los veedores comunitarios las herramientas que les permite supervisar y realizar cálculos básicos sobre los permisos emitidos para explotar los recursos madereros y no madereros, además de verificar la información por medio de inventarios, censos forestales y mapas. Posteriormente, se negociarán acuerdos con otras organizaciones de la sociedad civil y con el gobierno regional de San Martín en materia de cosecha sostenible de los recursos forestales. CODEPISAM está sosteniendo alianzas estratégicas con instituciones como OSINFOR para manejar mejor la capacidad de los veedores de participar en el mecanismo de observación independiente. 

Se está capacitando como veedores a 18 técnicos indígenas afiliados a CODEPISAM (dos de cada federación afiliada) y se ha empezado a ofrecer apoyo técnico a comunidades y organizaciones para: resolver cuestiones sobre los derechos de tenencia de la tierra en el contexto de la tala ilegal; mejorar la comprensión de las normas sobre el manejo de los recursos madereros y no madereros y sanciones conexas; y facilitar el proceso de aprobación de planes sobre la gestión de los recursos forestales y no forestales.

El objetivo es la implementación de la VFC y una estrategia para el mecanismo de observación independiente ya funcional en 2016. La VFC fungirá como mecanismo de observación independiente y, por tanto, convertirá a las comunidades indígenas en actores clave del manejo de sus bosques, contribuyendo a las metas de deforestación cero.

CEDISA está administrando el apoyo de la VFC, en coordinación con CODEPISAM, y el apoyo técnico y financiero de la Unión Europea (UE), por medio de su Programa FAO FLEGT.

Estado de los bosques de Perú

Tradicionalmente, Perú presume bajos niveles de deforestación debido, en parte, al difícil acceso a sus áreas forestales. La tala selectiva –es decir, cortar sólo los árboles que exceden un diámetro de tronco determinado– es una actividad de gestión forestal establecida que puede contribuir a la gestión sostenible de los recursos, dado que al menos el 80 por ciento de la madera que exporta Perú provendría de fuentes ilegales. Los altos índices de pobreza, el desempleo, la escasez de fondos, el desarrollo de infraestructura (p.ej., vías de acceso para las minas de oro) y otros aspectos como la conversión forestal, atraen a los brasileños limítrofes que, en los últimos años, han estado planteando cada vez más amenazas a la zona amazónica peruana y han convertido en un enorme desafío la eficacia de la aplicación de las leyes. El monitoreo forestal independiente se concibe como un medio para fomentar la aplicación de las leyes y aumentar la transparencia.

La meta del Programa nacional de conversión de bosques para la mitigación del cambio climático es la gestión sostenible de 3,2 millones de ha de áreas forestales en la Región de San Martín, a través de áreas nacionales protegidas, territorios indígenas, concesiones (madereras y no madereras) y zonas de conservación y recuperación de los ecosistemas (ZoCRE).