La FAO hace un llamamiento urgente a la acción para abordar la creciente hambruna en el Sudán

Beth Bechdol, Directora General Adjunta de la FAO, informa al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la crisis alimentaria del Sudán

FAO

El año pasado, la FAO y sus asociados locales distribuyeron más de 5 000 toneladas de semillas de sorgo y mijo a más de 2,7 millones de personas en el Sudán.

©FAO/Mahmoud Shamoruk

06/01/2025

Roma/Nueva York – Beth Bechdol, Directora General Adjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), informó en una reunión del Consejo de Seguridad Alimentaria en Nueva York de que se precisaban medidas urgentes, en particular acceso humanitario inmediato y sin impedimentos, para abordar la creciente hambruna en el Sudán, donde casi 25 millones de personas se enfrentan a la inseguridad alimentaria aguda.

Se invitó a la FAO a informar al Consejo de Seguridad sobre la situación profundamente preocupante del Sudán, el tercer país más grande de África donde un conflicto armado prolongado y los desplazamientos forzosos están provocando una crisis alimentaria sin precedentes.

Según el último análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), la mitad de la población (24,6 millones de personas) está afrontando niveles de inseguridad alimentaria aguda. Esto supone 3,5 millones de personas más desde junio de 2024.

El último informe de la CIF, una iniciativa de múltiples asociados destinada a mejorar el análisis de la seguridad alimentaria y la nutrición y la adopción de decisiones al respecto, es el peor en la historia del país. La inanición y la malnutrición aguda generalizadas ya han provocado decenas de miles de muertes en un país donde casi dos tercios de la población dependen de la agricultura.

La producción de cultivos principales como el sorgo, el mijo y el trigo durante el primer año del conflicto (la temporada 2023/24) disminuyó un 46 % en comparación con el año anterior. Esta pérdida de producción podría haber alimentado a aproximadamente 18 millones de personas durante un año y representó una pérdida económica de entre 1 300 y 1 700 millones de USD.

La restricción del acceso humanitario está agravando la situación, mientras que la violencia continuada y la inestabilidad económica han perturbado los mercados, aumentando el precio de los bienes básicos hasta niveles inasequibles.

En la reunión de hoy, Beth Bechdol recordó que esta era la cuarta vez que se había confirmado una hambruna en un país a lo largo de los últimos 15 años, destacando al mismo tiempo el papel decisivo del Consejo de Seguridad a través de la Resolución 2417, en la cual se destaca la relación entre los conflictos y el hambre.

“Debemos adoptar medidas urgentes para abordar la hambruna en el Sudán”, afirmó la Sra. Bechdol.

“Si no logramos actuar ahora, colectivamente, y a gran escala, millones de vidas estarán aún más en riesgo y (...) también lo estará la estabilidad de numerosos países de la región”, añadió.

Según Bechdol, las siguientes medidas merecen priorizarse y requieren el apoyo del Consejo de Seguridad: 1) influencia política para acabar con las hostilidades y aliviar a la población del Sudán; 2) acceso humanitario inmediato y sin impedimentos, así como la reapertura segura de las rutas de suministro comerciales para abordar la escasez actual en puntos críticos afectados por el hambre, tal como han establecido recientemente la FAO y sus organismos asociados de las Naciones Unidas; 3) el suministro de ayuda humanitaria multisectorial, especialmente apoyo agrícola de emergencia, que resulta esencial para garantizar la producción local de alimentos, crear resiliencia y evitar una catástrofe humanitaria mayor.

La repercusión de la FAO en el Sudán

Gracias a la FAO y a sus asociados locales, el año pasado más de 2,7 millones de personas en 11 estados recibieron más de 5 000 toneladas de semillas de sorgo y mijo, destinando de manera prioritaria semillas de okra a los campos que acogían a desplazados internos.

Además, casi 600 000 hogares agropastoriles se beneficiaron de vacunas para el ganado, piensos y servicios veterinarios orientados a mantener a los animales vivos y saludables, ya que constituyen una fuente esencial de nutrición e ingresos.

Sin embargo, sigue habiendo desafíos.

El aumento de los riesgos de seguridad para los proveedores de transporte, por ejemplo, dificulta el acceso a las comunidades vulnerables, mientras que los déficits de financiación siguen sin corresponderse con el calendario agrícola, lo cual limita la capacidad de la FAO para actuar en los momentos más críticos.

“Este año, la FAO tiene por objeto ampliar la escala de su respuesta hasta llegar a 14,2 millones de personas —agricultores, ganaderos y pescadores y mujeres— con semillas, piensos y suministros de pesca que estas personas precisan para producir sus propios alimentos nutritivos”, afirmó la Sra. Bechdol. Para ello, la FAO necesita 156,7 millones de USD para 2025.

“Ningún afectado por el conflicto, ya sea una persona en un campo de desplazados internos o su comunidad de origen, desea depender de la ayuda humanitaria. Quieren mantener a sus familias y reclamar su dignidad. Si este apoyo se retrasa, se corre el riesgo de que la inseguridad alimentaria aumente”, declaró Beth Bechdol.

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