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• Se promueve el desarrollo sostenible de la mano del sector pesquero

Más de 400 pescadores y pescadoras aprenden sobre el Enfoque Ecosistémico en el Manejo de la Pesca (EEMP) y las Directrices Voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala, con el objetivo de generar conciencia en el uso correcto de los recursos naturales, implementar prácticas de pesca responsable y reconocer la labor pesquera.

“Nosotros hemos comprendido que no solamente se debe tener una mentalidad de extracción de los recursos pesqueros, ya que es necesario realizar un manejo adecuado de los recursos para no perjudicar a las futuras generaciones y poder mantener un balance entre conservar y producir”, comentó Rolando Ramírez Robles de la Asociación de Pescadores de Pochote.

Los talleres son impartidos por técnicos del Departamento de Extensión y Capacitación del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA) con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mediante el proyecto de gestión sostenible de la captura incidental en la pesca de arrastre en América Latina y el Caribe (REBYC II-LAC).

“Nuestro personal ha pasado por un proceso de actualización en estos temas, con la contribución del proyecto REBYC II-LAC, para  compartir un enfoque o modelo en beneficio del sector pesquero”, comentó Jorge López Romero, Jefe del Departamento de Extensión y Capacitación del INCOPESCA.

El EEMP contribuye al desarrollo de la pesca sostenible mediante la búsqueda de un equilibrio entre el bienestar ecológico, el bienestar humano a través de la buena gobernanza.

Según Ana Lucrecia Barrantes, Coordinadora del proyecto REBYC II-LAC en el país, el EEMP brinda el conocimiento y las herramientas para construir planes de manejo pesqueo sostenible adaptados para cada una de sus áreas marinas y sus necesidades, considerando los valiosos conocimientos ancestrales de pescadores y pescadoras.

Ana Lucrecia Barrantes, coordinadora del REBYC en una capacitación

Además, permite identificar los principales problemas que enfrentan las pesquerías y los ecosistemas asociados para brindar soluciones e involucrar a los pescadores y las pescadoras en la toma de decisiones con los actores gubernamentales de forma participativa.“Ahora hay un mayor reconocimiento de la cadena de valor y tenemos más participación de jóvenes, mujeres y niños en los procesos de preservación de los recursos”, comentó Sonia Medina, pescadora de Isla Venado y presidenta de la Asociación local de pescadoras y pescadores de la Florida, Isla Venado de Puntarenas.También, los pescadores y pescadoras reciben capacitaciones para implementar las Directrices Voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza (Directrices PPE).Las Directrices PPE tienen como propósito visibilizar y reconocer el valioso papel de la pesca artesanal e impulsar el desarrollo social e económico bajo los ejes de la gobernanza de la tenencia en las pesquerías y ordenación de los recursos, el trabajo decente, las cadenas de valor, equidad de género, cambio climático y riesgos de desastres.Asimismo, ambos talleres orientan el diálogo, los procesos de políticas y medidas que permiten que el sector aporte a la seguridad alimentaria y a la disminución de la pobreza.Según Ramírez, la aplicación del enfoque y los seminarios les ha permitido mitigar el uso de artes ilegales, promover la inclusión de jóvenes y mujeres en las asociaciones o cooperativas y formar líderes comunitarios para transmitir lo aprendido en otras comunidades costeras.El proceso de difusión de las Directrices se lleva a cabo con la colaboración de la Red de Áreas Marinas de Pesca Responsable (AMPR).Actualmente, en el marco del proyecto REBYC II-LAC se imparten los talleres sobre Directrices PPE en Barra del Colorado.