Los organismos de la ONU con sede en Roma y las presidencias de las COP se movilizan en favor de la acción climática y la financiación antes de la COP29

La reunión intermedia entre la 28.a y la 29.a Conferencia de las Partes (COP) hace hincapié en los sistemas agroalimentarios resistentes al clima como elementos fundamentales para resolver las crisis climática y alimentaria, que están interrelacionadas

©FAO/Giulio Napolitano

Evento "Asociarse para ampliar las acciones climáticas en situaciones frágiles y afectadas por conflictos" en la Embajada de los EAU en Roma.

©FAO/Giulio Napolitano

26/06/2024

Roma. El Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y las presidencias de la COP 28 y la COP 29 hicieron hoy un llamamiento para ampliar de manera urgente la escala de la acción por el clima y la financiación para el clima en favor de unos sistemas agroalimentarios adaptados y resilientes en situaciones de fragilidad y conflicto.

El llamamiento se realizó durante una reunión de alto nivel en Roma de cara a la preparación de la COP 29. Los organismos de las Naciones Unidas con sede en Roma, junto con las presidencias de la COP 28, celebrada en los Emiratos Árabes Unidos, y la COP 29, que se celebrará en Azerbaiyán, se reunieron con ministros gubernamentales de regiones clave frágiles y afectadas por conflictos, así como con donantes, instituciones financieras internacionales, fondos multilaterales para el clima y una serie de asociados destacados de los ámbitos del clima, el desarrollo, la ayuda humanitaria y la paz. El objetivo de la reunión era definir las medidas destinadas a ampliar la escala de la acción por el clima y la financiación para el clima en favor de unos sistemas agroalimentarios adaptados y resilientes en los países más vulnerables del mundo.

Además, debatieron cómo abordar la inseguridad alimentaria y reducir la necesidad de recurrir a intervenciones de ayuda alimentaria de emergencia, en particular las actividades de fomento de la resiliencia, como las que permiten suministrar a los agricultores las herramientas y los insumos que necesitan para producir alimentos.

Los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías, los huracanes, las inundaciones repentinas, la desertificación, las tormentas tropicales, las olas de calor y las lluvias irregulares siguen exacerbando la inseguridad alimentaria aguda e infligiendo daños graves en las regiones que se encuentran en situaciones de fragilidad y conflicto. Sin embargo, las comunidades locales más vulnerables son las que menos recursos reciben para protegerse y evitar pérdidas y daños en sus medios de vida. En algunas situaciones, una persona que vive en un contexto frágil recibe 80 veces menos financiación para el clima que alguien que se encuentre en una región no frágil.

Según el Informe mundial sobre las crisis alimentarias de 2024, las crisis relacionadas con el clima, como las sequías e inundaciones, eran las principales impulsoras de la inseguridad alimentaria aguda en 18 países y afectaban a más de 72 millones de personas, la mayoría de las cuales se encontraba en situaciones de fragilidad o estaba afectada por conflictos o en situaciones posteriores a conflictos.

“Disponemos de los datos científicos para predecir los desastres climáticos y las soluciones para ayudar a las comunidades que viven en la primera línea de la crisis climática a prepararse para hacerle frente”, afirmó la Sra. Cindy McCain, Directora Ejecutiva del PMA. “Hace poco estuve en Zambia, donde me reuní con agricultores desesperados que normalmente pueden producir lo suficiente para alimentar a sus familias. Este año no cosecharon nada, ya que una sequía empeorada por el cambio climático destruyó sus cultivos. La financiación para el clima y la acción por el clima son cruciales para estos agricultores. Debemos emplear los instrumentos innovadores que tenemos a nuestra disposición a fin de predecir los riegos y promover la protección antes de que se produzcan estas crisis”.

Crear y financiar sistemas agroalimentarios resilientes en las regiones frágiles y afectadas por conflictos es crucial para hacer frente a las crisis climática y alimentaria, que están interrelacionadas, al mismo tiempo que se salvan y mejoran la vida y los medios de subsistencia de millones de personas y comunidades que viven en lugares considerados como los de más difícil acceso.

“Invertir en sistemas agroalimentarios resistentes al clima es crucial para hacer frente a las crisis climática y alimentaria. Cambiar cómo producimos y consumimos los alimentos ayuda a mitigar los efectos de la crisis climática, protege la biodiversidad, evita la degradación de la tierra y asegura la seguridad alimentaria para todos, sin dejar a nadie atrás. Este cambio requiere un conjunto de soluciones, entre otras, los sistemas de alerta temprana, la restauración de los ecosistemas y los suelos, la gestión integrada de los recursos hídricos, el apoyo para semillas y herramientas locales resilientes al clima, la reducción de las pérdidas posteriores a la cosecha, la inversión en infraestructura y la protección social”, dijo el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO.

“Con la aceleración de los efectos del cambio climático, necesitamos urgentemente invertir más en los millones de personas que se encuentran en riesgo de perder para siempre su capacidad de cultivar alimentos suficientes o de acceder a ellos”, afirmó el Sr. Álvaro Lario, Presidente del FIDA. “Aunque se estima que esto tendría un costo de entre 215 000 y 387 000 millones de dólares anuales, la mejor oportunidad de las comunidades rurales de hacer frente al cambio climático es la adaptación mediante sistemas alimentarios más sostenibles, inclusivos y equitativos. Esto también aplicable a países con una frágil situación de seguridad, donde estas inversiones no solo brindan apoyo a la resiliencia frente a las crisis ambientales, sino que también fortalecen las instituciones y la gobernanza locales, fomentan la cohesión social y crean oportunidades de medios de vida sostenibles”.

El año pasado, la Presidencia de la COP 28 presentó una declaración histórica, titulada “Declaration on Climate, Relief, Recovery and Peace” (Declaración sobre el clima, el socorro, la recuperación y la paz), la cual constituía un reconocimiento político de las disparidades en materia de financiación para el clima y acción por el clima basadas en la fragilidad y el conflicto. La declaración estuvo acompañada por un “conjunto de soluciones” que incluían reformas de las políticas y 1 200 millones de USD para financiación específica relacionada con el cambio climático. La próxima Presidencia de la COP 29 confirmó que se centraría en la paz y el logro de la seguridad alimentaria para todos. Las reuniones intermedias celebradas en Roma se concibieron para realizar el seguimiento de la aplicación de la Declaración y armonizar la labor con las prioridades de la COP 29 antes de que los líderes mundiales se reunieran en Bakú (Azerbaiyán).

La sesión dedicada a las conclusiones del acto se centró en las contribuciones al programa de la COP 29. En ella se abordaron las cuestiones cruciales de la seguridad alimentaria, la escasez de agua y el acceso seguro a la tierra, aspectos decisivos para garantizar una agricultura resistente al clima en contextos de fragilidad. En los debates se destacaron factores como las amenazas a la seguridad, la destrucción de infraestructuras, las minas terrestres y otros riesgos para la seguridad que deberían considerarse en la concepción y aplicación de proyectos de este tipo destinados a mejorar la seguridad en contextos de fragilidad.

El Excmo. Sr. Elshad Iskandarov, Embajador y Asesor superior de la Presidencia azerbaiyana de la COP 29, afirmó que el acto proporcionó una oportunidad fundamental para conformar de manera colectiva las deliberaciones del Día de la Paz de la próxima COP 29 en Bakú sobre los nexos entre la paz y el clima, y aumentar la inclusividad y la voz tanto de los gobiernos como de los organismos de las Naciones Unidas, otras organizaciones internacionales, las instituciones académicas y la sociedad civil en la planificación y la ejecución de los próximos pasos.

“Como anfitrión de la COP 29, los debates de este acto mantendrán la atención política y abogarán por la puesta en práctica de iniciativas dirigidas a aumentar la adopción de medidas, adecuar mejor las necesidades a la financiación y a las oportunidades de fomento de la capacidad, así como a las mejores prácticas en situaciones con grandes necesidades humanitarias y elevada vulnerabilidad climática. Basándonos en los debates que hemos escuchado, la atención prestada a la seguridad alimentaria, así como a cuestiones tan cruciales para la seguridad alimentaria como la escasez de agua y el acceso seguro a la tierra, servirá de punto de partida en la COP 29 para organizar debates y medidas que puedan dar lugar a resultados prácticos y orientados a la búsqueda de soluciones con objeto de garantizar una agricultura resiliente al clima en contextos de fragilidad”, declaró el Excmo. Sr. Iskandarov al hacer un balance de las deliberaciones del acto conjunto. Enfatizando la importancia de contar con soluciones no solo “para” los más vulnerables, sino “con” ellos y “por parte de” ellos, y del gran valor de la cooperación Sur-Sur en este aspecto, el Embajador elogió los esfuerzos oportunos de la COP 28, el PMA y otros asociados en la organización de este debate.

El Excmo. Sr. Abdulla Balalaa, Ministro Adjunto de Relaciones Exteriores para la Energía y la Sostenibilidad de los Emiratos Árabes Unidos, reafirmó su apoyo para hacer avanzar este programa crucial: “Resulta muy alentador ver el nivel de compromiso de los gobiernos, los fondos para el clima y las partes interesadas en favor de la aplicación de la Declaración sobre el clima, el socorro, la recuperación y la paz de la COP 28, celebrada en los Emiratos Árabes Unidos. Acogemos con agrado la iniciativa de los organismos de las Naciones Unidas con sede en Roma de unirnos en torno a los resultados prácticos a fin de aumentar la acción por el clima en los sistemas agroalimentarios, en particular en las comunidades frágiles y vulnerables, de cara a la COP 29. Este enfoque brinda una oportunidad fundamental para asegurar que el proceso de la COP, que dio lugar recientemente a la firma trascendental del Consenso de los Emiratos Árabes Unidos por 198 Partes en la COP 28, beneficie a todo el mundo. Este acuerdo histórico pone de relieve nuestra determinación colectiva de hacer frente a los desafíos que plantea el cambio climático y allana el camino para la adopción de medidas transformadoras en todo el mundo”.

Nota para los editores

La FAO, el FIDA y el PMA cubren un espectro de trabajo que abarca desde respuestas humanitarias a situaciones de emergencia y perturbaciones hasta actividades de fomento de la resiliencia y el desarrollo, de conformidad con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Los organismos con sede en Roma colaboran en las esferas de la transformación de los sistemas agroalimentarios, la nutrición, la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, el fomento de la resiliencia, la juventud y el cambio climático a fin de maximizar las repercusiones y proporcionar un valor añadido tangible a los países y las poblaciones.

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