Clima, género e innovación son las principales prioridades de la colaboración entre la FAO y América del Norte

Ottawa. La crisis climática, la igualdad de género y la innovación son tres prioridades que deben guiar la cooperación entre el Canadá, los Estados Unidos de América y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) en los dos próximos años.

Este fue el mensaje del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO, al intervenir este martes en la apertura de la octava edición de la Conferencia Regional Oficiosa para América del Norte (INARC), que se celebra en Ottawa y que tiene como anfitrión al Gobierno canadiense.

El Sr. QU comenzó agradeciendo a los dos gobiernos su constante apoyo desde la creación de la FAO, hace casi 80 años, antes de expresarles su gratitud por haber apoyado la aprobación de un aumento del 5,6 % del presupuesto del Programa ordinario de la FAO, el primer aumento de este tipo en 12 años.

“Teniendo en cuenta las difíciles condiciones económicas a escala mundial, cabe señalar que su apoyo a la FAO ha alcanzado un máximo histórico en los dos últimos años. Para mí, esto demuestra que se está recuperando la confianza en la FAO, y es un reconocimiento innegable de nuestra importante contribución a la seguridad alimentaria mundial”, aseguró el Sr. QU a través de una conexión de vídeo desde la Sede de la FAO en Roma.

El Director General recordó a la Conferencia sus esfuerzos para mejorar la transparencia en los acuerdos de gobernanza de la FAO, así como su atención prioritaria para que la FAO sea “una Organización ágil, orientada a la acción y adecuada a sus fines, capaz de innovar y encontrar soluciones a los desafíos mundiales existentes”.

Entre estos retos se encuentran la persistencia de los altos precios de los alimentos, la desaceleración económica y la crisis climática, que afectan de forma desproporcionada a los más vulnerables. La persistente guerra en Ucrania, así como los conflictos y el incremento de las crisis humanitarias (como en Gaza, Afganistán, Haití, Sudán y Yemen) son también motivo de “gran preocupación”.

Junto a sus asociados, la FAO proporciona apoyo técnico y agrícola para llevar ayuda, reconstruir y restablecer la producción agrícola.

El Sr. QU afirmó que “la FAO está comprometida con la búsqueda de nuevas vías innovadoras a fin de transformar los sistemas agroalimentarios mundiales para que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles”.

Las cuatro mejoras (una producción, una nutrición, un medio ambiente y una vida mejores) son los pilares del Marco estratégico de la FAO para 2022-2031 y la vía para que garanticemos que nadie se quede atrás, afirmó el Director General.

Prioridades para la cooperación

La Conferencia Regional Oficiosa para América del Norte se celebra cada dos años. Aunque no es parte oficial del proceso de trabajo de los órganos rectores de la Organización, ofrece una oportunidad única para debatir en profundidad con dos de los Miembros más activos de la FAO y que más apoyo aportan.

Según el Director General, la colaboración entre la FAO, el Canadá y los Estados Unidos de América en los dos próximos años debería centrarse en tres ámbitos clave: transformación rural y reducción de las desigualdades (en especial la desigualdad de género); ciencia, innovación y tecnología; y clima, biodiversidad y medio ambiente.

El Sr. QU señaló que es imprescindible empoderar a los jóvenes y las mujeres para lograr la transformación de los sistemas agroalimentarios y el desarrollo rural sostenible.

Este es el motivo que ha llevado a la FAO a presentar dos informes dedicados a la igualdad de género y la inclusión: “La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios” y “The Unjust Climate” (Un clima injusto), que aportan nuevos datos y pruebas sobre la necesidad de invertir en la igualdad de género. En este contexto, la FAO ha creado la Oficina de la Juventud y la Mujer para integrar esta importante labor, añadió el Sr. QU.

La innovación, junto con la ciencia y la tecnología, se consideran aceleradores clave para mejorar la eficacia y la repercusión y se sitúan ahora en primer plano de todos los esfuerzos de la FAO, afirmó el Director General.

Por último, la idea de que la transformación de los sistemas agroalimentarios puede ser una solución a la crisis climática está en el centro del Plan de actuación mundial para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS 2) sin superar el umbral de 1,5 °C. El Plan de actuación aporta una estrategia integral para que los países adopten decisiones en materia de políticas y medidas innovadoras a fin de hacer frente a los problemas relacionados con el hambre y el clima.

La labor de la FAO se centra en apoyar a los Miembros para crear resiliencia, de forma que sobre todo los más vulnerables puedan prevenir y afrontar las crisis y perturbaciones, (en particular las mujeres, los jóvenes, los Pueblos Indígenas y las comunidades marginadas), ámbitos en los que el Canadá y los Estados Unidos de América han prestado su apoyo, indicó el Sr. QU. Esto incluye también el compromiso de la FAO con el programa de Una sola salud para prestar ayuda en relación con las amenazas de enfermedades incipientes, detectarlas y responder ante ellas a escala mundial.

“Contamos con el apoyo continuo del Canadá y los Estados Unidos de América para seguir fortaleciendo estas asociaciones, que ya de por sí son sólidas y duraderas”, afirmó el Sr. QU. “Juntos, como asociados, podemos hacer realidad la visión original que tenían sus líderes después de la Segunda Guerra Mundial de establecer la Organización para la Alimentación y la Agricultura y definir nuestro mandato y misión para conseguir un mundo libre del hambre y la malnutrición”.

La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios

The Unjust Climate (El Clima Injusto) informe completo