Las aves de corral, para maximizar su potencial genético de producción de carne o huevos, necesitan un entorno que satisfaga sus necesidades fisiológicas, esto incluye:
- un entorno físico adecuado en cuanto a temperatura, humedad, ventilación y las superficies en donde viven;
- los alimentos y el agua adecuados;
- un grado de exposición mínimo a los organismos patógenos; y
- la no exposición al estrés derivado del entorno físico y social. Los factores que influyen estos elementos están determinados en buena medida por el alojamiento y el manejo de las aves.
En los países en desarrollo, a las aves de razas autóctonas de pequeñas parvadas que se alimentan en parte con desechos, normalmente se las aloja en alojamientos nocturnos sumamente rudimentarios construidos con materiales locales como paja, madera, ladrillos de adobe y/o bambú. La mayoría de las aves para carne de razas mejoradas o aves ponedoras objeto de transacciones comerciales en pequeña escala también se crían en alojamientos sencillos construidos con materiales locales, pero en este caso las aves normalmente se crían en confinamiento y se alimentan con dietas compuestas. A medida que la producción comercial va evolucionando hacia mediana y gran escala, se va utilizando una mayor proporción de materiales y equipo importados, junto con una mayor mecanización y automatización. Un elemento fundamental de este cambio es el paso de la ventilación natural a la ventilación mecanizada y automatizada con ventiladores.
Sea cual sea el sistema de producción, todos los procedimientos de manejo de parvadas adultas ‑durante la incubación y la eclosión, la cría de los pollitos y de la parvada destinada a la producción de carne y de aves ponedoras‑ deberían centrarse en satisfacer las necesidades fisiológicas de las aves en todas las fases de su vida proporcionándoles un entorno físico ideal, reduciendo al mínimo su exposición a las enfermedades, satisfaciendo las necesidades sociales y de comportamiento de las aves, y dándoles agua fresca y pienso de buena calidad, que satisfagan la totalidad de sus necesidades en nutrientes.
Manejo de los desechos avícolas
Los adelantos tecnológicos favorecen la intensificación de la producción de aves de corral en los países en desarrollo. Sin embargo, en todo el mundo, las tradiciones y las limitaciones económicas siguen fomentando los pequeños sistemas de comercio de aves vivas y los sistemas de producción rural y doméstica. Para evitar conflictos y garantizar la sostenibilidad y el potencial de crecimiento de todos los sistemas de producción de aves de corral, los conocimientos básicos sobre los asuntos ambientales y sanitarios que plantea el manejo de los desechos avícolas serán útiles para los avicultores, ya sean pequeños o grandes, tanto en la actualidad como en el futuro.
Los subproductos de la producción avícola son valiosos si se manejan y reciclan adecuadamente, independientemente del tamaño de las parvadas. En caso contrario, sin embargo, constituyen también elementos, compuestos y vectores de insectos y parásitos, así como de organismos patógenos, que son motivo de preocupación. El manejo de los subproductos avícolas se centra en asuntos relacionados con la calidad del suelo, el agua y el aire. Entre otras cuestiones despiertan preocupación la degradación de las aguas superficiales y subterráneas debido a los nutrientes y microorganismos patógenos presentes en los desechos avícolas. Entre los problemas relacionados con la calidad del aire figuran las emisiones de amoníaco, sulfito de hidrógeno, compuestos orgánicos volátiles y polvo. Las emisiones de gases de efecto invernadero y los efectos para la salud de las molestias causadas por los odorantes son también preocupaciones en el contexto del cambio climático global y el aumento de la población humana en las cercanías de instalaciones avícolas.
En la planificación, construcción y explotación de instalaciones avícolas de cualquier tamaño deberían tomarse en consideración los problemas que puedan plantear el almacenamiento, manejo y utilización de subproductos de desechos. A escala mundial, se han realizado numerosas investigaciones para identificar formas de recuperar productos de valor añadido de los desechos animales con objeto de mitigar los efectos ambientales. Se dispone de una gran variedad de sistemas y enfoques tales como la utilización de subproductos en la tierra como fertilizante, el reciclado en componentes para piensos y la recuperación de materiales para generar bioenergía, que pueden dar resultados satisfactorios si se explotan y gestionan convenientemente.
¿Sabía que?
El estiércol tiene un alto contenido de nutrientes para los cultivos, es relativamente fácil de manejar y se utiliza ampliamente como fertilizante.
En promedio, las ponedoras emiten menos gases de efecto invernadero (GEI) que los pollos de engorde o los sistemas de traspatio, cuando se miden en kilogramos de proteína.
Se estima que los pollos emiten 0,6 gigatoneladas de CO2 equivalente, lo que representa el 8 por ciento de las emisiones totales del sector pecuario.